Antes de que Beatriz pudiera responder, Alejandro volvió a aparecer con un documento elegante en la mano, que sostenía con una mezcla de autoridad y eficiencia. La hoja estaba cuidadosamente desplegada y escrita en un lenguaje formal.—Aquí está el contrato —anunció Alejandro—. Necesito que ambos firmen para que podamos proceder. Este documento confirma que Valeria estará a mi disposición en todo momento durante la duración de la campaña. Incluye detalles sobre su disponibilidad, las condiciones de trabajo y las compensaciones correspondientes.Daniel tomó el contrato y lo examinó rápidamente, su rostro se endureció a medida que leía.—Esto es completamente inaceptable —dijo, levantando la vista—. No voy a permitir que Valeria se convierta en una marioneta. Necesitamos discutir esto más a fondo.Alejandro mantuvo su expresión inmutable, su mirada fría y profesional.—Entiendo que es una petición estricta, pero ustedes deciden, es el dinero y promoción o no hay trato en nada —dijo—. Pe
—Claro que eres mío, Daniel. —Su voz era firme pero suave—. Pero esto es algo que debo hacer. Necesito asegurarme de que la campaña sea un éxito, para que todos en la empresa de tu madre y las diseñadoras obtengan el reconocimiento que merecen. Es un sacrificio que debo hacer, y estoy dispuesta a hacerlo.Daniel respiró hondo, su rostro mostrando una mezcla de resignación y amor.—Sé que lo haces por una buena causa, y te admiro por ello. Solo espero que recuerdes lo que significas para mí, incluso cuando estés lejos.Valeria sonrió tristemente, su corazón latiendo con fuerza al ver la vulnerabilidad en los ojos de Daniel.—Siempre recordaré lo que significas para mí —dijo—. No importa dónde esté, tú eres una parte esencial de mi vida. Haré todo lo posible para que esta campaña sea un éxito y para que tu madre y sus diseñadoras vean el reconocimiento que merecen. Y cuando regrese, estaré aquí, lista para estar a tu lado.Daniel, aliviado por sus palabras, la abrazó con fuerza. Era un
Mientras se dirigían hacia la limusina que los llevaría a la mansión, Valeria sintió la presión de las expectativas y la presión del nuevo entorno. Alejandro, a su lado, hablaba de la mansión y de las maravillas que ofrecía, pero Valeria se centró en mantener la calma y en prepararse mentalmente para lo que estaba por venir. Su corazón latía con fuerza, pero su determinación de hacer bien en la campaña le daba la fuerza para seguir adelante.La mansión de Alejandro se perfilaba en el horizonte, una promesa de lujo y comodidad que Valeria aceptó con la esperanza de que su profesionalismo la llevaría a superar cualquier desafío que pudiera enfrentar en el camino.La limusina se deslizó suavemente por las calles de la ciudad, y Valeria se encontró rodeada de un lujo que no había experimentado en su vida. Los asientos de cuero suave y el ambiente impecable del vehículo no hicieron mucho por calmar su inquietud. Alejandro, sentado a su lado, hablaba con entusiasmo sobre la mansión, pero V
—No solo la elegí porque esta mansión es espectacular, sino porque encontré en ti algo especial —dijo Alejandro, su voz un susurro suave que parecía cargado de significado—. Hay algo en ti que va más allá de tu belleza.Valeria lo miró con una mezcla de sorpresa y escepticismo. No estaba segura de cómo interpretar sus palabras, pero sentía un leve desconcierto. Alejandro continuó, moviéndose más cerca de ella.—La forma en que te mueves, tu presencia... Todo en ti parece encajar perfectamente aquí. —Sus ojos brillaban con una intensidad que hacía que Valeria se sintiera incómoda—. Quiero que sientas que este lugar es tuyo también, al menos por un tiempo.Valeria dio un paso atrás, tratando de mantener la distancia física y emocional. Intentaba centrarse en el entorno en lugar de en la insinuación subyacente de Alejandro.—Gracias por la bienvenida, Alejandro —dijo Valeria, su tono firme—. Aprecio la invitación a tu mansión.Alejandro sonrió, su expresión no del todo desalentada por la
