*Dianora * La carta de Piero me llegó al corazón de principio a fin y mientras la leía mis lágrimas se fundieron en el papel y la tinta. "Querida Dianora, ha sido muy duro volver a Nápoles y separarme de ti y de Alessandro, más difícil de lo que puedes llegar a imaginarte. Yo nunca quise entrometerme en una familia, ni alejarte de Matteo, solo me vi envuelto en sentimientos intensos y puros que nunca había sentido por ninguna otra mujer. Desde que te conocí me di cuenta de que no eras solo una mujer hermosa, sino que también eras una persona leal, llena de bondad, lealtad y que eras capaz de luchar para salir adelante a pesar de que las circunstancias no estuvieran a tu favor... si te dije que fueras a Milán y luego decidí aparecer allí y formar parte de tu vida es porque siempre supe que Matteo no era un hombre que te tratara bien. Su padre me dio un trabajo que literalmente salvó mi vida, y él siempre fue honesto conmigo, pero yo sabía cómo el trataba a las mujeres y pensé que su a
*Matteo *_He pedido un plan de estudios para terminar la universidad fuera en el extranjero, me iré a Berlín.Aquello me sorprendió aún más._ ¿Te vas de Nápoles?_Sí, no puedo soportar esto, me recuerda demasiado a Piero y ahora que todos los documentos están en orden necesito un nuevo lugar, al menos por el momento._ ¿Y tu madre?Ella viene conmigo, alquilaremos un pequeño apartamento o estudio, como ella no trabajaba estará en el hogar y yo me dedicaré a ir a la universidad de allí y aprender mejor el idioma._Es un cambio grande...Y lo era realmente, Nápoles era cálido e intenso, y esa ciudad era fría y con una cultura completamente diferente._ ¿Solo te vas por eso?En ese momento no pude evitar poner mi mano en su hermosa cara y acariciar su piel, ¿Pero ¿qué me sucedía?_También me voy porque quería olvidarte, tú no me perteneces, como dices tienes una familia y prolongar esto solo nos hacía daño.Y yo estaba completamente de acuerdo en eso.*Dianora*Aquella noche apenas pud
*Dianora * Y mientras yo preparaba la cena y ella daba de comer a Alessandro, me dijo algo que me puso realmente nerviosa, Matteo había aparecido en su casa unas horas antes de que cogiese el tren preguntando por mí. _No sabía si debía decirte esto… _Has hecho bien en hacerlo abuela. _Ese mal hombre tocó a mi puerta y al abrir se metió sin permiso. Yo le dije que debía irse, pero el insistió que yo sabia sobre ti, y que llevaba días intentando contactarte. Lo eche, pero él me dijo que realmente estaba en su casa, que él la compro para mí, y que era suya y… yo creo que si tú me lo permites me quedó contigo aquí en Milán, no quiero tener nada de ese maldito hombre. Yo simplemente asentí, la entendía, él era un auténtico malnacido. _Por supuesto que puedes quedarte a vivir conmigo y para siempre si quieres. No comprendo porque tendríamos que separarnos, realmente tu presencia me hace feliz. _Oh, cielo… Fue justo en ese instante cuando llamaron a la puerta. _¿Esperas a alguien? M
*Antonella*Yo había sentido un fuego intenso junto a Matteo, me había enganchado a él de una manera demasiado peligrosa, sin importarme hacer daño a terceros… había sido egoísta y malcriada, solamente pensando en mí y en mis propios deseos. Y al descubrir la carta de mi hermano Piero mi mundo simplemente se había hecho pedazos.Fue duro saber la verdad, que el estaba profundamente enamorado de Dianora, y que ella era una mujer inocente, buena… si él la describía así no tenia ninguna duda de que lo era, pero en cambio describía a su amigo y jefe Matteo como un hombre cruel y controlador incapaz de hacer feliz a una mujer, y también creía que estaba en lo cierto.Toda aquella situación me generó más dolor, porque yo me había obsesionado con Matteo demasiado y la única manera de olvidarlo fue alejarme de el e irme de Nápoles.Tener la oportunidad de marcharme a Alemania fue como una señal del destino, yo sabia que el no era bueno para Dianora, ni tampoco lo sería para mí, leer la carta
*Antonella*Había sido duro tomar la decisión de marcharnos de Nápoles, simplemente organizamos papeles de la propiedad de la ciudad que heredamos de Piero y la pequeña gran fortuna que nos había dejado y nos fuimos con billete de ida y no de vuelta a Berlín. Si para aquello implicaba un riesgo que no sabría como saldría no quería pensar en que estado de angustia se encontraría mi propia madre. Aunque ambas nos habíamos ido con un enorme dolor en nuestros corazones por la muerte de ese buen hombre que había sido mi hermano y su hijo, yo también arrastraba en mi el deseo y enganche que sentía por Matteo, y que había cortado por lo sano sabiendo perfectamente que él no era bueno para mí, y para ninguna mujer, como explicaba con sinceridad en su carta a Dianora.Tardamos solo una semana en alquilar ambos pisos, el apartamento de Piero y nuestra casa, las dos en Nápoles, y nos fuimos con reserva de una semana en un hotel en el centro de la ciudad, cercano a la universidad a la que yo iría.
