Valeria entregó el contrato firmado a la madre de Daniel, sintiendo el peso de su decisión caer sobre ella como una manta pesada. La mujer lo tomó con una sonrisa satisfecha, sus ojos brillando con algo que Valeria no podía identificar del todo, pero que la hacía sentir más expuesta de lo que le gustaría admitir.—Excelente, querida, —dijo la madre de Daniel mientras guardaba el contrato en la carpeta de cuero—. Sabía que tomarías la decisión correcta. —Se puso de pie, con la misma elegancia con la que había entrado, y dirigió una última mirada a Daniel antes de salir—. Confío en que te encargarás de todo, hijo. —Y con eso, salió de la oficina, dejando a Valeria y Daniel a solas.El silencio que siguió fue denso, cargado de algo indefinible. Valeria no podía evitar preguntarse qué esperaba exactamente de ella ahora que había firmado aquel contrato. Su mente corría en mil direcciones, tratando de descifrar las implicaciones de este nuevo rol que acababa de aceptar.Daniel permaneció en
Con un gesto decidido, se secó y comenzó a vestirse con ropa cómoda, algo que le hiciera sentir tranquila y relajada. Mientras se preparaba para acostarse, su mente seguía regresando a Daniel. Se preguntaba si él estaba pensando en ella, si la conexión que sentía era mutua o si era simplemente una ilusión creada por el ambiente cargado de emociones que habían compartido. Finalmente, Valeria se metió en la cama, el suave crujido de las sábanas siendo el único sonido que la rodeaba en la penumbra de la habitación. Apagó la luz de la mesilla y se acurrucó bajo las cobijas, tratando de ordenar sus pensamientos. La oscuridad de la habitación parecía envolverla, y mientras sus párpados comenzaban a cerrarse, se permitió soñar. Soñó con un futuro en el que sus decisiones la llevaban hacia un equilibrio entre sus sueños y sus responsabilidades, donde Daniel no era solo una complicación, sino una parte integral de su vida. Se vio a sí misma logrando el éxito en su carrera, pero también enc
—Quiero que le eches un ojo a este documento que esta incompleto, hace 5 meses que no se recibe eran de la carpeta roja —dice Daniel.—Quiero ver —dice Valeria.—Solo analízalo, siéntate, yo revisare otros documentos, aunque hay cosas que no están gustando, necesito revisar bien, aunque no se si fuimos hackeados, solo se que hay unos papeles que no cuadran, eso me pone tenso —dijo Daniel con tono preocupado.—Por favor, Daniel, solo tranquilízate, se va a solucionar, y si están hackeando pues vamos a dar con ellos, es momento que mandes a un profesional a tu empresa para que revise y pueda ayudarte, porque si se trata de hackeo profesional, sera difícil dar con esa persona, eso me recuerda a Eva, nunca supimos de ella, y donde esta quien sabe —dijo Valeria en tono molesto.—Tienes razón, vere si puedo conseguir algún profesional en hackers para que me ayude con esos papeles —añadió Daniel mirando los ojos de Valeria.—Daniel No me mires asi, me pones nerviosa.—Valeria no tengo otra m
—Valeria, sé que te sientes insegura, pero quiero que comprendas algo. Esta no es solo una empresa de modelaje común y corriente. Es una plataforma internacional, con una red de contactos que abarca desde diseñadores de renombre hasta los medios más influyentes del mundo de la moda. No es solo cuestión de saber manejar una empresa, sino de comprender el arte y la visión que hay detrás de cada proyecto.Valeria asintió, comprendiendo la magnitud de lo que se esperaba de ella. La responsabilidad que le estaban colocando sobre los hombros era inmensa, pero también un voto de confianza que no se tomaba a la ligera.—Lo entiendo, señora Beatriz. Haré todo lo que esté en mis manos para estar a la altura de sus expectativas.—No se trata solo de expectativas, Valeria, sino de aprovechar esta oportunidad. Tienes un talento natural para los negocios y un instinto que rara vez se encuentra en alguien tan joven. Beatriz y yo hemos discutido esto, y creemos que eres la persona indicada para ayuda
