Capítulo 22

— ¿Qué pretendes hacerle a mi hermana, maldito?.... — me decidí a gritarle

Ante mi grito desesperado atrás de la puerta solo obtuve como respuesta el silencio, sentí su angustia al enterarse de que yo había escuchado todo, la respiración agitada de Eduardo era cada vez más ensordecedora, di un golpe tras otro a la puerta, desesperada, suplicando que abriera para mirar sus malditos ojos y que me dijera qué pretendía hacer.

— Abre, maldito, abre, a mí hazme todo el daño que quiera, pero a Lucrecia no — Grité desperada en repetidas ocasiones, la misma frase una y otra vez — Abre o tumbo esta estúpida puerta — amenacé, porque sé que tenía la capacidad suficiente para hacerlo, abrí mi maleta rápida y me coloqué un pantalón negro y una camisa floja, a la espera de que abrieran, no podía permitirme que ambos me vieran desnuda, además que desnuda no podría defenderme bien, estaría más propensa al daño.

— Abre, maldito seas, abre, ya — Seguí gritando una vez que me vestí, pero no se escuch
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