El auto de Luciano está aparcando cerca de la acera en donde estoy esperándolo. La calle está movida con muchas personas a mi alrededor entrando o saliendo de los clubs de la zona, lo que precipita que entre en el vehículo para no congestionar el tráfico. En lo que entro y me pongo el cinturón de s
La verdad es que Luciano se ha descrito a la perfección. Esa es una buena parte de la imagen que él me da. También pienso en otras cosas buenas que tiene, pero no me sale nada de la boca. Él lo nota y ríe bajamente. Hemos llegado a mi departamento, va a aparcarse en la entrada por la trayectoria del
No he podido dormir, ni he podido comer de los nervios. Pero la falta de sueño o de alimento se disimula bastante bien con maquillaje profesional y un vestido como este. O eso es lo que me está haciendo creer Giana. —¡Dios mío! ¡Luces preciosa! ¡De revista! — elogia ella arreglando la cola de mi ve
No obstante, al plasmar nuestras firmas en el libro de registros, esas sonrisas de travesura, tienen que finalizar. El prefecto esta vez nos pide que nos besemos, y es lo que hacemos. Nos damos probablemente el beso más casto que hayamos tenido en nuestra relación. Al separar nuestros labios, y ver
Si no fuese por mi máscara estaría riendo histriónicamente ante tanta hipocresía. Por eso entiendo a la perfección el rostro de confusión de Giana y cómo le debe estar susurrando el chisme de la verdad a Derek. He de resaltar además que el rostro de descontrol y envidia de Amanda es muy grande, como
Había enviado las invitaciones de manera personal, sabía que el encuentro de América con Liam sería inevitable. Pero no me esperaba que la sorpresa por verse después de tantos años ni la pudiesen disimular. Los dos están congelados viéndose el uno al otro. Es una imagen que no tarda en despertar cie
Él se ríe y llegamos a la habitación. Voy al baño tal cual mencioné, cierro la puerta y siento un gran alivio de tener un inodoro cerca de mí. Pero al intentar inclinarme para recoger el vestido y poder subirme la falda, no puedo. Lo intento de otra forma, como de lado, bajar para agarrar el ruedo
¿Qué tan malo puede ser darle algo de sexo oral a tu esposo? Porque eso es lo que es Luciano. Mi esposo. Me acerco a él y me arrodillo entre sus muslos, este termina de sacar su erección de los pantalones. La boca se me hace agua, extrañamente, todo es muy raro, nuevo, y caliente. —No tengas miedo,