Hola chicas. Feliz día de las madres para las que celebran hoy, mis mejores deseos y un abrazo enorme. Mil gracias por seguir conmigo y por sus comentarios.
Al llegar al supermercado, Nathan toma el carrito mientras yo escojo algunas cosas, como él se va a ir el fin de semana compra solo lo necesario. —Nunca me había gustado tanto hacer las compras como hoy —dice mientras subimos las bolsas al jeep. —Tardamos dos horas —lo regaño—. A cada paso nos besábamos, estoy segura que los que revisan las cámaras se divirtieron de lo lindo. Me toma de la cintura y vuelve a besarme. —Estábamos recuperando los besos que no nos dimos durante el día —se justifica y todavía nos faltan muchos. Nos subimos y empieza a conducir—. ¿A dónde nos vamos a ir de luna de miel? —me pregunta sonriendo y muevo la cabeza. —Dijiste que a una isla paradisíaca . —No lo sé, estoy indeciso, ayúdame a buscar un lugar muy caro —bromea. —¿Cómo se te ocurrió hacer una apuesta? —cuestiono. —Ellos empezaron, creen que no me puedo enamorar, no se imaginan que ya lo estoy y eso que me ha costado demasiado disimular —gruñe—. Además, me siento como si estuviéramos caminand
Mi corazón late de prisa y siento como si algo malo atravesara mi cuerpo causando un desasosiego horrible. Solo espero que no sea el mismo tipo que hablaba con Laura, aunque tenía entendido que desapareció de redes sociales, pero, esta app es nueva, hace muy poco que salió. En el mensaje la está invitando a un club llamado Mundanos, el nombre me parece conocido, creo que lo he escuchado antes, pero por más que intento recordar, en este momento no puedo hacerlo y mis nervios no me ayudan. En eso escucho las carcajadas de Dania y Azari, apago el teléfono y lo dejo en el lugar que lo tomé, necesito pensar con claridad. —Ahora sí, a comer —anuncia Dania y se sientan a disfrutar de la comida. Mi mente no deja de dar vueltas, pensando en el tal Raider, miro a Azari sonriendo por algo que dijo Dania y no puedo imaginar que algo pueda pasarle, me miro en ella a esa edad, pensando que nadie podría hacerme daño y que todos exageraban cuando me llamaban la atención. —¿Qué opinas de consegu
Al salir, me enredo en la toalla y reviso mi closet para ver que puedo ponerme, en eso entra Dania a mi habitación. —Yo voy a vestirte esta noche —dice empujándome para empezar a buscar. Toma un vestido corto, en color negro, es ajustado y tiene un escote pronunciado, en el que tal vez no pueda mostrar mucho ya que no tengo. Me lo pongo y me gusta, no sé ve nada mal. Me maquilla resaltando mis ojos y con los labios rojos. —Te ves muy guapa —me halaga. —Y muy provocativa —agrego y sonríe. —Es la intención. Dejo mi cabello suelto con algunas ondas y estoy lista. Dania traía un vestido corto en color beige que le queda muy bien, le presto algunos accesorios, se arregla el cabello y se maquilla un poco más. —Ahora sí, estamos listas —asevera Dania guapísima. —Sheel nos está esperando en el estacionamiento. —Vamos, no lo hagamos esperar —me apura. Bajamos al estacionamiento y Sheel se sorprende al vernos a las dos. —Hola, Sheel —lo saludo—, espero no te moleste que invita
Entramos al apartamento y Dania va directo a la cocina. —Me muero de hambre, ese Sheel es un tacaño, ni siquiera nos ofreció ir a cenar —farfulla sacando todo para preparar un sándwich —. Milly. —¿Sí? —¿Crees que Dario está relacionado con…? —pregunta pensativa. —No, o no lo sé, tú lo conoces mejor que yo. —Creí conocerlo, pero, me enteré que le gusta el intercambio de parejas el otro día, cuando nos lo contó en la comida —me recuerda. —Pero tener diferentes gustos sexuales, no tiene porque estar mal, cuando no afectas a nadie y todos están de acuerdo. —Lo sé, cada quién puede hacer con su vida íntima lo que quiera, pero lo que le hicieron a Laura, es una barbaridad —gruñe poniendo los sándwiches sobre la mesa. —Iván, el hermano de Sheel, hizo mucho hincapié en que le gustaban las chicas con cara angelical, además tenía algo que me causaba incomodidad. —¿Crees que el dueño del bar se arriesgue a algo así? —cuestiona. —No lo sé, en este momento sospecho de todos los que
