—Sugiero que recordemos que también somos nosotros dos en este drama de novela, te juro que este drama parece más de película y del romance, —susurró, sus labios a pocos centímetros de los de él—. Que esta lucha no solo se trata de ellos, sino de lo que nosotros tenemos.Daniel sonrió, esa sonrisa que siempre conseguía hacer que el mundo a su alrededor se desvaneciera. La rodeó con sus brazos, atrayéndola hacia él.—Tienes razón —dijo, su voz baja y llena de intención—. Esta noche es nuestra.Y con esa promesa, la tensión que los había rodeado se disipó, al menos por unos instantes, mientras se dejaban llevar por la pasión y la intimidad que solo ellos podían compartir. La noche avanzaba, y con cada caricia y cada susurro, Valeria y Daniel reafirmaban que, pasara lo que pasara, lo enfrentarían juntos.La noche se volvía más densa, y la suite del hotel parecía encerrarlos en un mundo propio, donde los problemas con Isabel y Bastián no existían. Daniel tomó a Valeria de la cintura y la
—Lo sé, y lo he estado pensando —confesó—. Vamos a darles lo que quieren, pero a nuestra manera. Isabel se obsesionó con la mansión cuando estuvimos juntos, y aunque terminó todo de la peor manera, es claro que sigue siendo su objetivo. Vamos a usar esa obsesión en nuestra ventaja.Valeria arqueó una ceja, intrigada por la repentina chispa de estrategia en los ojos de Daniel.—¿Y cómo lo haremos? —preguntó, entrelazando sus dedos con los de él.—Ya está decidió que Voy a ofrecerle la mansión, pero con condiciones. Sabemos que Isabel es astuta y buscará cualquier resquicio para obtener más de lo que merece. Sin embargo, si logramos ponerla contra la pared con un acuerdo que no pueda rechazar pero que, a su vez, limite sus acciones, podremos deshacernos de ella y de Bastián al mismo tiempo —explicó Daniel, su tono frío y calculador.Valeria asintió lentamente. Había un peligro evidente en la propuesta, pero también una oportunidad.—¿Qué condiciones piensas ponerle? —inquirió, observand
Daniel asintió, tomando notas mientras Julio continuaba.—Segundo, la responsabilidad de mantenimiento debe ser detallada minuciosamente. En el contrato, especificaremos que Isabel es la única responsable de todos los costos asociados con el mantenimiento y las reparaciones que ella quiera hacer También es crucial que este punto esté claramente definido para evitar futuras disputas.Valeria levantó la mano.—¿Y en cuanto a la confidencialidad? Queremos asegurarnos de que Isabel no pueda usar esta situación en su contra públicamente.Julio asintió, sonriendo con aprobación ante la pregunta.—Para la confidencialidad, redactaremos un acuerdo separado que se incluirá como un anexo al contrato principal. Este acuerdo estipulará que Isabel no podrá hacer declaraciones públicas sobre el acuerdo o sobre cualquier aspecto relacionado con su relación con Daniel o contigo, Valeria. Cualquier violación de esta cláusula resultará en sanciones económicas severas.Daniel se recostó en su silla, pro
—Bastián, permíteme aclarar que el acuerdo se ha cumplido en su totalidad. La mansión será transferida como se acordó. Cualquier demanda adicional o reclamo financiero no está en los términos del acuerdo. Cualquier intento de modificación en estos términos requeriría un nuevo proceso legal.Isabel miró a Julio con frustración, luego a Daniel y Valeria, sintiendo que la situación se les escapaba de las manos.—Esto no se quedará así —dijo Isabel con determinación, levantándose de su silla—. Si no cumplen con lo prometido, tomaremos las acciones necesarias para hacer valer nuestros derechos.Julio se levantó también, ofreciendo una sonrisa cortés pero firme.—Comprendo su posición, Isabel. Sin embargo, el contrato es claro y no está sujeto a modificaciones. La mansión será transferida según los términos establecidos. Si deciden proceder por otros medios, les deseo suerte en su búsqueda de justicia.Valeria y Daniel se levantaron para despedir a Isabel y Bastián. La atmósfera estaba carg
