Esto lo desorienta, lo suficiente, para que le dé otro más y suelte su agarre sobre la pistola. A este punto estoy en el asiento trasero repartiendo puñetazos y patadas con él. Finalmente, puedo lograr tomarlo por el cuello con mi brazo, y usar este para trancar su respiración.Más fuerza ejerzo mie
No sé ni cómo continuo viva del estrés que he soportado esta mañana. Es imposible que mi cuerpo resista otra taza de café, es decir, sólo sería posible si estuviese dispuesta a que me dé taquicardia y más temblores que los que tengo de por sí.Agradezco estar resguardada en esta casa de campo, pero
Alzo mi cabeza sin dejar de abrazarlo, para detallar que tiene el labio superior agrietado y con algo de sangre.—Estás de una pieza. Vuelve de una pieza todos los días y me aseguraré de alegrarme con ello — aseguro.Él sonríe y acaricia mi rostro. El alivio que siento es inmediato, aunque la mano c
…..Subo las escalinatas de uno de los edificios de los Nichols del brazo de Luciano. Ambos estamos vestidos de gala y listos para lo que venga en este lujoso evento en donde se reúne lo mejor de lo mejor de la ciudad. Es una noche movida, en donde estamos atrás de otra pareja, y delante de una más
Como si mi encuentro con Elizabeth en este coctel no fuese lo suficientemente incómodo, agregarle a la ecuación a Mateo, Leandro y Lemuel, lo hace insoportable. El silencio que hacemos todos al vernos unos a los otros es hasta cómico. Mateo se me queda viendo molesto; mientras que Luciano se queda v
Entonces… escucho un estruendo grande y poderoso en el salón.Se escucha tan fuerte, que creo ha sido mi imaginación. Lo que no es mi imaginación es… el sonido de la alarma contra incendios que empieza a sonar. Desde aquí, el desorden se apodera del salón. Rumores por doquier, y gente queriendo sali
Narrado por Luciano BrownEl sabor de la sangre se cuela por mi lengua, es ese el que me permite recuperar el conocimiento. Intento mover mis manos, pero estas están atadas a los brazos de la silla. Estoy inmovilizado en donde ando sentado, apenas puedo recuperar el sentido tras la paliza que me han
Regreso al sitio donde desperté, tomando otra silla y sentándome para fingir seguir inconsciente en esta. En lo que escondo mis manos detrás de mi espalda, la puerta se abre.—Aquí lo tienes. ¿Qué harás con él? — escucho la voz de Mateo.También escucho una risa desagradable y nauseabunda, una que m