El estado de la abuela de Dianora había cambiado , tristemente había empeorado de un día a otro ... yo había recibir aquella mala noticia del hospital por la noche a última hora. Sabía que aquello destrozaría a Dianora, y no quería ver su reacción ante esa desgracia imprevista. Así que lo que hice fue enviar a Margaritta para decírselo. Yo debía informarme del estado de sa mujer porque sabía perfectamente que era muy importante para Dianora y el único familiar con quien podía contar y al que amaba.

Enseguida me enteré por el servicio de la villa que Dianora estaba bastante afectada, desolada y había llorado desconsoladamente.

Sabía que no era de mi incumbencia cómo se sintiese, porque realmente apenas nos conocíamos de nada, y nuestro matrimonio era una mentira, pero había un sentimiento dentro de mí que me impulsaba a protegerla y a intentar con todas mis fuerzas que fuese feliz. No quería por nada del mundo que sufriese y no entendía por qué eso se había generado en mi. Me sentía