Erick y Ava llegaron hasta donde estaba. Me sentí sin energía por un momento al haber perdido, a veces no me agradaba ser tan competitiva, solo a veces.—¿Qué sucedió? — Rick me miró con una ceja alzada.—Tu primo ganó una competencia que tuvimos. — Los dos se rieron.—Bueno, creí que sabías, que el también es muy competitivo.—Lo noté, gracias. — Volvieron a reírse.—No pareces contenta, ¿qué apostaron? — Preguntó Ava apoyándose en la barrera también.—Un deseo. Tengo que cumplir su deseo.—No suena mal. — Se encogió de hombros Erick.—¿No suena mal? — Preguntó Ava como si la hubiera insultado. —Erick, es Austin de quién hablamos. Puede aprovecharse de su deseo. — Me miró. —¿Quieres nuestra ayuda?—¿Cómo?—Podemos darle un pequeño escarmiento si se pasa de la raya con su deseo.—Es su primo, les recuerdo.—Es cierto, pero como nuevo miembro de la familia lleva ventaja. — Erick me guiñó un ojo. Me pareció tierno.—Bien, lo dejó en sus manos. — Los dos compartieron miradas, asintieron
—¿Qué vamos a hacer?—Esto es un gran problema—Nos va a asesinar si no encontramos sus malditos listones. — Los chicos estaban alterados, y lo entendía. Yo estaba igual. Estábamos a unos días de la fiesta y la inauguración del festival. No se arruinarían las cosas por un maldito listón.—No tienen servicio postal ni correo. — Miré a Austin. Lo sabía, pero pensé que tenía una leve esperanza. No me quedaba más que viajar.—¿Ana?—¿Sí?—Busca el vuelo que salga en seguida a la ciudad.—Claro.—¿Irás? — Steven se aproximó a mí.—Debo hacerlo. Ustedes terminarán de organizar todo aquí. Yo me encargaré de esto. Volveré lo más pronto posible. — Indiqué mientras caminaba hacia mi habitación para poder empacar mi ropa.—¿Mi celular estará encendido a menos que no haya señal. Si algo ocurre…—Nos podemos hacer cargo. Después de todo somos tu equipo estrella. — Carl me guiñó un ojo. Amaba que fueran un tanto positivos ahora. Era lo que necesitaba.—Bien, gracias chicos. Entré a la habitación y
Me di una ducha, la necesitaba con urgencia. Todo el día había estado agitado y las cosas se complicaban más. Por alguna razón me sentía nerviosa al quedarme junto con Austin en una misma habitación del hotel. Quiero decir, si, dormimos juntos en la cama de Joy Green, pero un hotel era muy distinto. Quería darme un tiro en la cabeza y desaparecer de este mundo. Pero no podía hacerlo. Salí del baño vistiendo la bata azul del hotel, me llegaba a los talones y me cubría muy bien. Al salir, me encontré a Austin con su pantalón de pijama y la bata que dejaba una vista espectacular de su pecho desnudo.Malditas hormonas las mías. Mis mejillas se pusieron muy rojas por lo que tuve que desviar la mirada y enfocarme en el lado que me correspondía de la cama. Sin embargo, antes de hacerlo noté la vista desde la ventana. Era completamente irreal. Se podía ver toda la ciudad, las luces de los autos, de las calles y la luna. Era hermoso.—Es una habitación con suerte.—¿De qué hablas? — Austin se
Al regresar a Dream Stone aquellas cintas fueron cambiadas. Sabía que Susane se moriría si le avisaba de inmediato que lo había conseguido. Honestamente no entendía que la llevó a ser tan cambiante, aunque tenía mis sospechas. Además, los familiares de Austin habían llegado, su hermano y esposa y los padres de sus primos. Eso me dejó en un estado de asombro y muy ocupada para darles la bienvenida. Creo que fue la bienvenida más cálida que haya experimentado.―¡Cuñada! ― Fred Jones apareció ante mí con mucha emoción. Me apretó en sus brazos en cuanto me vio. El hombre era parecido a Austin a excepción de su cabello castaño. Era dos años mayor que él por lo que entendía y era demasiado extrovertido por lo que podía notar. ―Finalmente nos vemos la cara, es un placer tener presente.―Siento lo mismo y mil perdones porque las cosas fueran así de aceleradas.―Descuida, Austin siempre fue el hijo que sorprendía a su familia en lo que sea y un nuevo miembro de la familia es una linda sorpresa
