Las siguientes horas fueron un torbellino de cambios de vestuario, poses, y consejos técnicos. Sofía dirigía cada movimiento de Valeria, corrigiendo la postura de sus hombros, la inclinación de su cuello, e incluso la forma en que sonreía. Cada vez que Valeria creía haber dominado una postura, Sofía encontraba algo que mejorar, exigiendo más de ella.Daniel observaba desde un rincón de escondidas para que nadie lo viera, incluso cuando Valeria se hacía cambios de vestuarios, sus ojos fijos en Valeria mientras ella pasaba de un vestido a otro, cada vez más fascinante. No podía evitar admirar la forma en que cada prenda resaltaba su belleza natural, cómo la seda se deslizaba sobre su piel, acentuando sus curvas. Pero también notaba el esfuerzo que Valeria estaba poniendo en cada movimiento, y aunque sabía que ella era fuerte, no pudo evitar sentir una punzada de preocupación.Finalmente, Sofía trajo un par de tacones especialmente altos. —Póntelos, —ordenó, extendiéndolos hacia Valeria—
Era la tarde, y el sol comenzaba a inclinarse hacia el horizonte, lanzando destellos dorados a través de las grandes ventanas del estudio de modelaje. Valeria Sánchez, exhausta tras una larga jornada de ensayos con la famosa diseñadora Sofía Moretti, guardó su último conjunto en el vestidor y se dirigió hacia la salida. El sonido de sus tacones resonaba en el suelo de mármol mientras se acercaba a Sofía, quien estaba revisando algunos bocetos.—Gracias por todo, Sofía. Ha sido un día intenso pero muy enriquecedor. —Valeria le sonrió, tratando de ocultar su cansancio.Sofía levantó la vista, una expresión dura en su rostro, pero en sus ojos brillaba un atisbo de aprobación.—De nada, Valeria. Asegúrate de descansar bien esta noche. Mañana será aún más exigente. —dijo Sofía con una voz autoritaria, pero sin malicia.Valeria asintió y se dirigió hacia la salida, sintiendo el alivio de que el primer día hubiera terminado. Sin embargo, al cruzar la puerta, se encontró con Daniel Montero, q
Valeria se sentó y, mientras disfrutaban de la cena, la conversación fluyó con facilidad. Daniel se mostró atento y respetuoso, manteniendo la conversación ligera y entretenida. Durante la cena, Valeria se sintió relajada, disfrutando de la compañía y la comida exquisita.—Espero que tengas buen apetito. —dijo Daniel, sirviéndole una copa de vino—. La cena está lista y hay que comenzar a comer ya o se enfría.Valeria se sentó, observando con admiración la disposición de los platos y la atmósfera acogedora. El aroma de la comida la hizo sonreír, y no tardó en servir un poco de cada platillo. Mientras disfrutaban de la primera ronda de aperitivos, Valeria, aún deslumbrada por el entorno y la amabilidad de Daniel, decidió que era el momento de hacer algunas preguntas más personales.—No puedo creer que haya boquitas y cena exquisita a la vez, Spaghetti alla carbonara esta que me chupo los dedos con ella, esta rica, terminare engordando de tanta comida —dijo Valeria sonrojada.—Me alegro
entonces señor Daniel, yo tambien se leer tu mente, y tu vista, no preparaste esta habitación para platicar si no para comernos.El silencio en la habitación se volvió intenso, cargado de electricidad. Daniel sintió que su corazón latía con fuerza en su pecho mientras miraba fijamente a Valeria. Había una chispa en sus ojos, un fuego que lo desafiaba a ser honesto, a no esconderse detrás de palabras cuidadosas.Daniel dio un paso hacia adelante, acortando la distancia entre ellos, su mirada fija en los labios de Valeria. Podía sentir su respiración acelerada, la tensión palpable entre ellos. Con un movimiento lento, deslizó sus manos sobre los brazos de Valeria, trazando su piel con un toque suave pero decidido.—Valeria… —su voz era apenas un susurro, pero cargada de deseo—. No puedo negar lo que siento, lo que he sentido desde que te vi por primera vez. Eres la mujer que he deseado, la única que ha logrado desarmarme de esta manera.Valeria lo miró a los ojos, su corazón latiendo co
