Agradezco a cada uno de vosotros que ha llegado hasta el final de esta historia. Muy pronto estaré publicando un nuevo libro que se titula: Amor secreto con mi hermanastro.
El abogado Marco y su pequeña traviesa siguen en contacto. La chica ya ha terminado sus vacaciones y está de vuelta en la ciudad para continuar con sus estudios, cosa que tiene muy contento a su enamorado porque estarán más cerca y podrán verse más seguido.— ¿Tus padres saben que pasó algo entre nosotros? —Preguntó. Observándola con ojos de amor.— No. Si se enteran me castigarán y me enviarán de regreso al campo. No me lo quiero ni imaginar, se sentirán deshonrados y avergonzados con el señor Volkover, siendo gracias a él que estoy sacando la carrera de mis sueños. —confesó.Marco es muy cariñoso y detallista con su chica. A estas alturas ninguno de los amigos está enterado de su relación con ella, prefiere que sea así porque teme que la molesten, así como hacían con Jandé e Imanol. Ahora que lo recuerda, sonríe por cada broma que hicieron y que ponía de los nervios a Imanol.— ¿En qué piensas? Debe ser algo muy divertido porque estás sonriendo. —Dijo la chica al estar a su lado mie
ALEXADos meses han pasado y del imbécil de Marco no he vuelto a saber nada. En ocasiones me he sentido tentada a llamarle y preguntarle como está, pero cuando recuerdo aquellas palabras que me dijo y ver el rostro de triunfo de su puta, me lleno de rabia y las ganas de saber de él se esfuman por completo.Desde hace una semana estoy presentando síntomas dudosos, mareos, vómitos matutinos e incluso repulsión a ciertos alimentos. Mi mejor amiga, que también es mi compañera en la facultad, me dice que estoy embarazada. Yo me niego a que sea eso, no lo quiero aceptar, no es posible que ahora que Marco y yo nos hemos separado aparezca un bebé para acabar de matarme.Mi amiga logró convencerme para que fuera al hospital y realizarme los estudios correspondientes. Cuando íbamos de camino, recibí una llamada de mi hermano. Él y yo nos criamos juntos, pero no somos hermanos de sangre, pero igual nos queremos sin diferencia.Me comentó que estaba en la capital y que quería verme. Claro que se
Sus manos se formaron en un puño, necesitaba hacer eso para que la sangre en sus venas se relajara y no le hiciera desplomar en ese momento. Duele, duele saber que la mujer que amas ahora está embarazada y no saber si el bebé es tuyo o del amante.Justo en ese entonces llegó Alexa, todos estaban callados, cada uno asimilando la noticia.— ¿Marco? ¿Qué haces aquí? —Preguntó con molestia.— ¡Que Marco, ni que nada! Olvídate de lo que haga o deje de hacer este idiota y mejor explícame cómo es eso de que estás embarazada. —Preguntó, rechinando los dientes.— ¡Oye! ten más respeto cuando le hables. —Dijo Marco, metiéndose en su discusión, no soportando que en su presencia alguien más que no sea él le hable en ese tono.— Tú no te metas en lo que no te importa. ¡Este asunto es entre mi hermana y yo! —exclamó, dándole un empujón para que se alejara.— ¿Hermana? ¿Hermanos? —susurró sin poder creer lo que había escuchado.— Ven conmigo, dejemos que ellos hablen, lo necesitan. Le aconsejó su am
Esa noche Marco fue al apartamento de Alexa, ahora está desesperado por hablar con ella y pedirle perdón. Sin embargo, por más que estuvo llamando a la puerta la joven no salió, en realidad, ella no quiere ni verlo porque hasta la vez le duelen aquellas palabras.Marcó su número de teléfono, pero este lo enviaba al contestador automático. Ella hace unos días se cambió de red y él no lo sabe. Al día siguiente ocurrió lo mismo, hasta que unos días después la pudo localizar y finalmente hablar.— Hubo un malentendido en aquella noche, revisé tu celular y pensé que me estabas engañando, así que, contacté a una mujer de la vida alegre para que me hiciera olvidar de ti. Antes de que pasara algo, llegaste tú y te hice creer que estaba saliendo con ella. —confesó.— No soy estúpida, Marco. Esa mujer te observó y se dirigió a ti como si te conociera de antes, no me vengas con el cuento ese.— Amor, mi pequeña. Juro que te estoy diciendo la verdad. Debes de creerme, por el bien de nuestro hijo