—¿Mamá? —susurró, tratando de no despertar a Valeria, que se removió ligeramente, pero siguió dormida.—Daniel, necesito la respuesta de Valeria ahora mismo —la voz de Beatriz, su madre, sonaba urgente al otro lado de la línea—. El modelo Alejandro Duarte necesita la confirmación para la sesión en París, y nos queda muy poco tiempo para organizar todo, el prácticamente la esta reclamando.Daniel se sentó, pasando una mano por su rostro en un intento de despejarse. Valeria emitió un murmullo suave, girándose hacia él con el ceño fruncido.—¿Qué pasa? —preguntó ella con voz adormilada, al sentir que Daniel ya no estaba a su lado.—Es mi madre —respondió él, acariciando el cabello de Valeria para tranquilizarla—. Necesita tu respuesta sobre la sesión con Alejandro Duarte en París. Dice que necesita nuestra ubicación del hotel porque tenemos solo dos días para reservar los pasajes y organizar la llegada a Francia.Valeria se sentó lentamente, frotándose los ojos, mientras procesaba la inf
Beatriz frunció el ceño ligeramente, pero asintió, aceptando la explicación mientras entraba en la habitación.—Bien, me alegra saber que todo está en orden. Sin embargo, me pregunto, ¿acaso ustedes dos me esconden algo? —preguntó Beatriz con una mirada perspicaz, cruzando los brazos.Valeria intercambió una mirada con Daniel, sintiendo la presión de la pregunta. Daniel, aún riendo, decidió tomar la delantera.—Mamá, ¿de verdad crees que te esconderíamos algo? Solo estábamos haciendo algunos ajustes antes de tu llegada.Beatriz levantó una ceja, pero su mirada se suavizó.—Está bien, supongo que confiaré en ustedes. Pero recuerden, la confianza es clave en cualquier relación. Ahora, vamos a ponernos manos a la obra con todo lo que necesitamos para el viaje.Daniel y Valeria asintieron al unísono, aliviados de que Beatriz no profundizara más en el tema. Beatriz se dirigió hacia la mesa donde Valeria había dejado algunos papeles, mientras que Daniel y Valeria intercambiaron una sonrisa
La puerta del hotel se abrió de golpe, y Beatriz entró con una sonrisa amplia, sosteniendo los boletos en una mano y un par de bolsas en la otra.—¡Lo tenemos! —exclamó, levantando los boletos con entusiasmo—. ¡Todo está listo para nuestro vuelo a Francia!Daniel y Valeria, que estaban casi listo con eso de empacar, se volvieron hacia Beatriz con sonrisas de alivio y alegría. Habían estado trabajando con rapidez para asegurarse de que todo estuviera en orden antes de partir, y la noticia de Beatriz solo añadió una nueva ola de emoción a la atmósfera.—¡Perfecto! —dijo Daniel, aliviado de ver que los boletos estaban en sus manos—. ¿Tenemos tiempo suficiente para llegar al aeropuerto?Beatriz revisó su reloj, y luego asintió.—Sí, tenemos tiempo. El vuelo sale en unas pocas horas, y el tráfico debería estar despejado. Solo tenemos que asegurarnos de no olvidarnos de nada.Valeria, que había estado metiendo ropa en su maleta, se acercó a Beatriz y le dio un abrazo.—Gracias por encargart
—Vamos a dar lo mejor de nosotros —dijo Valeria con firmeza, mientras guardaba en su bolso los documentos que necesitarían.Daniel se acercó y le tomó la mano.—Estoy contigo, Valeria. Vamos a hacer que esta campaña sea un éxito.Tomaron un taxi hacia el estudio fotográfico. Las calles de París estaban llenas de vida, y a pesar de los nervios, Valeria sentía una extraña sensación de serenidad. Al llegar al estudio, fueron recibidos por el equipo creativo y por el director de la campaña, quienes se mostraban entusiastas por comenzar.Valeria respiró hondo cuando le anunciaron que el hijo del multimillonario, su compañero en esta campaña estaba por llegar. Daniel notó la tensión en su rostro y le dio un ligero apretón en la mano.—Recuerda, tú tienes el control —susurró a su oído antes de que ella cruzara la puerta del estudio.Valeria asintió, sintiendo la confianza que él le transmitía. Sabía que las próximas semanas serían un desafío constante, pero también serían una oportunidad par