—Bueno, ese chico ha estado enamorado de ti por muchos años, y el ego masculino es bastante frágil de por sí. No me extrañaría que haya sido grosero con tu rechazo.Me levanto de la cama alarmada.—¿Qué estás diciendo? — sueno ofendida — Nuestros sentimientos románticos son recientes. Por ello, le d
Soy con facilidad la invitada más aburrida en su vestir de este sitio, e igual con mi llegar, siento las miradas sobre mí. A mi alrededor sólo hay o desconocidos para mí o conocidos de los Lewis, estos últimos sé que me ven mucho, y yo los ignoro lo más que puedo. Digamos que soy persona no grata pa
—¿Tienes fiebre? ¿Son tus ojos? ¿Por qué están rojos en las esquinas? — pregunta esta. Le quito su mano de mi frente.—¿Por qué reaccionan así? Sé reconocer mis errores ¿bien? — ellos me esquivan los ojos como dándome a entender que no es así — ¡Estoy aprendiendo a hacerlo! Y, les agradeceré que cua
Estoy agachada en el suelo cubriendo mi cabeza todavía, paralizada del miedo, pero reúno valor para ver qué diablos había pasado. Con la cabeza baja puedo apreciar que estoy rodeada de un mar de trozos de vidrios, también que un gran jarrón había caído al suelo destruyéndose.Pierdo el equilibrio po
—¿Un disparo? Pero yo no escuché ningún disparo…—Pudieron usar un silenciador. ¿Viste el jarrón roto detrás de ti? Si buscase un casquillo de bala, podría encontrarlo. Aunque probablemente ya lo hayan recogido y desechado.—¿De qué estás hablando Jesús? — intento reírme para ver si es una broma y e
Tan de prisa voy sin ver al frente, que no deparo en que chocaré con alguien, y ups, ese alguien es… Loren. Nuestros pechos chocan, los dos nos sorprendemos, aunque él es el primero en retroceder.—Ve por dónde caminas — me advierte con gran seriedad y me pasa por el lado.La tristeza en mi corazón
Narrado por Lorenzo LewisEstamos caminando de la mano por el bosque, hay tanta niebla que difícilmente podemos ver a dónde vamos. Apenas puedo ver mi mano sosteniendo a la de Sara, ella va por delante de mí. —¿Por qué te gusta meternos en problemas? — pregunto sonando como un niño.—No quiero mete
Sorprendentemente, ellos terminan de firmar, mi abogado charlarle de los últimos detalles, yo darles las palabras correspondientes, y listo. Sara tenía dos edificios y algunos terrenos; yo tenía dos edificios, entre ellos el más grande e importante. Íbamos empatados, diría que yo iba ganando, y ni l