— ¿Qué sucede? ¿Por qué estoy aquí? —Preguntó al recobrar el conocimiento.— ¿Qué es lo último que recuerdas? —indaga uno de los amigos, tratando de confundirlo aún más.— ¡Ah! Díganme que… que no es cierto lo que esa doctora dijo. Esteban, tú eres ginecólogo y no me vas a mentir, dime que fue lo que viste en esa pantalla.— Hermano, tus cinco hijos se veía muy felices, incluso saludaron con su manita a la madre y a todos sus tíos. —confirmó el antes mencionado.— ¿Dónde está Alexa?— Quizá ya se ha marchado con su amiga. Tu cuerpo se desvaneció y nos preocupamos por ti, no sabemos el resto.— O sea que… ¿ella no estaba preocupada por mí? —lamentó con su mirada triste.— Dijo que no le importaba si dejabas la vida en este hospital. Ella está muy dolida, hermano, creo que te costará un mundo hacerla que vuelva a creer en ti.Marco siguió preguntando que como es que ellos sabían que la chica estaría en ese lugar. Ellos dijeron que había sido una coincidencia, la encontraron y supieron e
Alexa no se atrevió a decir más. Este no es un buen momento para ponerse en contra de una madre que confiaba en ella y que ahora la ha decepcionado y humillado. Hizo su maleta y salieron, su padre en ese momento no estaba con ellas porque estaba cumpliendo con unas diligencias, motivo por el cual vinieron hasta aquí.— Tu padre nos alcanzará en el pueblo, ya he hablado con él, prepárate para lo que te espera. —Le advirtió su madre— la chica se estremeció al imaginar lo cruel que puede llegar a ser su padre cuando está enojado. Por otro lado, Marco compró muchas frutas de temporada para llevarle a su amada. La amiga le dijo que se portara bien si la quería reconquistar y eso es lo que está haciendo. Al no recibirlo en el apartamento, le llamó a la chica, pero nunca obtuvo respuesta. Pasaron los días y es como si a ella se la hubiese tragado la tierra, nadie sabe dónde se encuentra o al menos eso es lo que le hacen creer.— Amigos, gracias a que todos tenemos libre este fin de semana,
La joven quiere hacer una confesión, pero el hombre impaciente no la deja que termine de expresar lo que tiene que decir.— ¡Qué! ¿Cómo qué no estás embarazada? —Le interrumpió asombrado y un tanto molesto por haber sido engañado.— Déjame terminar. No estoy embarazada de…— ¿No estás embarazada de mí? Entonces, ¿quién es el padre de los niños?— ¡Marco! —Grita, con impaciencia— por favor déjame terminar y cierra tu boca de una vez por todas. No estoy embarazada de quintillizos…— No me digas que se sumó uno más y ahora son seis, ¡Dios mío! Me voy a morir.— Basta de dramas, idiota. Si esta vez no me dejas terminar de hablar, comenzaré a gritar para que nos vengan a abrir la puerta. —Le amenazó.Solo es un bebé el que tengo en mi vientre. —Confesó, sonriendo.— Pero la doctora mencionó que eran cinco, ¿acaso abortaste los cuatro restantes?— No digas tonterías. Tus amigos y yo decidimos jugarte una broma ese día. La doctora también se sumó a la pequeña broma. Ja, si hubieses visto tu
Leonardo es el pediatra en esta historia conformada por cuatro amigos que desde que se conocieron forjaron una amistad de lo más bella posible en la cual prometieron nunca separarse por muy disgustados que se encuentren y desde entonces se han vuelto inseparables en honor a esa promesa.Ya conocemos la vida amorosa de Imanol y su pequeña Bambi Jandé, Marco y su pequeña traviesa Alexa. En esta ocasión hablaremos sobre Leo y Anyi, la chica que conoció cuando ella huía de su marido y por poco acaba en las ruedas del auto del pediatra.Anyi es una joven a la que desgraciadamente sus padres vendieron a un hombre poderoso. Este la usaba como su juguete sexual, a pesar de su temprana edad, ya estaba siendo víctima de abusos, golpes e incluso droga no consensuada. En un momento en que su comprador se descuidó, ella se propuso a huir y lo logró. ¿De qué manera? Saliendo del centro comercial donde ambos se encontraban y lanzándose al primer auto que vio acercarse, y, aunque no la golpeó, pero e