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Capitulo 3: El regreso de Hugo

Daniela

Durante los últimos días he notado a Regina muy feliz, la conozco y se ve radiante creo que se debe a su novio virtual.

No lo conozco, pero ya me agrada. Si hace feliz a mi hermana yo soy feliz, todo lo que he querido siempre es su bienestar.

- ¡Qué bueno que te sientas mejor!-Exclame

- Si pronto te presentaré a mi novio

-Mañana regresa Hugo, ya me lo confirmaron.

- ah sí -Notó una sonrisa extraña en su rostro

-Si ya quiero verlo

- ¡Porque tanta emoción! Nunca le diste demasiada importancia a Hugo. Pensé que no lo querías.

- Me conoces Regí, sabes que no soy muy cariñosa, pero después de que se fue me di cuenta de lo mucho que lo amo. Cuando vuelva no lo dejaré ir nunca, no dejaré que nada ni nadie nos aleje.

Note que mi hermana comenzó a toser y está prácticamente morada, rápidamente acerqué su inhalador a ella.

- ¿Estás bien? ¿Llamo a mamá?

Ella niega con la cabeza -No pasa nada Dani, no la molestes.

***

No dejo de pensar en los cambios de estado de ánimo de Regina, estoy tan sumergida en mis pensamientos que no logró concentrarme en mi trabajo en la oficina.

Papá me ha entrenado personalmente, desde que inicie la facultad trabajo en las empresas medio tiempo lo cual me ha ayudado mucho en mi carrera.

- ¡Porque tan nerviosa, preciosa! -Casi saltó del susto cuando noté que Mauro está en mi oficina

No puedo creer que el imprudente entro sin tocar, a veces parece una sombra y no noto que está en los lugares.

Mauro es el empleado de confianza de mi padre, lo conozco desde que inicie la carrera.

Él varias veces me invito a salir, me envía rosas y obsequios, pero siempre se los he regresado porque no lo soporto.

Tiene algo que no me gusta, además de provocarme asco, no me inspira confianza, pero es terco y sigue insistiendo a pesar de mis rechazos.

-¡Quien te dio permiso para entrar a mi oficina! ¡Y para ti soy señorita Montalbán! ¿Entendido?

- Disculpe -él se encoge en hombros

- Que necesitas estoy ocupada

-Los informes que solicitó -Él deja las carpetas en mi escritorio - Soy la mano derecha de su padre no un empleadito.

- La mano derecha de mi padre soy yo, él te ha dado demasiada confianza. No es un secreto que no me inspiras confianza y no me agradas.

Papá no me niega nada, pero no acepto despedir a Mauro cuando se lo pedí, pero me prometió que su puesto sería mío cuando termine mi carrera.

Me dirigí a la cafetería para comprar una botella de agua porque la inepta de mi secretaria decidio enfermarse, estoy decidida a despedirla por ineficiente.

- ¿Cómo estás, Dani? -Me saluda uno de los empleados nuevos

Pablo es el nuevo mensajero, es un muchacho agradable de la edad de mi hermana soledad.

Trabaja para costearse los estudios en la facultad, por ser nuevo y porque está guapo le perdono que me tutee, la próxima vez le explico las reglas.

- Bien Pablo ¿Cómo está tu madre?

Mi madre lo recomendó en la empresa porque su madre trabaja para ella, es su asistente y amiga desde hace años.

-Muy bien

Mauro se acercó a nosotros y asesino al muchacho con la mirada, él se cree superior a los demás empleados.Ni siquiera yo que soy la hija del dueño los veo y trato con tanto desprecio como él.

- ¡No la tutees! Es la señorita Montalbán y no es igual a ti.

- Pablo no le prestes atención tú sabes que yo te di permiso de tutearme.

- claro Dani-Él me sonríe con toda la intención de molestar a Mauro, este muchacho cada vez me agrada más

- Necesito unos documentos de mi casa ¿Me los traes por favor?

- claro iré ahora mismo - luego de decir eso se marcha

- ¡Al mensajero si le das confianza Daniela! -Él me asesina con la mirada

- yo le doy confianza a quien quiero, tú siempre me miraras desde abajo hagas lo que hagas- Reí burlona y acaricie su rostro para luego marcharme

Sé que quiere responderme, pero no puede hacerlo.

