— ¿Qué sucede? ¿Por qué estoy aquí? —Preguntó al recobrar el conocimiento.— ¿Qué es lo último que recuerdas? —indaga uno de los amigos, tratando de confundirlo aún más.— ¡Ah! Díganme que… que no es cierto lo que esa doctora dijo. Esteban, tú eres ginecólogo y no me vas a mentir, dime que fue lo que viste en esa pantalla.— Hermano, tus cinco hijos se veía muy felices, incluso saludaron con su manita a la madre y a todos sus tíos. —confirmó el antes mencionado.— ¿Dónde está Alexa?— Quizá ya se ha marchado con su amiga. Tu cuerpo se desvaneció y nos preocupamos por ti, no sabemos el resto.— O sea que… ¿ella no estaba preocupada por mí? —lamentó con su mirada triste.— Dijo que no le importaba si dejabas la vida en este hospital. Ella está muy dolida, hermano, creo que te costará un mundo hacerla que vuelva a creer en ti.Marco siguió preguntando que como es que ellos sabían que la chica estaría en ese lugar. Ellos dijeron que había sido una coincidencia, la encontraron y supieron e
Alexa no se atrevió a decir más. Este no es un buen momento para ponerse en contra de una madre que confiaba en ella y que ahora la ha decepcionado y humillado. Hizo su maleta y salieron, su padre en ese momento no estaba con ellas porque estaba cumpliendo con unas diligencias, motivo por el cual vinieron hasta aquí.— Tu padre nos alcanzará en el pueblo, ya he hablado con él, prepárate para lo que te espera. —Le advirtió su madre— la chica se estremeció al imaginar lo cruel que puede llegar a ser su padre cuando está enojado. Por otro lado, Marco compró muchas frutas de temporada para llevarle a su amada. La amiga le dijo que se portara bien si la quería reconquistar y eso es lo que está haciendo. Al no recibirlo en el apartamento, le llamó a la chica, pero nunca obtuvo respuesta. Pasaron los días y es como si a ella se la hubiese tragado la tierra, nadie sabe dónde se encuentra o al menos eso es lo que le hacen creer.— Amigos, gracias a que todos tenemos libre este fin de semana,
La joven quiere hacer una confesión, pero el hombre impaciente no la deja que termine de expresar lo que tiene que decir.— ¡Qué! ¿Cómo qué no estás embarazada? —Le interrumpió asombrado y un tanto molesto por haber sido engañado.— Déjame terminar. No estoy embarazada de…— ¿No estás embarazada de mí? Entonces, ¿quién es el padre de los niños?— ¡Marco! —Grita, con impaciencia— por favor déjame terminar y cierra tu boca de una vez por todas. No estoy embarazada de quintillizos…— No me digas que se sumó uno más y ahora son seis, ¡Dios mío! Me voy a morir.— Basta de dramas, idiota. Si esta vez no me dejas terminar de hablar, comenzaré a gritar para que nos vengan a abrir la puerta. —Le amenazó.Solo es un bebé el que tengo en mi vientre. —Confesó, sonriendo.— Pero la doctora mencionó que eran cinco, ¿acaso abortaste los cuatro restantes?— No digas tonterías. Tus amigos y yo decidimos jugarte una broma ese día. La doctora también se sumó a la pequeña broma. Ja, si hubieses visto tu
Leonardo es el pediatra en esta historia conformada por cuatro amigos que desde que se conocieron forjaron una amistad de lo más bella posible en la cual prometieron nunca separarse por muy disgustados que se encuentren y desde entonces se han vuelto inseparables en honor a esa promesa.Ya conocemos la vida amorosa de Imanol y su pequeña Bambi Jandé, Marco y su pequeña traviesa Alexa. En esta ocasión hablaremos sobre Leo y Anyi, la chica que conoció cuando ella huía de su marido y por poco acaba en las ruedas del auto del pediatra.Anyi es una joven a la que desgraciadamente sus padres vendieron a un hombre poderoso. Este la usaba como su juguete sexual, a pesar de su temprana edad, ya estaba siendo víctima de abusos, golpes e incluso droga no consensuada. En un momento en que su comprador se descuidó, ella se propuso a huir y lo logró. ¿De qué manera? Saliendo del centro comercial donde ambos se encontraban y lanzándose al primer auto que vio acercarse, y, aunque no la golpeó, pero e
