—Creo en ti —dijo Beatriz saliendo de la habitación para darle espacio.Recordando cada lección aprendida de Sofía Moretti, Valeria se obligó a respirar profundamente y centrarse. Sabía que este era su momento de demostrar todo lo que había practicado, todo lo que había absorbido en esas intensas sesiones. Los nervios eran inevitables, pero había algo más fuerte en su interior: una determinación implacable.La música comenzó, suave y envolvente, y Valeria salió al escenario, enfundada en el primer vestido, un diseño etéreo en tonos pastel. Manteniendo la cabeza en alto, como Sofía le había enseñado, Valeria caminó con gracia, sus pasos firmes y elegantes resonando en la pasarela. Sentía cada parte de su cuerpo en sincronía, cada movimiento fluido, como si fuera una extensión natural de su ser.Con cada cambio de vestuario, Valeria se transformaba. Desde vestidos ceñidos que resaltaban su silueta hasta elegantes, Daniel la observaba y se la comía por dentro creaciones con amplias falda
Minutos despues, Valeria se encontraba frente a un gran espejo iluminado por luces brillantes, mientras Javier, un experto en imagen y estilo con un impecable sentido del detalle, se acercaba con una sonrisa confiada.—Bien, Valeria, vamos a trabajar en ti para que te sientas y te veas como la estrella que eres, —dijo Javier, mientras tomaba un mechón de su cabello y lo evaluaba con ojo crítico. —Quiero algo elegante, pero con un toque de frescura. Algo que diga poder y confianza —.Valeria asintió, confiando en las manos expertas de Javier. A su alrededor, el equipo de estilistas se movía rápidamente, cada uno desempeñando su papel en la transformación que estaba a punto de ocurrir.Mientras Javier trabajaba en su cabello, ajustando cada onda y asegurándose de que cada hebra estuviera en su lugar, Laura, la especialista en fotografía de moda, se acercó con una cámara en la mano. —Quiero capturar tu esencia, Valeria, —dijo con una voz suave pero llena de pasión por su trabajo. —Necesi
La noche era fría, y la luz tenue de la luna se filtraba por las ventanas del lujosa mansión de Daniel. Valeria se encontraba sentada en el borde del sofá, sus manos entrelazadas en su regazo, y sus pensamientos revoloteaban como mariposas inquietas. La campaña de modelaje había sido un éxito, pero también había traído consigo una serie de eventos que la habían dejado desorientada.Daniel, que había estado observando el silencio de Valeria, se acercó a ella con una expresión de suave preocupación. Se inclinó hacia ella, su mirada buscando la suya.—Daniel, creo que necesito irme al apartamento esta noche —dijo Valeria finalmente, con la voz cargada de incertidumbre—. Necesito pensar en todo lo que ha pasado, no solo con la campaña de modelaje, sino... en todo.—Te mandare un Uber que vive cerca de mi mansión, estará aquí en un minuto —dijo Daniel.—Me parece bien, solo necesito pensar algunas cosas —dijo Valeria mirando a los ojos.Daniel la miró fijamente, sus ojos oscuros reflejando
Daniel asintió, su expresión seria pero comprensiva.—Eso es todo lo que pido, Valeria. Que seamos honestos el uno con el otro y que no dejemos que nada interfiera con nuestro trabajo, pero tambien podes tener otra repetición de intimidad, es no es un problema —.—No puedo evitar, si me invitas a esa intimidad, te lo doy como la primera vez que te lo di —dijo Valeria, dejando escapar esas palabras sin pensar que realmente lo dijo en voz alta.—Eso me deja mas tranquilo —dijo Daniel besando los labios de Valeria sin previo aviso.El avión comenzó a descender, y el capitán anunció que estarían aterrizando en Las Vegas en pocos minutos. Valeria respiró hondo, preparándose para lo que les esperaba en tierra firme. Sabía que el viaje no sería fácil, pero estaba decidida a enfrentarlo con la misma determinación con la que había afrontado todos los retos en su vida.El aterrizaje fue suave, y pronto, Daniel y Valeria se encontraron en el aeropuerto de Las Vegas, rodeados por el bullicio de l