*Dianora* Era la segunda vez que comenzaría de nuevo y pensé que debía coger fuerzas, ya tenía experiencia en eso y al menos aquella vez no seria el único adulto, no estaría sola con un bebe. Al llegar a Venecia me encontré en aquella hermosa ciudad, y sentí un ambiente lleno de nuevas ilusiones y una energía bonita que hacia meses que no sentía… y por un instante un sentimiento de que todo iría bien me inundo por completo. Cogimos un taxi y nos dirigimos a la dirección de nuestro nuevo apartamento, yo durante el trayecto llame al dueño que me dijo que me esperaría en la puerta. _ ¿Eres Dianora verdad? Era un chico joven, alto, muy atractivo, de pelo castaño claro y ojos verdosos y me impacto. Yo, en cambio, esperaba a un hombre mayor como me dijo Rose que seria. _ ¿Y tú Stefano? _No, es mi padre. _ Dijo con una sonrisa. _Tenía mucho trabajo en su despacho y me ha mandado a mí. Yo sostenía a Alessandro en mis brazos, y aquel chico le sonrió. _Lindo bebé. _Dijo de manera simpáti
*Antonella *El estudio que había alquilado estaba muy cerca de la universidad, y el vivía también muy cerca mío, a solo varias calles. Después de menos de veinte minutos andando, llegamos bajo el edificio en el que vivía. Todo estaba tranquilo, demasiado, estando solo el y yo en la calle. Llevábamos minutos sin hablar, en mi caso porque estaba cansada de un día largo de universidad y trabajo en el restaurante, y el alcohol se me había subido también algo a la cabeza.Entonces el me miro y rompió el silencio de repente. Yo supuse que era para simplemente despedirse, pero no fue así._Sabes una cosa que no te he dicho._ ¿Qué?_En realidad, me gusta Berlín mucho más desde que estas tu.Me quedé sorprendida completamente y una sonrisa natural salió en mi cara, no me esperaba esas palabras._ ¿Y eso por qué?_No lo sé… pero desde que te conozco me siento mas feliz.Escuchar aquello me dio bastante vergüenza, nos encontrábamos los dos solos, bajo las estrellas, en esa calle oscura, y no e
*Antonella * Todo iba demasiado bien, y pensé que realmente la vida me había dado una nueva oportunidad en Alemania, había hecho amigos, la universidad era interesante y había iniciado algo con Angelo, que cada día me gusta mas y mas a un punto de no retorno. Incluso mi madre parecía haber empezado a adaptarse, se había apuntado a clases de alemán y había conocido a varias vecinas de Italia que Vivian en nuestra misma calle. Pero la realidad era muy distinta y algo que jamás hubiese esperado vino hacia mí. Comencé a sentir mal, cansada y mareada, y cuando tuve nauseas decidí ir a la farmacia sin decirle nada a nadie para comprar aquella prueba, recuerdo que la mirada de la chica joven alemana que me vendió el producto me hizo sentir juzgada, aunque seguramente era yo misma la que me estaba juzgando mas que nadie… Lo hice en el baño de la universidad, con miedo, y enseguida las dos rayas rojas anunciando un resultado positivo aparecieron. Me sentí estúpida y creí que tenia la peor su