Daniela

Me desperté aturdida y confundida, abri y cerre los ojos repetidamente hasta que llegaron a mi cabeza flashbacks de lo ocurrido en mi casa.

Observe el lugar a mi alrededor y me percate de que es un cuarto espacioso se ve lujoso y debido a la decoración creo que pertenece a un hombre.

Cuándo intente levantarme de la cama me di cuenta que tengo tengo mis muñecas esposadas. No pude evitar entrar en pánico.

Pensé en gritar pero no creo que nadie me escuche. Si Mauro es listo y vaya que lo es, seguramente me ha traído a un lugar lejano de la ciudad .

En menos de un minuto se abrió la puerta, era él, su ropa es diferente porque el traje que posee es más elegante y su cabello está húmedo.

Baje la vista hacía mí ropa y me percaté que también estoy cambiada. En la mañana tenía una blusa y una falda pero ahora tengo un vestido color rojo que me marca demasiado mi escote.

—¿Lista para la cena, preciosa? — Me pregunta

—¡Como podré cenar si estoy esposada, imbécil!—Rodee los ojos

El rí