Daniel, como si percibiera sus pensamientos, la estrechó un poco más fuerte, inclinando la cabeza para besar la cima de su cabello. Sentía una tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo, como si todos los problemas y preocupaciones del día a día se hubieran desvanecido en esos breves pero intensos momentos con Valeria.—No te preocupes por lo que vendrá, Valeria —dijo él, su voz baja y reconfortante—. Estoy aquí, y no voy a irme a ninguna parte.Valeria levantó la mirada, encontrando sus ojos oscuros llenos de sinceridad y promesas que no se atrevería a romper. Una parte de ella quería creerle, aferrarse a la idea de que lo que habían compartido no solo era una chispa momentánea, sino el comienzo de algo real y duradero.—Es solo que... —comenzó, luchando por encontrar las palabras adecuadas—. Nunca pensé que me sentiría así. Tan conectada a alguien tan rápido.Daniel sonrió suavemente, acariciando su mejilla con el dorso de su mano.—Yo tampoco, pero a veces la vida nos
—Daniel, hay algo que quiero decirte —dijo de repente, su voz un poco más firme.Daniel se detuvo y la miró, notando la seriedad en su expresión.—Dime, Valeria. Lo que sea.Ella tomó aire, reuniendo sus pensamientos antes de hablar.—Lo que sucedió entre nosotros… No solo me gustas, Daniel. Siento que estoy empezando a enamorarme de ti. Y eso me asusta, porque sé lo complicado que puede ser todo. Pero también sé que no quiero dar marcha atrás. Quiero seguir adelante contigo, pase lo que pase.La sinceridad de sus palabras dejó a Daniel momentáneamente sin palabras. Pero luego, una sonrisa suave apareció en sus labios, y se acercó a ella, tomando sus manos entre las suyas.—Valeria, no tienes idea de lo que significa para mí escuchar eso. Yo también siento lo mismo. Y estoy dispuesto a enfrentar cualquier desafío que venga con tal de estar contigo. No sé a dónde nos llevará esto, pero estoy seguro de que quiero averiguarlo contigo.Valeria sintió que una gran carga se levantaba de sus
Llegaron a la sede de la empresa de Beatriz, donde está la modelo Sofía Moretti justo a tiempo para la sesión de prácticas. El lugar era todo lo que Daniel había descrito moderno, vibrante y lleno de energía creativa.Sofía los recibió con una sonrisa cálida y profesional, y rápidamente llevó a Valeria a conocer a su equipo. La experiencia fue enriquecedora desde el primer momento, y Valeria se encontró completamente absorbida en el ambiente, aprendiendo rápidamente los fundamentos y disfrutando cada segundo de la formación.Mientras Valeria se sumergía en la capacitación, Daniel observaba desde la distancia, complacido al ver lo bien que se desenvolvía. Sabía que había tomado la decisión correcta al involucrarla en este nuevo proyecto. —Necesito que te concentres Valeria —anuncio Sofia.Primera Clase: Postura y Presencia EscénicaValeria llegó temprano a la primera clase avanzada de modelaje con Sofía Moretti, ansiosa por comenzar. Sofía, con su experiencia y elegancia, la recibió c
Valeria sentía que cada célula de su cuerpo vibraba con una energía nueva, un destello de confianza que no había experimentado antes. Las clases con Sofía Moretti habían sido intensas, desafiantes, pero también transformadoras. Había aprendido más sobre sí misma en esas semanas que en toda su vida, y cada lección parecía haber sido diseñada no solo para pulir su talento, sino para fortalecer su espíritu.Cuando Daniel la miraba, Valeria notaba en sus ojos algo más que admiración; había una chispa de orgullo, como si él hubiera sabido desde el principio que ella tenía el potencial para brillar, y ahora ese potencial estaba emergiendo con una fuerza innegable.Salieron juntos de la empresa de Beatriz, el aire fresco de la noche acariciándolos mientras caminaban lado a lado. Las luces de la ciudad se reflejaban en las ventanas de los edificios altos, creando un juego de sombras y brillos que se mezclaban con la emoción del momento. El silencio entre ellos no era incómodo; era la calma de