—Esto no estaba entre los planes… — niega lentamente Clara igual de atónita que yo — Pensé que se casarían en una prefectura sin fiesta. No así. Ese no es mi suegro, no el suegro que conozco…Voy a ponerle mi mano en el hombro como gesto de compañía, pero Clara va detrás de su esposo que se marcha d
El poder del chisme no debe ser subestimado nunca. Una muestra de ello está en lo que estamos haciendo ahora mismo. Liam, Leah, Luciano y yo digamos que andamos supervisando que la pelea que tienen Leonel y Lemuel no avance a más. ¿Cómo lo hacemos? Pues, pegados a la pared de la habitación continúa
—He aprendido de mis errores, estoy en una nueva etapa de mi vida — dice Lemuel.—Ojalá olvidarse fuese tan fácil como quieres. Yo no lo olvidó. Cómo me entrenaste para ser el heredero de los Brown, me convertiste en una máquina e hiciste que viese como competencia, enemigos a mis primos. ¿Crees que
—Te lo juro Marianne, antes también era como tú. Me decía no soy de niños, no voy a tener uno. Pero cuando tuve a mi bebé, algo en mí cambió — asegura Selena.—Apuesto a que sí, Salomé es preciosa…—Es la cosita más adorable del mundo. Y es tan bien portada. Lo único desafiante es que es muy curiosa
La incredulidad está dominando mis sentidos. Lo que me dice Giana no tiene coherencia, ni puede ser cierto. Hace apenas algunos pocos días el señor Dominic estaba charlando y compartiendo conmigo los grandes prospectos que tenía sobre New Century. No lo percibí deprimido, ni preocupado, sino más bie
—¿Cómo dices? — hablo desconcertada.—El fallecimiento de un compañero de trabajo, es un hecho trágico, pero que no tiene relación contigo. ¿Qué ganarás regresando precipitadamente a la ciudad? ¿Lo enterraran mañana mismo acaso?Mi cuerpo sin pensarlo se separa del de él. Hay algo en su tranquilidad
Luciano no durmió conmigo, aun así, lo veo a la mesa con el resto de los Brown en el almuerzo. Ese almuerzo al que terminé bajando. Están la mayoría: Leandro, Lucía, Liam, Leah, Leonel, Lemuel y obviamente, Luciano.Tomo uno de los asientos al lado de mi comunicativo esposo que me mira de reojo.—¿P
Los dos días pasaron conmigo encerrada en las paredes de la mansión Brown, tratando de acoplarme a una calma falsa y artificial. Hice caso a la orden más que sugerencia de Luciano, y heme aquí finalmente regresando a mi ciudad, al departamento de Giana. A mi amiga que en lo que me abre la puerta, me