Finalmente, tras horas de discusión, llegaron a un acuerdo preliminar. Richard se levantó de su asiento, dando la reunión por concluida.—Bien, creo que esto es un buen punto de partida —dijo Richard, extendiendo la mano nuevamente—. Trabajaremos en los detalles y nos reuniremos la próxima semana para afinar el acuerdo final.Daniel estrechó su mano, asintiendo con una sonrisa controlada.—Gracias por tu tiempo, Richard. Haremos lo necesario para que este sea un éxito para todos.Valeria también se despidió, y tras unos minutos de cortesía, Richard abandonó la sala, dejándolos solos. Una vez que la puerta se cerró, Daniel se dejó caer en su silla, exhalando un suspiro de alivio.—Lo hiciste excelente, Valeria —dijo, girándose hacia ella—. Tu análisis fue lo que nos dio la ventaja.Valeria sonrió, sintiendo una mezcla de orgullo y alivio.—Gracias, Daniel. Sabía lo importante que era esto para ti, y no quería fallarte.Daniel la miró por un largo momento, su expresión suave y llena de
—La cena esta exquisita, igual que tu —dijo Daniel.—Tu tambien eres muy exquisito —dijo Valeria con una sonrisa.—Mientras comemos, veamos una película de romance —dijo Daniel.—Está bien —dijo Valeria.Tres horas después fueron vencidos por el sueño, y ambos que estaban en la cama se quedaron dormidos del cansancio de un dia largo.El resplandor tenue de la madrugada se colaba por las cortinas, llenando la suite con una luz suave y dorada. Valeria se despertó lentamente, sus sentidos volviendo a la realidad. Al principio, no estaba segura de dónde estaba, pero la sensación de un brazo firme rodeándola la ancló al presente. Los recuerdos de la noche anterior la inundaron, cada momento vívido en su mente.Daniel aún dormía a su lado, su rostro relajado y sereno, muy diferente al hombre controlado y distante que era en la oficina. Observándolo, Valeria sintió una mezcla de emociones. No podía negar lo que había sucedido entre ellos, ni quería hacerlo, pero las consecuencias de sus acci
Después de la reunión, mientras los demás salían de la sala de conferencias, Valeria se quedó unos momentos más, revisando sus notas para asegurarse de que no se le escapara ningún detalle. Aún podía sentir la intensidad de la discusión en el aire, pero estaba satisfecha con cómo había manejado su parte. Justo cuando pensaba en irse, una mujer a la que no había notado antes se acercó a ella. Era elegante, con una presencia fuerte que inmediatamente captó la atención de Valeria. Su cabello oscuro y perfectamente arreglado, combinado con un traje de diseño impecable, le daban un aire de autoridad. —Hola, Valeria, ¿cierto? —dijo la mujer, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Valeria asintió, un tanto sorprendida de que supiera su nombre. —Sí, soy yo. ¿Puedo ayudarte en algo? La mujer esbozó una sonrisa que parecía más calculada que amistosa. —Mi nombre es Isabel. Trabajo en la sucursal principal, trabaje en la empresa de Daniel poco tiempo, y he oído muchas cosas sobre ti. Ere
Horas después.Valeria estaba sentada en su escritorio, concentrada en su trabajo, cuando Daniel entró en la oficina con una expresión seria pero algo nerviosa. Llevaba en la mano su tablet, donde un nuevo correo electrónico resaltaba en la pantalla. Se acercó a Valeria y, tras un suspiro, decidió sentarse frente a ella.—Valeria, necesito hablar contigo sobre algo importante —dijo Daniel, extendiéndole la tablet para que pudiera ver el correo.Valeria levantó la vista, notando la seriedad en el rostro de Daniel. Tomó la tablet y comenzó a leer el correo. A medida que avanzaba, sus cejas se fruncieron con sorpresa.—¿Modelar otra vez? —preguntó, mirando a Daniel con una mezcla de incredulidad y curiosidad.Daniel asintió lentamente.—Sí, han solicitado que te presentes para una nueva campaña publicitaria. Esta vez, la propuesta es bastante ambiciosa. Quieren que seas la modelo principal para la línea de vestidos, maquillaje y tacones, como la vez anterior. Pero hay un detalle adiciona