- Disfruta tu puesto mientras puedas.

***

Hoy es el día qué lo cambiará todo. Regresa el amor de mi vida y es el inicio de nuestra hermosa vida juntos.

Anoche no logré dormir demasiado, pero debí hacerlo porque no quiero que mi amorcito se espante al verme con ojeras.Debo dormir mis ocho horas para mantener mi carita fresca y bonita.

Cuando estuve lista baje las escaleras sin dudarlo y me senté en el sofá para esperar al amor.Casi salto de la emoción cuando vi su carro en la entrada.

En la adolescencia era escuálido, pero ahora se ha convertido en un hombre fornido.

Mire una revista fingiendo que la leo mientras él se asoma, acompañado de otro hombre y la sirvienta quien lo guía.

—Señorita Daniela — Pronuncia la sirvienta —El Joven Hugo busca a...

—¿Me buscas a mí? ¿Verdad?—Le pregunte mientras me levanté del sofá y me acerqué a los dos hombres, luego me centre en la sirvienta —Esfúmate, querida.

La mujer simplemente se marcho

—En realidad busco a...

No le permití terminar la oración y lo estreché entre mis brazos dejando un beso en la mejilla. Está frío como el hielo.Seguramente la emoción de ver a la mujer de su vida lo dejo helado.

— ¡Hola guapo! Hace mucho tiempo no te veo.

Debo demostrarle que puedo ser la novia cariñosa que él siempre ha anhelado.

Todavía recuerdo cuando me reclamaba que no era melosa como las otras chicas con sus novios.

Nunca ha sido mi estilo, soy fría porque de esa forma es mi personalidad.

—¡Hola Dani! ¡Me encanta verte, pero me aprietas!—Cuando fórmula esas palabras yo me alejo de él y este vuelve a hablar —Él es mi amigo Óscar

Me centré en el muchacho que lo acompaña quien es un hombre alto con un porte corpulento, cabello café corto y ojos del mismo tono.

—Mucho gusto —Extendí mi mano por qué no pienso permitir que este baboso bese mi mejilla

— Hola hermosa, Hugo me ha hablado mucho de ti.

Note que él me mira los pechos sin ningún disimulo. Este tipo es un baboso eso se puede ver a kilómetros de distancia.

Lo que deseo es llamar la atención de Hugo no de su amigo vulgar.

—Espero que bien—Finjo una sonrisa

Lo que más odiaba Hugo era que llamará fracasados o Frikis a sus amigos nerds y por ello debo ser amable con sus amigos.

Quiero demostrarle que he madurado.

—Claro sabes cuanto te quiero, Daniela. ¿Dónde están Regina y Solé?.

—Ahora bajan guapo y mis padres no tardan en llegar para recibirte. Ya me enteré de que le pediste hoy a mi papá hablar con él.

—Si debo hablar de un asunto muy importante.

—Ordene tu cena favorita. Pero antes de que llegue mi familia quiero hablar contigo.

Él asiente y yo tome su mano para guiarlo hacia el jardín. Este lugar es muy especial para nosotros porque nuestro primer beso fue acá.

Quiero que aclaremos nuestra situación y además ya quiero mi anillo para subir la fotografía a las redes sociales y presumirlo ante mis amigas.

—Dani me encantaría hablar contigo, pero mi amigo Dave estaba estacionando el carro y no debe tardar en llegar.

No me interesa su torpe amigo quien debe ser más baboso y nerds que el anterior.

—Será rápido Hugo, sé que me porte muy mal contigo y fui muy inmadura cuándo terminamos.

—¿Tú disculpándote? Nunca lo has hecho Montalbán —Bromea —Pero eso es parte del pasado, éramos muy jóvenes, prácticamente unos niños.

—Tienes razón, pero ya maduré Hugo. En estos años reflexioné y me di cuenta de que te amo, siempre te he amado. Siempre lo hice, pero me costaba demostrarlo. Tú sabes que yo no soy una mujer sentimental.

— Dani yo...—Él no logra formular ninguna frase coherente

—No digas nada.

