3 | Amarte también es protegerte

Vicenzo

El tiempo no ha pasado en vano para mí. No he vivido por el simple hecho de obligarme a mí mismo a vivir, sino he pasado por tanto que cada año vivido me ha llenado de experiencias, algunas gratificantes u otras que no deseo recordar. Pero, supongo que eso es parte del aprendizaje, de la maduración y la vida misma. Vivir es complicado, y aun así continúa

siendo más fácil que morir.

Estuve prácticamente cuatro semanas en casa, recuperándome de forma lenta y progresiva del accidente mientras esperábamos que la fiscalía nos otorgase una fecha para la audiencia de nuestro caso, la cual terminó agendándose para dentro de cinco días.

Un mes que se sintió como vivir una vida distinta a la que conocía, con Ellie retomando el contacto con su familia, todo se sentía muy diferente. Por primera vez en su vida, según sus propias palabras, estaba llevando una buena relación con toda su familia sin excepciones, tanto que parece que su estado de ánimo ha mejorado notablemente y junto con la ayuda que recibe de parte de su psicóloga, se ha convertido en una mujer más positiva que llora muy pocas veces. Karina es una excelente persona y adora la forma en la que se la pasa al pendiente de lo que sucede en la vida de su hermana y ha prometido venir a visitarnos en cuanto su bebé haya nacido, pues ella tiene siete meses y medio de embarazo y el médico le ha mencionado que es mejor que descanse. He aprendido a llevarme mejor con la madre de Ellie, luego de haber tenido una conversación muy seria acerca de los sentimientos que tenía sobre sus actitudes con mi esposa y ahora me atrevería a decir que nuestra vida ha tomado un nuevo camino para bien. Solo nos hace falta terminar con todos nuestros problemas legales y todo volverá a estar bien. Volveremos a empezar, esta vez sin tropiezos en el camino.

Hoy va a ser mi primer día en la oficina después de casi un mes y medio, así que Ellie me llevó a la compañía temprano por la mañana para poder empezar con el pie derecho.

—¿Estás listo mi cielo? —Preguntó con una sonrisa en el rostro al mismo tiempo que bajábamos del automóvil en medio del estacionamiento—Recuerda que podemos irnos a casa en cualquier momento si te sientes algo indispuesto, solo debes decirme y nos iremos. No es necesario que te quedes trabajando hasta media noche como solías acostumbrar cuando te

conocí. No es necesario que te esfuerces demasiado al igual que antes, necesitas aprender a regular tus horas de trabajo y el estrés que te provoca aquello.

—Ellie, en serio agradezco tus cuidados, pero, ahora me siento completamente bien y estoy preparado para regresar a la oficina a seguir trabajando tal como lo hacía entes —besé su mejilla y ella asintió, acomodando su bolso y entrelazando nuestras manos en cuanto emprendimos nuestro camino hacia la oficina—. Todo va a estar bien, no tienes por qué preocuparte demasiado por mí. No quiero ser más una preocupación para ti mi cielo, lo único que quiero hacer es cuidarte.

—No me molesta preocuparme por ti, Vicenzo, al contrario debes verlo como una muestra del inmenso amor que siento por ti —suspiró.

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