Con eso, Valeria y Daniel se despidieron del hospital y de los padres de Valeria. La salida fue silenciosa, pero no incómoda. Había una especie de paz en el ambiente, una sensación de que, a pesar de todo, las cosas estaban tomando el rumbo correcto.Valeria sintió el aire fresco del exterior cuando salió del hospital, una brisa suave que le recordó lo agradable que era estar fuera después de tantos días.—Prometo que haré todo lo posible para que te sientas cómoda y puedas recuperarte pronto.Valeria le devolvió la sonrisa, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, todo estaría bien.—Confío en ti, Daniel —dijo con sinceridad.Estaba a punto de subirse al coche de Daniel cuando, de repente, un mareo inesperado la hizo tambalearse. Su cuerpo, aún débil por la operación y la falta de actividad, no estaba completamente listo para sostenerla.Antes de que pudiera reaccionar, Daniel ya estaba a su lado, sus manos firmes sosteniéndola por la cintura. La fuerza de su agarre la estabil
Finalmente cae la noche y Daniel se encuentra en su elegante habitación con un escritorio lleno de papeles importantes, sentado en su escritorio mientras el sol este a 1 minutos de que se oculte en el horizonte. Su rostro está tenso, la preocupación por la situación de Valeria es evidente. Con un suspiro profundo, toma su teléfono móvil y marca el número de la Oficial Martínez, buscando respuestas a las preguntas que lo han atormentado.La llamada se conecta, y después de unos segundos, la voz de la Oficial Martínez se oye al otro lado de la línea. — Hola, Daniel. ¿En qué puedo ayudarte? —Dijo Oficial Martínez con voz profesional pero cansada— Hola, Oficial Martínez. Quería saber si han tenido algún avance en la búsqueda de Eva —dice Daniel con una nota de frustración en su voz.— Lamentablemente, no hemos encontrado a Eva. Ella ha desaparecido y es muy difícil dar con su paradero en este momento. Aparentemente, ha logrado evadir nuestras búsquedas hasta ahora — Agrego la Oficial Ma
Valeria sonrió, sintiendo un calor reconfortante al escuchar su oferta. —Un desayuno típico con todo, suena perfecto. Aún no he tenido la oportunidad de probar las nuevas opciones del menú del restaurante cercano, o tambien venden en esta empresa, casi no me has enseñado toda tu empresa —.—Todavía tenemos tiempo para ir a un restaurante, que esta cerca de la empresa, para que comas lo que quieras yo te pagare el desayuno, por eso no te preocupes —dijo Daniel.—Esta bien, ahora entiendo porque no quisiste que desayudáramos en tu mansión —dijo Valeria con una sonrisa pícara.El aire fresco de la tarde acariciaba sus rostros mientras Valeria y Daniel caminaban juntos hacia el restaurante cercano. El bullicio de la ciudad se sentía distante, como si solo existieran ellos dos en ese momento. Las calles, normalmente llenas de gente y ruido, parecían más tranquilas, casi cómplices de la conexión que empezaba a florecer entre ellos.Valeria, todavía algo nerviosa por su regreso a la oficina,
Al regresar a la oficina, Valeria sintió una mezcla de emociones. Su vuelta no solo era un regreso físico al lugar que había aprendido a llamar hogar, sino también un renacimiento emocional. Con cada paso que daba junto a Daniel, sentía cómo las heridas del pasado comenzaban a cicatrizar, y algo nuevo y prometedor surgía entre ellos. Daniel no solo se había convertido en un apoyo invaluable durante su recuperación, sino también en un pilar en el que podía confiar, tanto profesional como personalmente.Mientras caminaban hacia sus respectivas oficinas, ambos intercambiaban miradas y sonrisas cómplices, aquellas que solo compartían quienes habían atravesado juntos las tormentas y ahora se encontraban en un remanso de paz.—Gracias por el desayuno, me pondré a trabajar, dime si necesitas algo que revise, o alguna sugerencia yo con gusto lo hago, con tal que tus padres no me maten, Daniel. Realmente lo necesitaba," dijo Valeria, deteniéndose en la puerta de su oficina.—El placer fue mío,
