*Matteo*
Después de descubrir que la única mujer que había amado con todo mi corazón, se había unido a mi enemigo... aquello me hizo sentirme aún mas vacío de lo que sentí Después de que me abandonase. Aquella m*****a mujer me había hecho que perdiese la confianza en el amor, había sido una estafadora que durante años me había hecho creer que me amaba profundamente y que era mi alma gemela, cuando en realidad solo estaba conmigo por mi status social, mi poder, influencias y fortuna familiar.
Al llegar a casa enseguida descubrí que Dionora no estaba, Después de tocar varias veces a su cuarto por si quería cenar, abrí y vi que estaba vacío, no había rastro de su presencia ni allí, ni en el resto de la inmensa casa ni en ningún rincón del inmenso jardín de la propiedad. En el acto pregunté a empleados del servicio, incluido el chóferes y el ama de llaves sobre su paradero y todos se pusieron a buscar de nuevo como locos por toda la casa, hasta que Margarita me dijo que seguramente hubieso ido a visitar a su abuela al hospital privado que yo mismo había pagado, y recordé dentro de mi embriagamiento que yo mismo le había dicho que después de la celebración de nuestro falso matrimonio, sería libre para ir a verla las veces que desease.
_Por favor llévame cuanto antes al hospital.
Le dije a mi hombre de confianza, al encontrarlo en el jardín como era habitual junto al coche negro de lujo que yo más utilizaba cuando debía transportarse a algún lugar de la ciudad.
*Dianora*
Si me había casado con aquel desconocido en contra de mi voluntad era para garantizar la seguridad de las personas que más amaba y me amaban en el mundo... mi abuelita y mi mejor amiga. Si ellas seguían estando bien, no todo estaba perdido. Mis sueños infantiles de ccasarme con un hombre del que estuviera enamorada, se habían desvanecido. ¿Pero que importaba, si ellas estaban a salvo? Realmente nuestro matrimonio era un contrato puramente falso y establecido entre nosotros a ojos de los demás. Simplemente eso.
Al estar ya en el hospital privado en el que estaba mi abuelita, y haberla encontrado dormidita en su habitación me sentí inmensamente aliviada. Estaba sentada en una pequeña y cómoda silla al lado de su cama, tenía una de sus manos cogidas, la veía respirando tranquilamente, estable y a salvo.
Ella siempre estuvo a mi lado protegiéndome de un padre ausente y miserable, solo preocupado por sus negocios turbios y que no mostraba ningún amor por mi, igual que hizo con mi madre mientras ella estaba viva. Yo sabía dentro de mi que jamás me había querido, al menos de la forma que yo le quería a él a pesar de ser así conmigo, pero ¿Cómo había tenido tan pocos escrúpulos de venderme?... ¡Dios santo! ¡Yo era su propia hija! Aquello era definitivamente aún difícil de asimilar.
De repente la imagen de Matteo me vino a la cabeza, era tan guapo... y tenía una mirada azul tan irremediablemente hermosa, sentí una enorme atracción en mi interior hacia él y me sentí avergonzada enseguida de tener aquellos pensamientos calientes. Aunque un punto estaba muy claro, él me había salvado de un destino terrible en el burdel al que me había vendido mi progenitor, y ni siquiera se había propuesto aprovecharse de esa situación buscando ningún contacto íntimo conmigo... solamente me había propuesto estar viviendo en una lujosa villa a su lado fingiendo ser su esposa durante un año, y pensado de aquella manera aquel trato no estaba para nada mal... seguramente podía estar más tranquila allí rodeada de lujos y de aquel hombre que no me haría ningún daño, solo si fingía ser una buena esposa para el públicamente...
También me sentía inmensamente agradecida por haber pagado un trataminto más especializado para asegurar el biesnestar de mi abuelita.
Después de pasarme un par de horas sentada junto a ella, realmente sin creerme que ella pudiese estar bien y descansando tranquila, vi por la ventana que comenzaba a oscurecer. El cielo se había teñido de un azul cada vez más oscuro y el sol poco a poco estaba desapareciendo.
_Volveré a verte muy pronto abuela, te quiero.
Dije después de darle un beso en la frente, al levantarme de la silla, y sentir su calor corporal en mis labios fríos.