LeoEs mi hora de salida, he quedado con mis amigos para ir al bar que ha abierto el primo de uno de ellos, celebraremos el hecho de que ahora soy el dueño de la clínica en donde antes solo era un empleado. Ahora trabajo siempre como pediatra, con la diferencia de que ahora soy mi propio jefe y eso me hace muy feliz.No sé por qué, pero desde que me desperté esta mañana no he dejado de pensar en Anyi. Aquella pequeña princesa que solo apareció en mi vida para mostrarme lo que es el amor y el desamor al mismo tiempo, aunque con tan solo dos semanas de conocernos no le podía decir que me estaba enamorando de ella, saldría corriendo decepcionada y me trataría de psicópata así como su comprador.Su imagen no sale de mi mente, escucho su voz que me pide ayuda, es como si la tuviera detrás de mí, hablando discretamente, pero no es así. Todo el día he pasado con esa fea sensación que no me permite ni siquiera involucrarme en los proyectos que mis amigos están mencionando.De pronto la vi, ya
La joven hizo el esfuerzo de zafarse de aquella persona, pero este, en lugar de dejarla ir, la aprisionó más a su pecho y con su voz ronca y sensual le susurró:— Soy Leo, si estás aquí es porque quieres que te rescatemos.Al escuchar esa agradable voz, la joven dejó de patalear y se tranquilizó. No ha sido el monstruo el que la ha atrapado, es su salvador que por segunda ocasión arriesga su vida por la de ella.— Sí, por favor ayúdame. Sácame de aquí lo antes posible, él se dará cuenta de que no estoy a su lado y me buscará. Esta vez, si me encuentra me matará, lo ha dicho en reiteradas ocasiones. —Dijo corridamente cuando él retiró su mano para escuchar la respuesta.— Dime, ¿ese hombre tiene hombres de seguridad?— No. Solo hemos venido él y yo.Eso fue una buena noticia para Leo, pronto le hizo una llamada de emergencia al amigo que despista al malvado y le informa que está solo y no habrá problema.— ¿Confías en mí? —preguntó para asegurarse de lo que ella ha dicho.— Lo hago ha
De Leonardo brotó una fuerte carcajada, pues desde luego que se esperaba esa reacción que mostró la joven. Pero él sabe que no se pasará con ella, ni aunque duerman juntos no pasará nada que ella no esté de acuerdo.— Lo lamento, es lo que hay y ya es tarde para buscar otro hotel, además el resto de conferencistas también están hospedados en este lugar. —explicó.La joven aceptó que fuera así, incluso ella misma se sintió estúpida al estar cuestionándole las cosas al hombre que solo trata de protegerla y ser amable con ella.— ¿Qué haces? —Cuestiona al ver que la joven se está acomodando para dormir en el suelo.— Mañana debes de estar presentable y lucir bien para hablar frente a cientos de personas. Debes descansar mucho para que todo te salga de la mejor manera posible, has dicho que esto es una competencia, debes de ganarle a todos tus oponentes y convertirte en el candidato a presidente del colegio médico. —Expresó, siendo cortés.— De ninguna manera permitiré que duermas incómod
Por la mañana desayunaron en la habitación, Leo está haciendo todo lo posible para evitar que ella salga y sea vista por alguien que les esté vigilando y pasando información al hombre malvado.— Saldremos de compras cuando la conferencia acabe. —informa.— No necesito más nada. Jandé me llevó a las tiendas del señor Imanol y he traído suficiente ropa para este viaje.— Ya dijiste, lo hizo Jandé. Es momento de que yo lo haga, ¿a poco no te gustaría que te obsequie muchos detalles?— Solo no quiero causar molestias. —se sinceró.— Si gustas puedes acompañarme, pero si prefieres quedarte encerrada no hay problema y luego vengo por ti, aquí estarás muy segura, además, he contratado a un guardaespaldas de agencia para que te vigile mientras yo no esté cerca de ti.— Quiero ir contigo, ya no soporto quedarme encerrada, siento que me asfixio con los recuerdos del pasado.Grave error el que cometió la pequeña princesa al asistir a dicho evento. Su padre, que también es un médico, se encuentra