—Estas son las prendas que he seleccionado especialmente para ti —dijo Alejandro mientras entraba en la habitación, su voz cargada de un tono sugestivo—. Cada una ha sido elegida para realzar tu belleza y adaptarse a cualquier ocasión que surja durante tu estancia aquí.Valeria caminó hacia el armario, sus ojos se posaron en la ropa impecable. Había camisas de seda, pantalones de alta costura, y unas sandalias de diseño exquisito que completaban el conjunto. Todo estaba dispuesto de una manera que resaltaba la calidad y el lujo de las prendas.—Es... impresionante —murmuró Valeria, su sonrisa natural asomando mientras admiraba la ropa—. Muchas gracias por esto.Alejandro se acercó a ella, su presencia imponente y magnética a medida que la rodeaba con su aura. Se detuvo detrás de ella, colocando una mano en la cintura de Valeria con una familiaridad que la hizo estremecer.—Quiero asegurarme de que cada detalle esté a tu gusto —dijo Alejandro en un tono bajo, su aliento cálido contra e
Valeria se giró para sentarse en la silla, justo se dio cuenta que había un espejo, entonces vio el cambio de su vestimenta, sintiendo la mirada de Alejandro en su espalda. Mientras se preparaba para la noche, su mente estaba ocupada con la necesidad de mantener su profesionalismo y su determinación de no dejarse llevar por la atmósfera seductora que Alejandro estaba creando a su alrededor.Valeria seguía ajustándose el pantalón, observando el cincho con nervios, cuando Alejandro se acercó de nuevo, esta vez con una sonrisa enigmática en su rostro más picante que antes.—Valeria, creo que es momento de que bajes al comedor —dijo Alejandro con un tono amable pero lleno de insinuación—. La comida está lista y caliente, y sería una excelente oportunidad para que conozcas a mis hermanos.Valeria levantó la vista, sorprendida por la invitación inesperada. Según ella comerían solos. Aunque el ambiente seguía siendo incómodo, aceptó con una sonrisa forzada.—Claro, Alejandro. Estoy lista pa
—Exactamente, Valeria. Estoy seguro de que tu visión y tu habilidad para transmitirla serán fundamentales para el éxito de la campaña.El ambiente en la mesa comenzó a relajarse un poco, aunque la tensión aún flotaba en el aire. Isabel y Bastián intercambiaron miradas, pareciendo reconsiderar sus primeras impresiones sobre Valeria.—Bueno, parece que tienes un plan sólido —dijo Isabel con una sonrisa que parecía genuina—. Estoy segura de que harás un buen trabajo.—Gracias, Isabel —respondió Valeria, con una sonrisa de gratitud—. Estoy aquí para dar lo mejor de mí y para colaborar con todos ustedes.La comida continuó con una conversación más fluida sobre la campaña y otros temas relacionados. Valeria, aunque aún sintiendo el peso de las miradas, comenzó a sentirse más cómoda a medida que la interacción se volvía más cordial.Minutos despues.Valeria estaba a punto de levantarse de la mesa con los platos cuando la voz de Isabel la detuvo.—Necesito tu ayuda para recuperar a Daniel —d
Isabel alcanzó a agarrar la mano de Valeria justo cuando esta iba a dar el último paso para dirigirse al pasillo largo. El contacto repentino hizo que Valeria se detuviera en seco, pero no pudo evitar el estremecimiento que recorrió su cuerpo. Sin embargo, antes de que Valeria pudiera reaccionar, Isabel, con una furia descontrolada en los ojos, le tomó del cuello con una mano firme, apretando su garganta con una fuerza que hizo que Valeria soltara un gemido de sorpresa y dolor.—¡Necesito que me digas todo sobre Daniel! —gritó Isabel, su voz retumbando en la sala con un eco desesperado—. ¡Todo lo que sabes! ¡No me hagas esto!Valeria intentó jadear, su respiración se volvía cada vez más difícil. Sus ojos estaban abiertos en un intento de desesperación por liberar el aire que le faltaba. La angustia y el miedo llenaron su mente, y sus manos buscaron instintivamente el brazo de Isabel, intentando aflojar el agarre.Alejandro, horrorizado por la escena, se lanzó hacia Isabel, tratando de