Salí de la habitacion sintiendo tristeza por tener que separarme de ella, recorrí los pasillos de la planta hasta bajar a a principal, pero nada más salir por la entrada un lujoso coche oscuro se detuvo bruscamente a pocos metros mios y eso me dejó paralizada durante algunos segundos. En el acto dos hombres trajeados de negro bajaron de vehiculo, eran muy fuertes, corpulentos y altos se dirigieron hacia mi, avalanzándose y obligándome por la fuerza a entrar en ese coche con ellos. Yo grité desesperada e intenté deshacerme de ellos con todas mis fuerzas, pero fue obviamente imposible, yo era muy pequeñita al lado de ellos y era como si no estuviese haciendo ningún esfuerzo para ellos. En tan solo unos segundos me metieron dentro del auto, mis gritos no sirvieron para nada, otras personas y trabajadores que estaban viendo la escena ni siquiera intentaron ayudarme y aquello me hizo sentir totalmente impotente. Estaba claro que aquellas personas eran muy importantes y poderosas si nadie se atrevía a auxiliarme, aquel pensamiento vino enseguida a mi mente a los pocos minutos de meterme en el coche de alta gama y taparme los ojos con una venda para que no supiese hacia donde me llevaban.
*Matteo*
Al llegar al hospital, enseguida llegué hasta la habitación donde se encontraba la abuela de Dianora, mi esposa, aunque pensarla de esa manera, como mi mujer, mi esposa, aún me parecía muy pero que muy extraño. Vi a la mujer sobre la cama profundamente dormida e indefensa, era su abuela, y sentí algo de compasión imaginando lo duro que sería para Dionora ver a su única familia en esas condiciones. No había ni rastro de ella y eso me preocupó, una enfermera de mediana edad pasó justo en aquel momento por el tranquilo pasillo largo y decidí preguntarle preocupado. Ella no se hubiese fugado , sabiendo que su abuela dependía del cumplimiento del trato matrimonial que tenía conmigo.
_Perdone, perdone señora... por favor, solo un momento...
Dije intentando obtener algún tipo de información.
_¿Sí?
Me preguntó ella con una sonrisa.
_Estoy buscando a mi esposa, vino a visitar a su abuela.
Dije señalando a la mujer que yacía en la cama, para indicar que era la familiar que ella habia visitado.
_He venido a buscarla para llevarla de nuevo a casa pero no está aquí.
_Sí... la recuerdo, ha estado con ella junto a la cama durante un par de horas. Era una chica joven, muy guapa, con el pelo muy largo y oscuro ¿Verdad?
No podía negar aquello, que la describiese de esa manera me hizo de repente pensar en ella, en quien ya era mi esposa, esa mujer era demasiado sensual, recordé rápidamente su piel canela, su cabello negro, su perfecta figura y su mirada inocente... definitivamente, yo era un buen hombre, y no quería propasarme con ella, pero tener relaciones de tipo íntimo con ella no me hubiese desagradado en absoluto. Pero de nuevo, me quité esos pensamientos perturbadores, que un hombre sensato y enfocado en la realidad no tendría, y volví solamente a prestar toda mi atención a aquella enfermera. Debía encontrarla y hacerla volver conmigo a la villa.
Nápoles era una ciudad peligrosa y no era seguro que ella estuviese sola por aquel lugar rodeado de grandes superficies de campo, sin iluminación ni edificios cercanos... algo podría sucederle. Y ella... Dianora, parecía la típica chica que no paraba de meterse en problemas una y otra vez...
_¿Estás seguro de que ella no ha vuelto a casa antes de que tu llegases? Quizás es un problema de comunicación entre vosotros.
_Estoy completamente seguro, si ella hubiese vuelto ya estaría allí, es muy extraño que no se encuentre junto a su abuela.
Aquella mujer no tenía ni la más mínima idea, aquel pequeño hospital privado era una buena opción, mejor que los centros hospitalarios públicos que en muchas ocasiones no daban los cuidados necesarios, ya que podían tener escasez de recursos o falta de personal... pero lo negativo era que estaba muy alejado. Realmente no sabia como Dianora había estado a salvo durante tanto tiempo en una ciudad tan corrupta y peligrosa, no me extranaba para nada que hubiese acabado en aquel burdel...
Ella era una víctima de las circunstancias. En ese insante tuve un mal presentimiento, sentí que ella no se encontraba a salvo, de alguna manera estaba en peligro... y aquello sin esperarlo me preocupó aunque no la conociese de nada, en los pocos días que la había conocido me pareció una joven con demasiada inocencia y bondad, y que estaba muy sola en el mundo. Y en cierto sentido... yo me sentía igual, rodeado de muchas personas y de grandes lujos, pero solo. Y al final del día después de cumplir con mis oligaciones, al tumbarme sobre la cama, me sentía increiblemente vacío e insignificante.
Me dirigí desesperado como un loco por cada lugar del maldito hospital, aquella niña malcriada estaba sacándome de quicio con sus juegecitos. Pero justo en ese momento uno de mis hombres, Adriano, me llamó al teléfono móvil.
