PAIGE
Lo de hoy ha sido un aviso, pero nada me prepara para lo que pasa el día siguiente. Viernes. Me despierto y todo está normal, tranquilo. Desayunamos los tres juntos de nuevo y esa vez Owen juega con la comida haciendo un desastre con sus cereales. Está feliz, se ríe y su risa llena el apartamento.
—Di que soy tu tía favorita —le canturrea Jo mientras yo limpio y ella le cambia la ropa por una limpia.
La escucho desde la cocina y me hace sonreír. Owen se ríe y su risa me hace inmensamente feliz.
—¡Tía! —grita él entre risas y casi ni se lo entiende.
—¡Eso es! ¿Quién te quiere? ¡Yo! ¿Qui&eacut
ASHTONMe subo los pantalones de chándal y me voy poniendo la sudadera mientras cierro la cremallera de mi mochila, ni recojo mis pantalones de boxeo del suelo. Salgo de la habitación con el móvil pegado a la oreja y camino en la otra direción hacia la puerta de salida trasera dónde he aparcado el coche. Está todo lleno y al pasar entre dos capullos que no saben aparcar sus putas mierdas, les araño los laterales y piso el acelerador hasta la carretera. Es suerte, es el puto destino, fue una coincidencia de la hostia que me la encontrara la semana pasada, que me llevara a su casa, y es una suerte que lo recuerde. Llego al centro comercial primero, de allí el camino hasta su edificio se me hace eterno. El teléfono no ha dejado de vibrarme contra le oreja con un huevo de mensajes, no los he mirado pero sé de quiénes son porque yo nunca me
PAIGE—Si te soy sincera pensaba que terminaríais en la cama —me confiesa Jo durante la comida.—¡¿Qué dices?! —exclamo.¿Yo? ¿Volver a estar con Ashton? Sin ser una mentirosa diría que sí, que podría acostarme con él si no tuviéramos un hijo en común, y aún con Owen creo que me acostaría con Ashton si no tuviera novia. Que sea un completo capullo no le quita lo atractivo que es y el inegable deseo sexual que transmite. Sólo que iría con mucho cuidado, demasiado, mucho más de lo normal.—¿Qué? Es increíblemente sexy y hace mucho que tú no ti
ASHTON—Necesito más de esto —dice Unax. Sí, necesita más alcohol para aguantar todos los rechazos de Paige.Sé que eso le jode, le veo más enfadado e insistente cada vez que ella esquiva sus intentos de abrirle las piernas. Halagar sus ojos unas diez veces no le ha servido tampoco para nada. No debería, lo sé, que se folle a quién quiera, ¿pero a uno de mis amigos? Me alegra que le rechace porque no quiero a ninguno de estos cerca de mi hijo o jodiendo con la persona que más lo cuida.—¿Quieres algo?—No, no bebo alcohol —responde ella.
PAIGE—Diez ¿y tú? —me pregunta Jo.—Veinte —respondo.Levanta las cejas y le tapa los oídos a Owen que ve tranquilo los dibujos sentado en su regazo.—¿Tan dotado está o es que te dio duro contra el lavabo?Recordarlo me eriza la piel. Aún me tiemblan las piernas. Levanto dos dedos de una mano y ella suelta un chillido que me hace reir y Owen se ríe con nosotras. Todavía lo pienso y cierro los ojos para cerciorarme de que ha pasado, me he vuelto a acostar con Ashton.—Y... ¿Sólo eso? ¿No hablásteis o...?
PAIGEEl viernes llega rápido, Samuel me recuerda nuestra salida cuando nos encontramos en el campus y eso me pone inquieta. Es la primera vez en meses que quedo con un chico a solas de esta manera. He quedado en que pasaría a por mi a las diez y media porque he conseguido cambiarle el turno del almacén a una compañera y hoy llevo una muda de ropa en el bolso para no ir con el uniforme del trabajo; además, ya voy maquillada a la guardería a pasar el poco tiempo que me queda con Owen hasta el lunes.—Estás guapa —me dice con su vocecilla y me acaricia el pelo que me he rizado un poco.—Gracias, cariño —susurro.—Mira —me dice y se se aleja unos pasos para que le vea intenta
PAIGELa noche con Samuel está bien pero cuando me despierto, sé que serán cosas esporádicas. Nos seguimos encontrando por el campus y considero que somos amigos porque de vez en cuando nos tomamos un café en la cafetería. Ha dejado caer un par de veces que le gustaría repetir pero yo también he dejado caer que no podré hasta dentro de dos fines de semana. Es una pequeña y fogosa rutina que empezamos a mantener: cada dos viernes nos vamos al motel.—Iré esta tarde a ver el partido de fútbol a casa de Ian.Levanto la cabeza de mis cereales, he dormido fatal porque Owen ha decidido despertarse a las cuatro de la mañana e intentar salir de su cuna escalando. Suerte tengo de seguir con el monitor de bebés.<
ASHTONDos semanas y no he dejado de darle vueltas a lo que me dijo Apolo. Cada vez que lo pienso deshecho la idea, yo no puedo tener algo serio, mucho menos con Paige; sin embargo sigo pensándolo.Este ha sido el fin de semana con ella, llevo cinco días sin ver a Owen y desde que lo veo más a mendo estoy mejor, me hace bien verle más días a la semana.—Y... ¿vamos a salir esta noche?Sus uñas tan puntiagudas me acarician la serpiente tatuada en el cuello, logra arañarme y hacerme daño así que me la saco de encima.—No.—¿Por qué? —refunfuña—. ¿Es por esa zorra?
PAIGE—Préparate para las Navidades —me advierte Laura en un momento en el que no hay nadie en la tienda.Sí, ya veo que normalmente no viene mucha gente, es una tienda algo cara y sobre todo vienen a por prendas para ocasiones especiales. Hay vestidos preciosos y vendemos unos tacones de los que vivo enamorada.—¿Viene mucha gente?—¡Demasiada! —me asegura—. Sobre todo el día de antes de Noche Buena, ya sabes, gente de última hora.Me lo imagino, a veces yo soy así.Coloco un po