Valeria se giró hacia él, intentando disimular la agitación que sentía. —Sí, tiene razón, no entiendo que te molesta Sofia, si no hacemos nada malo, aparte ocúpate en trabajar, Daniel es un hombre adulto como ya te lo dijo —dijo con voz tensa.Daniel miró a Sofía con una expresión que claramente cuestionaba la necesidad de la conversación. —Sofía, si no hay nada más, podríamos continuar con el trabajo —Sofía le lanzó una última mirada a Valeria antes de dar un paso atrás. —Claro. Solo quería asegurarme de que todo estuviera en orden —.Cuando Sofía se alejó, Daniel se volvió hacia Valeria, su preocupación evidente. —¿Estás bien? Pareces un poco alterada —.Valeria forzó una sonrisa, aunque sabía que no era suficiente para ocultar lo que sentía. —Estoy bien. Solo ha sido un día raro, ¿De dónde salió esa mujer tan metida? —.Daniel la miró con una mezcla de comprensión y preocupación. —Si necesitas hablar de algo, estoy aquí para ti. No dejes que las cosas te agobien más de lo necesari
Las compañeras de trabajo recibieron a Valeria con calidez y comenzaron a involucrarla en la conversación. Daniel, a su lado, parecía más relajado de lo habitual, y Tyler no podía evitar preguntarse si Valeria tenía algo que ver con ese cambio en su hermano.Mientras el almuerzo transcurría, Tyler comenzó a hacer comentarios juguetones y bromas sobre su hermano, lo que parecía hacer que Daniel se sonrojara ligeramente. La atmósfera era amena, y Valeria notó cómo Daniel parecía disfrutar realmente de la compañía de su hermana y de las compañeras de trabajo. Era como si la presencia de Valeria aportara una calma que Tyler nunca había visto en él antes.En un momento, Tyler se inclinó hacia Daniel con una expresión pícara. —Oye, hermano, olvidé mi tarjeta de crédito en casa y necesito comprar algunas cosas. ¿Podrías prestarme 900 euros? Prometo devolverte el di pronto —.Valeria observó con asombro mientras Daniel, a quien siempre había visto tan reservado y controlado, abría su billetera
Valeria entregó el contrato firmado a la madre de Daniel, sintiendo el peso de su decisión caer sobre ella como una manta pesada. La mujer lo tomó con una sonrisa satisfecha, sus ojos brillando con algo que Valeria no podía identificar del todo, pero que la hacía sentir más expuesta de lo que le gustaría admitir.—Excelente, querida, —dijo la madre de Daniel mientras guardaba el contrato en la carpeta de cuero—. Sabía que tomarías la decisión correcta. —Se puso de pie, con la misma elegancia con la que había entrado, y dirigió una última mirada a Daniel antes de salir—. Confío en que te encargarás de todo, hijo. —Y con eso, salió de la oficina, dejando a Valeria y Daniel a solas.El silencio que siguió fue denso, cargado de algo indefinible. Valeria no podía evitar preguntarse qué esperaba exactamente de ella ahora que había firmado aquel contrato. Su mente corría en mil direcciones, tratando de descifrar las implicaciones de este nuevo rol que acababa de aceptar.Daniel permaneció en
Con un gesto decidido, se secó y comenzó a vestirse con ropa cómoda, algo que le hiciera sentir tranquila y relajada. Mientras se preparaba para acostarse, su mente seguía regresando a Daniel. Se preguntaba si él estaba pensando en ella, si la conexión que sentía era mutua o si era simplemente una ilusión creada por el ambiente cargado de emociones que habían compartido. Finalmente, Valeria se metió en la cama, el suave crujido de las sábanas siendo el único sonido que la rodeaba en la penumbra de la habitación. Apagó la luz de la mesilla y se acurrucó bajo las cobijas, tratando de ordenar sus pensamientos. La oscuridad de la habitación parecía envolverla, y mientras sus párpados comenzaban a cerrarse, se permitió soñar. Soñó con un futuro en el que sus decisiones la llevaban hacia un equilibrio entre sus sueños y sus responsabilidades, donde Daniel no era solo una complicación, sino una parte integral de su vida. Se vio a sí misma logrando el éxito en su carrera, pero también enc