_¿Qué ocurre?
Pregunté enfadado.
_Tienen a Dianora...
_¿Quién tiene a Dianora?
Pregunté gritando sin poder controlarme.
Han enviado un vídeo a mi teléfono de ella secuestrada con los ojos vendados entre dos hombres corpulentos, la tienen.
Adriano era un medio para que terceros o otros clanes se comunicasen conmigo, y todo tipo de contacto llegaba a través de el a través de contacto telefónico.
_Son hombres de tu enemigo principal, Julio. Y... luego... me llamó tu ex novia.
_¿Esmeralda también está involucrada en esto?
_Parece que sí.
_Dice que o te reunes con ella a solas o hará que maten a Dianora.
*Matteo*Aquello me pilló por sorpresa, ellos, incluida Esmeralda pensaban que Dianora era realmente mi esposa y que yo la amaba, y no habían tardado ni un segundo en secuestrarla... Yo no había puesto la seguridad suficiente a aquella pobre chica inocente, aquello generó una enorme sensación de culpabilidad sobre mis hombros. Y Esmeralda... ¿Por qué estaba metida en eso?, después de abandonarme como un despojo ... ¿Qué le importaba que yo me casase? Había demostrado que jamas me amó durante los cinco años que habíamos estado juntos. Aún llevaba todo ese impacto que me causó su abandono en mi corazón, se fue una noche sin más, sin decirme adiós o darme una explicación. Fue al poco tiempo cuando descubrí que Esmeralda estaba con mi principal rival. Y si ella se había ido de mi lado dejándome desolado, ¿ Por qué tenía que volver para castigarme haciéndole daño a la que acaba de convertirse en mi esposa? Dianora no debía verse incolucrada en esto, ella tenía un contrato matrimonial con
*Matteo*Aquella noche había dormido por fin tranquilo porque todo había ha salido por fin bien, mi pacto de matrimonio acordado estaba asegurado y Dianora estaba a salvo en la villa.A primera hora de la mañana, al dirigirme a la mesa que estaba en el jardín, a pocos metros de la casa, observé a Dianora colocando dos platos con tortillas._¿Qué estás haciendo?_Pregunté extrañado._El desayuno._¿Por qué?_Pregunté increíblemente perplejo._Porque aunque tenemos un matrimonio falso, es normal que una buena esposa prepare a su esposo el desayuno.Me quedé paralizado varios segundos y entonces decidí sentarme junto a ella._¿Te gustan las tortitas?Me preguntó en aquel momento sonriente._Sí..._Puedes ponerle nata y caramelo y están mucho mejor _dijo agarrando los botes que también había dejado sobre la mesa.Era la primera vez que alguien me preparaba el desayuno alguien que no fuese un empleado y estaba realmente... ¿Emocionado?_Tengo que irme a hacer mis funciones.Dije serio al ter
*Matteo*Piero y Dianora tardaban demasiado y comencé a preocuparme, cada uno de mis coches llevaba un GPS de seguridad y me dirigí hacia allí con Adriano y otros dos de mis hombres. Al ver a Piero tras llegar a toda velocidad, con la conducción precisa y algo arriesgada de Adriano, vi a Piero como un loco inentando estacionar el coche en algún punto de aquella calle súper transitada._¿Pero dónde está Dianora?_Esa muchacha salió corriendo detrás de una amiga que dice que vio y me dejó aquí con el coche sin poder hacer nada.Esa maldita niña insolente me desesperaba, así que entré al local, con dos de mis hombres detrás y dejé a Adriano ayudando a Piero, y fui cuando vi a la que era mi esposa rodeado por cinco borrachos sin escrúpulos._¿Pero qué hacéis acosando a mi esposa?_ dije lleno de ira, antes de avalanzarme sobre los dos primeros y acabar con ellos solo con dos punetazos bruscos en el pecho.Enseguida lancé dos patadas a otros dos, y al último un par de puñetazos sobre el est
*Dianora* Justo después de la petición que me había hecho Matteo, pensé que quizás era un magnífico momento para defender mis derechos... así que lancé aquella pregunta de manera impulsiva. Llevaba un tiempo pensando en ello, porque estar relajada, disfrutando de la inmensa villa y sus lujos era mavilloso, pero yo siempre había sido una chica inquieta e independiente, y sabía que estar un año sin hacer nada, solo fingiendo ser una buena esposa, terminaría por aburrirme... _¿Matteo te importaría que consiguiese un trabajo? Yo quería conseguir de nuevo un empleo, trabajar me había hecho, desde pequeña, sentirme útil. Me gustaba ganar mi propio dinero sin tener que pedírselo a nadie más. Él se quedó callado varios segundos y su expresión se volvió perpleja. _¿Y para que querrías trabajar?, tienes todo lo que quieres, al menos mientras tengamos este contrato de un año. No es necesario... no va a faltarte de nada, ya lo ves. Y si necesitas más ropa o dinero, no hay problema te daré lo
