0006 El secreto
—Entonces veré si la familia Castillo me suplica, ahora que va a morir.

Caín sacó su móvil y comenzó a dar órdenes a su asistente—: Adquiere la empresa Castillo.

—Pero, señor ¿a cuál empresa se refiere?

—La empresa de mi suegro —y miró a Nélida fijamente.

—Señor Caín, ¿a qué empresa refieres?

—La familia de mi suegro —Caín miró a Nélida al pronunciar las palabras.

Nélida, enfadada en su noche de bodas, quiso golpearlo de inmediato. Respirando con ira, expuso su verdadero temperamento, —¡Caín Alcalá, eres un maldito emperador de los negocios¡

—Tú... —él no se había dado cuenta de que la mujer era una malhablada.

Nélida salió corriendo de su habitación nupcial con el vestido que se había puesto para la hospitalidad de la noche, y encontró a una criada, le preguntó, —¿dónde está Manuel?

—En su cuarto, creo —la criada se sobresaltó.

—¿Y dónde está el dormitorio de Manuel? —volvió a preguntar y la criada señaló una dirección.

Un señora elegante salió al pasillo. Por su vestimenta y edad, Nélida intuyó que era Adela Barros, la esposa del Alcalde Hugo y cuñada de Caín.

—Sal tú primero —Adela dijo a la criada y se marchó.

Nélida miró a Adela, que debía tener tres años mayor que su madre.

—Puedes retirarte —le dijo Adela a la criada y está se marchó.

Nélida la miró de frente, calculando sería unos tres años mayor que su mamá y Adela, a su vez, la escaneó a ella de arriba abajo para finalmente preguntarle: —¿qué quieres con papá?

—No hizo lo que me prometió.

Justo apareció Caín en el pasillo y Adela, mirando a la parejita, los cuestionó—: ¿No se quedan en la habitación en su noche de bodas? ¿O es que quieren que los reconozca todo el mundo?

—¡No es asunto tuyo! —dijo Caín.

Adela puso mala cara y se marchó furiosa ante la respuesta de Caín.

Nélida siguió para donde señaló la criada, pero se topó con Luis, el mayordomo de la familia, en la puerta de Manuel.

El hombre, al verla y a Caín detrás, preguntó: —Señor Caín, señora Nélida, ¿no deberían estar en la habitación nupcial, por qué están aquí?

—Quiero ver a Manuel, no ha cumplido su palabra —Dijo Nélida.

—Se ha ido a la cama, así que es mejor hablar de ello mañana.

En ese momento La voz de Manuel se oyó a través de la puerta:—Luis, mándalos al estudio.

Unos minutos después, Manuel entró al estudio, encontrándose con la joven pareja esperándolo en el sofá. Nélida estaba enfadada y Caín la observaba, con los ojos entrecerrados, preguntándose por qué su primera reacción al enterarse de que iba a comprar a la empresa Castillo fue acudir a su padre.

—¿Para qué me buscas?

Nélida se acercó a Manuel, —Manuel, me prometiste que la familia Alcalá nunca le pondría la mano encima a la familia Castillo.

Manuel miró al hombre sentado tranquilamente en el sofá, conociendo el carácter de su segundo hijo, ya tenía una idea aproximada en la cabeza, así que se dirigió a Nélida, —Sal tú primero, que hablaré a solas con Caín.

Nélida, miró retadora a Manuel, sentía que la estaba excluyendo, y se trataba de ella, de su familia, no quería que su sacrificio fuera en vano.

Fue un acuerdo: te casas con Caín y la empresa estaría a salvo, no te casas y quebraría a los Castillo.

De pie le soltó:

—Manuel, si no puedes cumplir tu palabra, entonces yo tampoco puedo cumplir la mía.

Manuel, acostumbrado a ser obedecido, alzó la voz.

—¡Fuera!

Nélida, sin dejar de mirarlo, apretó los puños y salió.

Dentro del estudio, Manuel le dijo a su segundo hijo, —retira tu orden, no hagas nada a la familia Castillo.

—¿Te tiene amenazado? —preguntó Caín.

—Caín, no te lo diré otra vez. No apuntes a la familia Castillo, o te doy una lección.

Era raro ver a su padre tan serio, lo que despertó el interés de Caín. —Cada vez tengo más curiosidad por saber qué secretos tienes con ella.

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