Me acerqué a él y uni mis labios a los suyos en un beso suave y lento. Él no me correspondió, pero tampoco se alejó debido a que esta frío como el hielo.

—¿Qué pasa? —Le pregunte en cuanto me di cuenta de que él me empuja.

Sus ojos verdes en este momento se encuentran inexpresivos y él lleva sus manos hacia las mías.

—Lo siento, yo te quise muchísimo, pero ya no siento lo mismo.

—¿Qué?—Pregunte incrédula

No es posible que Hugo ya no me quiera. El me ha amado desde los cuatro años, no pudo dejar de hacerlo en un par de años, seguramente está confundido.

—Dani yo...

—¡Tú me amas Hugo!—Le aseguró

—Ya no es así, yo estoy enamorado de tú hermana Regina y nos vamos a casar.

Esas palabras destrozaron por completo mi corazón. No solamente dejo de amarme, sino que ahora ama a la idiota de Regina.

No me controle y estrelle mi mano en su mejilla con toda mi fuerza.

—¡Eres un idiota! ¡Esto es una venganza verdad!

—Te juro que no, Daniela. Sé que parece una broma, pero es la verdad.

— ¿Cuándo? Tú creciste con las dos y siempre me preferiste a mí.—Estoy haciendo un gran esfuerzo para no derramar ninguna lágrima.

Él no puede preferir a Regina sobre mí. Soporto que mamá la quiera más pero él no.

—Comenzó hace dos años, nos enviamos mensajes y...

—¡Tú eres ese estúpido novio virtual! ¿Verdad?

— Si soy yo, te juro que no lo planee—Él lleva su mano a mi cabello acariciando—No sabía que se trataba de Regina, pero cuando lo descubrí ya estaba muy enamorado. Ninguno de los dos quisimos lastimarte, Dani.

Odio la lástima de las personas, no la soportó.

No quise seguir escuchando y por ello me alejé de él y salí de mi casa prácticamente corriendo.

Luego de unos seis minutos al alejarme del perímetro de la mansión me permití dejar caer todas mis lágrimas.

Lo que no soporto es que las personas me vean llorar. Inspirar lástima y debilidad me repugna.

¿Por qué me pasa esto a mí?

¿Hugo y Regina se van a casar? Todavía no puedo creer que eso sea real.

Él es el único hombre que he amado y se casará con mi hermana. Lo peor es que no puedo culparlo.

Regina es mil veces mejor que yo, ella es dulce, buena y es pura luz, en cambio, yo soy oscuridad.

No puedo arriesgarme a que alguien me vea llorando por lo cual proseguí caminando mientras limpio mis ojos con las manos.

No contaba con que un torpe bajo de su carro en el preciso momento en el cual yo cruzaba la calle y me lanzo al suelo.

¿A caso me puede ocurrir algo peor?.

—Lo siento—Se disculpa el rubio mientras intenta ayudarme a reincorporarme, pero evidentemente no tomó su mano y me levanto sola.

—¡Eres un imbécil!—Exclame furiosa

Mi maquillaje está hecho un desastre y mi vestido se ensució con barro por culpa de este imbécil.

— ¿Te pasa algo hermosa?

—¡No te importa pedazo de Mono Ciego!

Él ríe fuerte ante mis insultos lo cual me hace enfadar aún más.

—Vaya no nos levantamos del lado correcto de la cama, cariño.

—¡Idiota!

—¡Ten!—Él me ofrece su pañuelo, pero yo no lo aceptó.

—¿A caso crees que tu mugroso pañuelo me servirá de algo, imbécil?

—Tú te tropezaste conmigo, cariño y empiezo a pensar que lo hiciste para llamar mi atención.

—¡Imbécil!—Es todo lo que le digo antes de alejarme de él.

Aún no puedo creerlo la primera vez que le digo a un hombre que lo amo y ocurre esto.

Ya aprendiste Daniela, el amor no existe.

Pero que no piensen que se burlaran de mí, evitaré esa boda y no me importa lo que debo hacer.

Si mi ex se casa con mi hermana seré la burla de la sociedad.

Ya es suficiente con que yo sienta lástima por mí, no soportaré la lástima de los demás.

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