A Luciano se le va cayendo la sonrisa pícara, y se va enseriando. —Suelo ser así cuando entro en confianza en una relación. Soy un hombre detallista. —No me digas. ¿En cuánto tiempo es que lo sueles hacer? — hablo rozando la ironía. —Como… ¿seis meses? — se acaricia la barbilla. Mientras más bro
La ausencia esa noche, la falta de sexo, el collar y ahora el ofrecimiento de un capital cuantioso para abrir mi propia empresa, me lo dejan en claro. Muy en claro. A Luciano no lo abdujeron o clonaron el viernes, ya sé lo que hizo. —¿Con quién te acostaste Luciano Brown? — le acuso con una voz de
Al ir acariciando así en mi botón, vuelvo a morder mi labio para no alzar la voz. Sin embargo, no lo puedo resistir más, se me sale un gemido muy alto y se me saldrá otro… —Shhh… shhhh… — Luciano dice esto tapando mi boca fuertemente con la mano libre — Tratemos de no ser escuchados desde afuera.
Digo eso para después secar mis mejillas mojadas, Luciano mete un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —No comprendo tu apego a esta empresa. No dejes que lo que estás consiguiendo te nuble. Los mismos que te menospreciaron en el pasado, son los mismos que besan tus pies hoy. Y eso incluye a
Ser una trabajadora común a tiempo completo, investigadora privada en horas libres y una recién casada con un marido como el mío, no es sencillo. No es simple ser Marianne Belmonte en la actualidad, aunque nunca lo ha sido. Sin embargo, lo he logrado a mi ritmo. La muestra más fehaciente de ello es
Para mi desgracia, las cosas que he descubierto en este tiempo, justifican mi paranoia y más.….Después de un recorrido extenso por las instalaciones para la prensa, varios discursos más sobre las ambiciones del proyecto y pies muy cansados en estos tacones, finalmente estamos vía a la cena de cier
—Hija no lo entiendo. ¿Por qué no quisieras parte de mis acciones? Ser accionista te ayudará en tu postulación a la gerencia — explica papá sonando preocupado por mí.¿Realmente está preocupado por mí? Tampoco es como que pueda echar para atrás mi postulación. En eso no he seguido el consejo de Luci
Luciano quejándose de una situación que él mismo provocó no es ni sorprendente, ni digna de alguna reacción fuerte de mi parte. Que esté viendo como si fuera a caerle a golpes a Mateo en tres segundos, también provoca lo evidente, que este se sienta intimidado.—No hablábamos de nada importante. Me