Cuando subí a la habitación me quedé de piedra nuevamente. La habitación estaba decorada con ropa de cama navideña, almohadas mullidas y mantas cálidas, creando un ambiente acogedor y festivo. Incluso el baño estaba equipado con toallas suaves y velas aromáticas que difundían fragancias a especias de invierno.Dejé mi mochila en el suelo y me senté en la cama. Austin se sentó a mi lado y me rodeó con su brazo mientras depositaba un beso en mi coronilla.―Austin, en verdad te luciste.―Lo sé. ―Sonreí y tomé con mi mano sus mejillas. Austin abrió los ojos de par en par mientras yo reía divertida al ver su cara de pescado.―No te burles de mí por favor.―Eres muy tierno. ―Le di un pico en los labios y él sonrió.―¿Sólo vas a darme uno? ―Incliné mi cabeza mientras sonreía con picardía. Entonces le di otro, más lento, más suave. Comenzó como una caricia hasta que Austin me atrajo más hacia él tomando mi cintura. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba sobre su regazo con las rodillas apoya
Cuando llegamos al centro del pueblo, la familia conoció a toda la gente del lugar, incluso a mi vieja amiga Gretel Stone la cual estaba frente a una venta de chocolate en el centro comercial al que habíamos ido. Mi amiga, a quién no había podido ver en los últimos días debido a que ella se encontraba con un proyecto de arquitectura. Ahora, se encontraba ahí de pie, vistiendo unas botas altas, jeans negros, una playera blanca y un abrigo, me sonrió en cuanto me vio. Corrí hasta ella para darle un fuerte abrazo.―¿Por qué te ves más guapa de lo normal? ― Su cabello que ahora estaba de un color marrón resaltaba sus ojos avellana. Sonreí a de oreja a oreja cómo si le hubieran dado la mejor noticia de su vida.―¡Eso no es cierto! ―Se quejó mientras notaba cómo se sonrojaba. ―Es más, tu te ves super hermosa. No me digas, ¿tuviste sexo?―Muy graciosa. ―La golpeé mientras le daba un golpe en el brazo. ―Pasaron muchas cosas, pero…―¡Sofi! ―Erick se acercó a mí con una bolsa de galletas. Cuand
Decidimos dejar la charla para después. Había muchas cosas en las que pensar y honestamente ahora no podía pensar en ello. Ava y Zoé fueron a por mí cuando habían encontrado un vestido que fuera acorde a la ocasión. Lo miré, la tela, era sedosa y suave al tacto. El vestido era color azul invernal degradado, desde abajo el color más fuerte hasta arriba llegando a un color casi blanco.Era hermoso, por ello decidí probármelo y honestamente valía la pena. Cuando me vi frente al espejo no podía creer que era yo. El corte era impecable, abrazando suavemente mi figura antes de extenderse en una falda fluida que rozaba el suelo con gracia. La parte superior tiene un escote ilusorio adornado con encaje intrincado que se asemeja a delicados cristales de hielo. Los hombros, elegantemente descubiertos, añaden un toque de sensualidad sutil que me hacía ruborizar.Las mangas largas, confeccionadas en encaje transparente, se extendían hasta las muñecas, proporcionando un contraste encantador con mi
Una vez en casa, m di una ducha para luego salir con mi pijama puesta y secadora en mano. Me senté en la cama y encendí el aparato. Pronto llegó Austin para tomar asiento a mi lado y agarrar la secadora.―Déjame a mí. ―Sonreí de lado agradecida y me acomodé para que él comenzara a secar mi cabello. Sus manos recorrieron mi cabello mientras lo sostenía para secarme el cabello. Luego le pase el peine y con eso el trató de estilizarlo. La verdad era divertido y tierno que hiciera esto por mí.―¿Cómo estás?―Estoy bien ¿y tú?―Igual. Pero sé que algo te preocupa. ―Claro que sí. Aun mantenía mi culpa por estarle mintiendo a su familia.―Sí yo… solo quiero decir la verdad.―Podemos hacerlo cuando tu digas. Les diré a mis padres y estaré a tu lado.―¿Crees que se enfadar&aacut