Unos minutos después llegó Valery y todas las chicas comenzaron a reunirse en torno a ella. Valery inició presentándose de nuevo y luego explicó que ese día lo pasarían conociendo las instalaciones y el resto de la semana asistirían a cursos en su salón de clases para conocer cómo era la rutina en los días de clase y ya el siguiente lunes, comenzarían las clases formalmente.
Tras hacer una pequeña dinámica para conocerse mejor, donde Yuri supo que el nombre de la rubia era Catalina González (aunque informó que prefería que le dijeran Kate) y que sus perritas falderas eran Anna y Hannah Servitje, todo el grupo de chicas regresó al sector administrativo, donde se encontraron con el grupo de los chicos de nuevo ingreso, el cual era liderado por un tipo que más que intendente, parecía militar: alto, musculoso, de cabello corto y bien peinado
Los días que siguieron después de ese primer lunes fueron básicamente ir a la escuela. Aunque le tocó en el mismo grupo que a Dalia y a Rosa, la buena noticia era que a Tony le había tocado en otro grupo, así que no había que soportarlo. La mala noticia, Kate y sus segundonas también eran sus compañeras de clase y la rubia no había perdido tiempo en tratar de hacer la vida de Yuri miserable. Por suerte, el muchacho estaba demasiado ocupado en otro asunto como para siquiera poner atención en los intentos de su nueva enemiga por molestarle.Y luego de esa primera semana, había llegado el sábado y con él, el momento de enfrentarse a ese otro asunto.Yuri se encontraba esa mañana sentado en una banca bajo un enorme árbol que con su sombra ayudaba a mitigar el calor veraniego, pensando en todo lo que había ocurrido.—¿Cómo llegu&e
Aunque el volante que Rosa había elegido no le convencía en lo más mínimo, Yuri terminó aceptando ir a ese lugar. Caminaron por el sector comercial siguiendo las instrucciones del papel y se detuvieron frente a una casa curiosa, era bastante grande, pero circular, rodeada por un jardín muy bien cuidado y a su vez rodeado por una reja en la que se podían leer las palabras…—Sweet Valerian… —leyó Yuri en voz alta.—He oído sobre este lugar —dijo Rosa—, dicen que es una cafetería bastante buena y que sus postres son deliciosos.Yuri miró a Rosa de forma perspicaz.—Supongo que quieres trabajar aquí a ver si consigues pastel gratis.Rosa rio sin intentar ocultar sus oscuras intenciones.Yuri y sus compañeras entraron a la propiedad, pasaron por el jardín y llegaron hasta la puerta principal.
El domingo, Yuri y sus compañeras de habitación se levantaron nada más comenzar a entrar la luz del sol por la ventana de su cuarto. Sabiendo el duro día que tenían por delante, se apuraron a prepararse y desayunar para después partir a Sweet Valerian.Al llegar al local, vieron a Daniel quien ya estaba sacando y acomodando mesas y sillas en el jardín. En cuanto les vio, sonrió y saludó con la mano.—¡Chicas! Buenos días, llegaron temprano.—Buenos días —saludó Rosa llena de energía.—Queríamos empezar lo más pronto posible con esto —dijo Yuri sin darle más importancia.Daniel por su parte sonrió y dijo:—Gracias, vamos a comenzar.Las siguientes horas se les fueron en acomodar las mesas y las sillas, preparar algunos postres para los clientes y hacer limpieza en general, todo
Lo que estuviera haciendo Rosa, funcionaba la mar de bien, porque luego de un rato comenzaron a entrar varios clientes deseosos de tomar un buen postre y/o ver más maids.Yuri se acercó a los primeros clientes que le tocaron y aunque se estaba muriendo por dentro al notar la forma libidinosa en la que le veían, se las arregló para sonreír y decir.—Bi-bienvenidos a Sweet Valerian, amos —dijo mientras les pasaba una carta—, ¿qué les podemos ofrecer?—A mí tráeme una rebanada de pastel de chocolate y un té verde —dijo uno.—Yo quiero pay de fresas y té negro —dijo el otro.—¡A-a la orden amos! —respondió Yuri y se dio la vuelta rumbo a la cocina a dejar la orden antes de que se le cayera el acto, lo cual casi ocurrió cuando alcanzó escuchar que uno decía:—¡Su acto de <
Nada más empezar bien las clases, de inmediato Yuri comprendió porqué el nivel del jardín estaba tan alto: la mayoría de los temas que los distintos profesores estaban tratando se encontraban bastante alejados de lo que Yuri había visto en su humilde secundaria, aunado a que los profesores les dejaban una cantidad inmisericorde de tareas para después de clase.Por suerte para él y contrario a lo que había dicho cuando se conocieron, Rosa había demostrado ser una genio, pues entendía sin problemas todos los temas que los profesores les dejaban y tenía tal facilidad para explicarle a Yuri, que aunque todavía con algunos problemas, el muchacho pudo ponerse a la par de sus compañeros y arreglárselas para sobrevivir sus primeras semanas académicas en el jardín.Para finales de septiembre, Yuri se encontraba en clases haciendo un trabajo por equipos. Para su
Luego de comer y terminar los deberes, Yuri y sus compañeras se dirigieron a Sweet Valerian, donde de inmediato se cambiaron y se pusieron a atender a los clientes que llegaban ya fuera para descansar luego de un largo día o bien, para continuar con sus deberes en compañía de una bebida dulce, un buen postre y la visión de tres lindas chicas en trajes de maid.Sin embargo, ese día Yuri no podía detenerse a pensar en cuál cliente trataba de ver debajo de su falda, pues tenía otras cosas en la cabeza: la historia de la otra Yuri que Kate le había contado.Yuri no le había preguntado a su papá hacía cuantos años él había asistido al jardín cuando le tocó sufrir su maldición, pero haciendo cuentas debió de haber sido hacía más o menos veinte años. Si ese evento que Kate le había contado había sido rea
Una vez llegaron a su habitación y se ducharon luego del largo día, cada uno de los habitantes de esa recamara se fue a su asunto particular: Yuri se puso a leer un libro, Rosa a ver videos en Youtube y Dalia a dibujar en su libreta.Luego de un rato, Valery llegó a su habitación y les avisó que en unos minutos se apagarían las luces, por lo que Yuri y sus compañeras se prepararon para irse a dormir y una vez estuvieron listas, se metieron a sus camas justo a tiempo cuando las luces en el dormitorio se apagaron.Yuri se quedó un rato mirando el techo en la oscuridad, todavía pensando en la persona que había llegado a su mente cuando pensó en cuál sería su verdadero deseo. Molesto, se enterró en sus cobijas y comenzó a pensar en cualquier otra cosa que no fuera la estúpida de su madre.***En su habitación, Yuri
—¡No está en la cafetería! —dijo Rosa saliendo de los dormitorios.—Y tampoco está en los alrededores y no me contesta el teléfono —dijo Yuri luego de dar una vuelta cerca del edificio.—¿A dónde podrá haber ido? —preguntó Rosa con preocupación.—No tengo idea —respondió Yuri más molesto que preocupado, luego suspiró y dijo—. Creo que es hora de llamar a la seguridad del jardín para que nos ayuden a buscarla.—¡No podemos hacer eso! —gimió Rosa— Si Dalia salió del dormitorio y no tenía una buena razón para ello, lo más probable es que la expulsen.Yuri volvió a suspirar. Dalia solo le complicaba la vida.—Está bien —gruñó Yuri—, vamos a buscarla por nuestra cuenta. Pero si luego de tr