*Dianora* _Mmm, sí, creo que puede ser una buena oportunidad para mi. Después de hablar con ella más a fondo sobre las condiciones de trabajo y el sueldo, me di cuena de que era bastante tarde, me despedí de esa chica hermosa y me dirigí hacia la multitud, alguien cogió mi mano suavemente por detrás y al girarme me encontré con la mirada de Matteo impregnada de deseo y alcohol. _Princesa... Yo noté como mi respiración se detenía y extrañamente mi corazón se aceleraba. _Matteo... ¿Te encuentras bien? _Debemos irnos. Dijo sin a penas poder hablar, estaba claro que había bebido demasiado, y le costaba mantenerse en pie, puso su fuerte brazo derecho al rededor de mi cintura y apoyó su cabeza cerca de mi cuello, haciendo que sintiese su respiración caliente en mi. No tenía claro si hacía aquello por disimular ante todos o si realmente no estaba en un perfeccto estado. Durante el trayecto ninguno de los dos dijimos nada y la mirada de Matteo se perdió entre las colinas que rodeaban a
* Dianora*_Debes ser muy feliz, yo estaré muy feliz el día consiga casarme y tener la boda con la que siempre he soñado.Yo me quedé callada, era tan bueno para mi haber conocido a Esmeralda, abrirme con otra mujer y volver a explicar cómo me sentía._¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien?Supongo que ella vio en mi cara que ocultaba algo y que no era feliz del todo._Realmente no estoy todo lo feliz que debería, por eso buscaba un trabajo que hacer._Oh siento mucho oir eso, ¿ Tienes problemas con tu esposo? Siempre hay crisis de pareja y pueden solucionarse, es algo muy normal Dianora.Ella colocó una de sus manos sobre mi mano derecha, me miró a los ojos y sonrió, había tenido mucha suerte de haber coincido con ella en aquella prueba de modelaje, habíamos conectado enseguida. Definitivamente ella trasmitía confiaba y parecía una mujer súper comprensiva. Quería abrirme con ella, expresar mis emociones y sentimientos, que pasaría si lo hacía, solo quería ser entendida y tener una amiga, y
*Matteo*_Yo por lo menos he cumplido con mi parte del pacto, algo que tú no has hecho. _ Le recriminé._Yo he intentado comportarme siempre bien y no causarte ningún problema, eres tú... que eres insoportable._¿Yo soy insoportable? No solo te ha salvado este hombre insoportable a ti, sino también a tu abuela, he pagado su tratamiento médico en el mejor hospital de Nápoles, solo para que te sientes tranquila y aliviada y pudieses ejercer tu papel de esposa de manera apropiada. Pero ni siquiera con ese gesto has podido hacerlo.Ella suspiró, seguía tremendamente enfadada, bajó la mirada a sus pies, respiró un par de veces profundamente y luego puso su bonita mirada fija en mi._Te prometo que seguiré fingiendo. Nunca expondré la verdad de nuestro matrimonio, puedes estar tranquilo Matteo._Es demasiado tarde Dianora._¿A qué te refieres? _ Preguntó asustada._¿De qué conoces a Esmeralda?Ella se quedó pálida, completamente confundida, enseguida entendí que la había embaucado como hizo
*Matteo*Lo que había sucedido no era lo correcto pero me había dado cuenta demasiado tarde, cuando el error y el daño a Dianora ya estaban cometidos. Yo necesitaba alguien con quien hablar, con quien deshaogarme, y realmente aunque yo fuese un mafioso muy poderoso y rico, a parte de mi relación con mis empleados del servicio y mejores hombres de confianza no tenía muchos amigos. Uno en los que más confiaba era Francesco, enterado también de mi pacto con Dianora y el falso matrimonio que llevamos a cabo ... así que no tuve ninguna duda de acudir a él .Me reuní a la mañana siguiente con Francesco después de haber hecho el amor con Dianora y de verla en aquel estado que me hizo sentirme realmente mal... tanto que desaparecí de su cuarto y simplemente me encerré en mi habitación, estando avergonzado completamente por lo ocurrido. Yo no había pegado ojo en toda la noche, me sentía culpable de haber accedido a su ofrecimiento íntimo, si hubiese sabido que era la primera vez para ella, jam