—¿Mataron? ¿No se suicidó? ¿Lo admites? — pregunto con la voz rota.—Fue una amenaza, esa gente es peligrosa. Yo no… yo no…—¿Y no llegaste a pensar que pude ser yo a la que encontrarían muerta de haber aceptado tus acciones, papá? — pregunto con el corazón totalmente roto.Sergio me ve de la misma
Muerdo sin parar la uña de mi pulgar, camino sin parar en el pasillo de esta clínica, y todavía no me dan respuesta de cómo está Sergio actualmente. Después de pedir por auxilio, una ambulancia nos trajo hasta acá, digo “nos trajo” porque no estoy sola. Por aquella esquina está una agente policial q
—¿Dónde lo tienen? ¿Dónde tienen a papá? — cuestiona Amanda dando saltitos a su hija que no se calma.—Está adentro. No me han dicho más aparte de que tuvo un ACV — le respondo.—¿Se va a morir? ¿Nos va a dejar solas? — pregunta sin poder contener sus lágrimas.Nace en mí un profundo sentimiento de
—Sé que nuestra relación no ha estado en su mejor momento la última semana, pero podrías dejar tu molestia a un lado y explicarme qué está ocurriendo — le pregunto.Las puertas del ascensor se abren. Mi pareja sale de este sin hablarme, le miro obstinada por su actitud. Ambos entramos en el departam
—¿Realmente quieres que nos vayamos juntos? ¿Lo quieres abandonar todo por mí? — pregunta todavía desconcertado, como si no se lo creyese.—Si vienes conmigo, sí. Puedo ir a dónde sea, no me dejes — aseguro.Él comprende que no lo estoy diciendo en juego. En su rostro nace una leve expresión de ilus
4 años después No es fácil entender por qué las personas se van de tu vida, arrastrando con ellas los recuerdos de lo que vivieron juntos y los sueños de lo que no podrá ser. Pero el dolor del abandono con el tiempo va arrinconándose en tu corazón, no desaparece, sólo se arrincona. Algunas veces te
No diré que he llegado a la extensión de perdonar a Amanda, ni que le di refugio a ella, solo fue a la nena. Amanda la visita de vez en cuando, la niña sabe que ella es su madre, y esta me pasa puntualmente todos los meses el dinero necesario para su crianza. El plan es que algún día venga por la ni
Mis días de semana solían ser así, levantarme temprano para prepararnos el desayuno a Amy y a mí, conducir al jardín de niños para dejarla, y después ir a mi trabajo. Había conseguido un empleo bien remunerado en una empresa en la que llevaba un par de años. Estaba por los momentos en el departament