Valeria asintió, agradecida por el apoyo de todos. —Haré todo lo posible por estar a la altura de sus expectativas, —respondió con determinación.Daniel, percibiendo la ligera tensión en el ambiente, decidió suavizar la situación. —Bien, ahora que estamos todos aquí, ¿por qué no nos sentamos y empezamos? —Sugirió con una sonrisa relajada.La sala de juntas, con su larga mesa de cristal y sillas de cuero negro, les ofrecía un entorno perfecto para la discusión que se avecinaba. Todos tomaron asiento, y mientras Valeria se acomodaba en su lugar, Mateo, sentado justo enfrente de ella, le dirigió una última mirada cargada de promesas.—Estoy seguro de que este será el comienzo de algo grande, —murmuró Mateo lo suficientemente bajo para que solo Valeria lo escuchara, antes de que la reunión comenzara formalmente.—Valeria, me alegra que hayas llegado a tiempo, —dijo un hombre guapo e intelectual mientras se acercaba para saludarla—. Quiero que conozcas a los miembros de nuestro equipo. Mi
El comedor de la empresa estaba decorado con elegancia discreta. Las paredes de tonos neutros estaban adornadas con arte contemporáneo, y las grandes ventanas ofrecían una vista espectacular de la ciudad. La mesa larga estaba dispuesta con exquisitos platos, listos para el almuerzo que estaba por comenzar. Valeria se sentó entre Daniel y Mateo Serrano, mientras que Beatriz y Alejandro tomaron sus lugares en el extremo opuesto de la mesa. La conversación comenzó con temas triviales, pero rápidamente se tornó más interesante cuando Alejandro mencionó algo que captó la atención de todos. Todos estaban mas interesados en comer que en hablar. —He oído que has conseguido que Sofía Moretti sea la entrenadora de modelaje para Valeria, —dijo Alejandro, levantando una ceja con admiración—. No puedo creer que hayas logrado que una de las mejores entrenadoras del mundo venga aquí. Es muy difícil que ella venga hasta aquí y recorra kilómetros, espero que pueda venir, eso seguiré grandioso. Valer
—Valeria, —dijo Daniel con un tono más bajo, casi un susurro—, no quiero presionarte. Pero no puedo seguir fingiendo que no siento esto por ti.Valeria respiró profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Sentía que había caído en una espiral de emociones que no había anticipado, y aunque cada fibra de su ser le gritaba que estaba jugando con fuego, no podía negar el deseo que la consumía.—Daniel, no sé si esto es lo correcto, —respondió finalmente, su voz temblando ligeramente—. Todo está pasando tan rápido, y… estamos en un lugar complicado.Daniel sonrió con una mezcla de comprensión y deseo, acercándose de nuevo, esta vez más controlado, aunque la tensión entre ellos seguía palpable.—Sé que es complicado, —dijo, sus dedos rozando suavemente la mejilla de Valeria—, pero nada que valga la pena es fácil. Y tú… tú vales cada complicación.Valeria cerró los ojos por un instante, disfrutando del toque suave de Daniel, pero su mente estaba en conflicto. Sabía que si cru
El aire en la sala de muestras se cargó con una electricidad palpable mientras Valeria y Daniel seguían explorando el espacio, rodeados por vestidos de alta costura y la suave luz que bañaba cada rincón. Valeria no podía evitar sentirse atrapada en la intensidad de su mirada, en la cercanía de sus cuerpos que parecía reducirse con cada minuto que pasaba.—Valeria, —dijo Daniel en un tono más suave—, no quiero que pienses que esto es solo una simple atracción física. Lo que siento por ti va mucho más allá.Ella lo miró, sorprendida por la sinceridad en sus ojos. Sus palabras la conmovieron, pero también encendieron una chispa de miedo dentro de ella. Valeria sabía que si permitía que las cosas avanzaran entre ellos, no habría marcha atrás. Estaba a punto de cruzar una línea que cambiaría su vida para siempre.—Daniel… —comenzó, tratando de encontrar las palabras adecuadas—, yo también siento cosas por ti, cosas que no había sentido en mucho tiempo. Pero todo esto me asusta. Mi carrera,