Yuri y sus acompañantes estuvieron en la fiesta un par de horas más hasta que decidieron que era hora de ir a dormir. Daniel les acompañó hasta el dormitorio de chicas y una vez que se aseguró de que entraron al edificio, regresó a su casa en Sweet Valerian.
Nada más quitarse el disfraz y acostarse, Yuri cayó dormido. En algún momento de la noche le pareció escuchar que alguien se estaba bañando, pero no le dio importancia. Una vez salió el sol se despertó y lo primero que vio fue que Dalia se estaba arreglando para ir a la escuela. Llevaba su uniforme bien planchado, se estaba peinando el cabello y tarareaba una canción. La chica terminó de arreglarse y se dio la vuelta encontrándose con los ojos de Yuri. Contrario a lo que el chico esperaba, Dalia le sonrió, tomó su mochila y salió de ahí.
El extraño comportamiento de Dali
En el dormitorio, Dalia se encontraba todavía enterrada debajo de sus cobijas, sintiéndose estúpida por haberse enamorado de alguien como Tony. Sin embargo, lo que más le dolía era que al final Yuri había tenido razón…Abrieron la puerta de golpe, Dalia se animó a asomarse por sobre sus cobijas para ver quién había llegado con tanta prisa y vio a Rosa, quien llevaba el uniforme de maid de Sweet Valerian y se veía agitada.Sin darle tiempo a preguntar qué pasaba, Rosa le habló:—¡Tienes que ayudarme a encontrar a Yuri! Se enteró de lo que te hizo Tony y creo que fue a buscarlo.Comprendiendo la severidad del asunto, Dalia saltó de la cama, se puso los tenis y salió de la habitación en compañía de Rosa a buscar a Yuri.***Yuri había corrido sin rumbo por el j
Al siguiente lunes, durante las primeras horas de clase, se enteraron de que Tony se había dado de baja del jardín.—Delicado… —susurró Yuri al pensar que Tony había sobre actuado.Sin embargo, eso fue irrelevante para Yuri y sus amigas pues había cosas más importantes que corregir todavía: Dalia dejó de juntarse con Kate para regresar a pasar los descansos con Yuri y Rosa y más tarde fue a hablar con Daniel para rogarle que le devolviera su antiguo empleo.—Todo está bien Dalia, puedes regresar sin problemas —respondió Daniel con una sonrisa—. Estuve guardando el puesto para ti porque no se me ocurre nadie mejor para el trabajo.La felicidad que Dalia sintió por lo fácil que había recuperado todo lo que había perdido por aquella mala decisión, fue indescriptible.A partir de ese momento, la normalidad
Los días pasaron y las vacaciones de invierno iniciaron. Pese a esto, todavía se veían por el jardín al personal administrativo, empleados, alumnos y personal de investigación que laboraba en la institución, lo que se traducía a que aunque en menor cantidad, Yuri y sus amigas todavía tenían trabajo en Sweet Valerian.Aunado a eso, los profesores demostraron no tener espíritu festivo y les dejaron una gran cantidad de deberes que Yuri y sus amigas trataron de terminar los primeros días de vacaciones para disfrutar sin problemas de las fiestas.Finalmente llegó el veinticuatro de diciembre, por lo que Daniel decidió darles a sus empleadas el día libre para que se prepararan para las fiestas.Por desgracia, no todo fue diversión la mañana del veinticuatro, pues estuvieron todo el día haciendo los deberes que les habían dejado, los cuales por
El tiempo pasó después de la fiesta de navidad y nada más iniciar febrero, Daniel tuvo una idea para Sweet Valerian: no solo lo llenó de adornos referentes a San Valentín, como hacían todos en el jardín, sino que además también confeccionó nuevos uniformes para sus empleadas, básicamente el mismo solo que de un llamativo color rosa.Durante los siguientes días Yuri y sus amigas continuaron atendiendo con normalidad a los clientes del Sweet Valerian, pero Yuri no pudo evitar darse cuenta de una cosa: pese a que sonreía y atendía a los clientes con la misma energía de siempre, Dalia se veía un poco decaída.Yuri estaba tan concentrado en eso mientras llevaba unos platos a la cocina, que no se dio cuenta de que alguien se le acercaba por la espalda.—¡Te vas a caer! —dijo una voz mientras le daban un leve empujón por la esp
Después de la propuesta de Yuri a Dalia, los siguientes días pasaron sin que alguno de los dos involucrados tocara el tema, tal vez estaban evadiendo el tópico o no querían arruinarlo haciendo más planes de los necesarios. Pero no hay plazo que no se cumpla y ya había llegado el catorce de febrero al jardín.Para poder arreglarse sin problemas, Yuri resolvió ir después de clases a casa de Daniel mientras que Dalia iría a al dormitorio.En ese momento Dalia se encontraba frente al espejo del tocador pensando en cómo arreglarse el cabello, quería verse lo mejor posible para salir con Yuri y justo ahí reparó en algo: ¿Por qué se esmeraba tanto por salir con una amiga? Sería una tarde de chicas, ¿de verdad era necesario “ponerse tan bonita”?—¡Hola, hola! —dijo una voz detrás de ella. Dalia se gir&oa
Ya bañado y arreglado, Yuri se dirigía hacia su dormitorio para recoger a Dalia y llevarla a la cita prometida. Aunque desde que había llegado al jardín había tratado de vestirse como chica, para ese día sintió apropiado vestirse como chico, siendo la única prenda femenina que vestía una blusa blanca, lo demás siendo sólo una camisa a cuadros y un pantalón de mezclilla.Avanzaba un poco desganado y con la mirada al suelo, no dejándose de repetir una y otra vez que esa era la peor idea de la vida. No sólo lo decía porque él nunca había tenido una cita y por eso no tenía la más mínima y remota idea de cómo proceder, sino que también estaba lo que su padre le había dicho cuando lo dejó en el jardín.No te enamores…Ante esa idea, Yuri se apuró
Yuri y Dalia salieron del dormitorio, pero se quedaron en la entrada sin moverse ni decir algo, denotando los nervios de ambos, hasta que entrecruzando los dedos y elevándolos a la altura del pecho, Dalia habló:—Y bueno… ¿cuál es el plan?Yuri tensó su espalda, tragó saliva y sintió como sus mejillas se ponían coloradas. Se pasó la mano por la nuca y decidió jugar la carta de la sinceridad.—La verdad es que… no tengo idea —dijo riendo con nerviosismo—, nunca había tenido una cita en mi vida.Dalia rio, pero para alivio de Yuri no en burla.—Bueno, no hay que complicarnos la existencia —dijo Dalia mirando al cielo—. Dijiste que esta sería como una cita, pero al final del día somos solo un par de amigas paseando por el jardín como cualquier otro día, ¿no?Con esas palabras, Yu
—¿Y cómo les va con tanta gente? —preguntó Dalia mientras tanto.—Bastante bien —respondió Rosa—, sus reemplazos hasta eso que están a su altura.Yuri recordó que la razón de que él y Dalia habían conseguido el día libre, se debía a que Daniel había podido conseguir chicas que las cubrieran ese día, aunque nunca supo quienes fueron.—¿Y quienes nos cubrieron? —preguntó Yuri al fin.Rosa rio por lo bajo.—No lo vas a creer cuando lo veas.Yuri levantó la ceja confundido, pero nada más entrar ya al café sus dudas fueron despejadas y tal como Rosa había dicho, no podía creer lo que estaba mirando.A unas mesas de donde ellos se estaban, Kate, Anna y Hannah se encontraban atendiendo unas mesas y además llevaban también uniformes de ma