En estos días aprovecho para hablar con mi psicóloga, ya que me siento un poco ansiosa con el caso de Raider, además la pongo al tanto de todos los cambios que he tenido, estaba tan sorprendida que me hizo reír mucho con sus gestos cuando me escuchaba. Me felicitó por mi relación con Nathan y dijo que está muy orgullosa de todo lo que estoy haciendo. También me recomendó asistir a un ginecólogo para que me diera opciones de anticonceptivos, lo cuál hice al día siguiente al salir de la oficina, seleccioné la píldora, ya que me pareció una de las mejores opciones. Bartice me contó que habló muy seriamente con Azari y le explicó sin entrar en detalles porque se investigan esas apps y algunas cosas de los casos que hemos tenido, sorprendentemente lo entendió y espero que no vuelva a arriesgarse. Estos días me parecen eternos, me muero por que Nathan regrese, lo extraño demasiado. (…) Han pasado dos semanas y no tenemos noticias del club, estoy frustrada por haber pasado el caso, aho
Sheel me mira con rencor, camina en mi dirección, aviento el teléfono sobre la cama y tomo el arma con las dos manos para apuntarle. —No des un paso más —le ordeno. —Pensé que eras diferente —resopla. —¡Quédate ahí! —le grito sin dejar de apuntar y se detiene a unos pasos de distancia. —Sabía que eras policía, te vi en algunas ocasiones con el uniforme —suspira—. Pero te pregunté porque quería ver si eras capaz de mentirme —se queda en silencio como si estuviera pensando—. No le dije a Iván que eras policía, porque no me imaginé que me ibas a utilizar para llegar a él —bufa—. Sólo por eso aceptaste ir conmigo al club, ¡me utilizaste! Está furioso, emana rabia por todos lados, su mirada parece fuera de sí y me mira con odio. —¿Por qué querría llegar a tú hermano? —le pregunto—. Ni siquiera lo conocía —le aclaro. —Seguramente sospechabas lo que ha hecho —me señala. —No sé de qué hablas Sheel. —Cuando llegaste aquí, pensé que por fin podría presentarle a Iván una chica como a
Al llegar a los apartamentos, nos encontramos al detective Hinckey. —Harper, Blake —nos saluda. —Hinckey —le responde el saludo Nathan. —Vamos a revisar el apartamento de Sheel —nos informa—, nos llevaremos algunas de sus cosas para la investigación. —¿Hay novedades? —indaga Nathan. —Espera a que tengamos los informes de las computadoras del club, no vas a creer todo lo que encontramos —responde y me mira—. Gracias agente Harper, le aseguro que con su ayuda, sacamos a algunas lacras de las calles. —¿Tanto así? —cuestiona Nathan. —Laura aparece en un video, aún no he confirmado quién es Raider y prefiero no especular, pero tendré más información cuando terminemos las investigaciones, hay mucho por revisar, esos tipos son unos dementes. —Perfecto, no dejes de avisarnos, por favor —le pide y el detective asiente. Nos despedimos y subimos. —En algún momento, pensé que Raider podría ser Dario —menciono y Nathan me mira. —No lo creo y realmente espero que no esté involucrado, no
Escucho música y abro los ojos, estoy sola en la cama y al mirar el reloj, me doy cuenta que son las 6 de la mañana, dormí demasiado, aunque ayer fue un día complicado. Me pongo de pie, entro al baño para cepillarme los dientes, hago mis necesidades, me adecento un poco y sigo la música. Nathan está haciendo ejercicio, me quedo en la puerta por unos minutos mientras lo observo golpeando un saco de boxeo. Trae un short gris, está descalzo, su cabello está húmedo y se deslizan algunas gotas de sudor por su espalda. Da golpes contundentes y puedo notar la fuerza de sus brazos, sólo de imaginarlos a mi alrededor, un cosquilleo me recorre el cuerpo y termina en mi centro palpitando ansioso, decir que estoy babeando se quedaría corto. —Futura señora Blake, me está poniendo nervioso —bromea, pero sigue golpeando el saco. —No sé si me gustas más haciendo ejercicio o cepillando un caballo —murmuro y sonríe. Me acerco y lo abrazo por la espalda. —Estoy sudado, pastelito —me advierte. S