2 | Tú eres mi hogar

Ellie

Estaba experimentando miles de sensaciones en tan solo un par de segundos, volver a estar cerca de mi hermana, de la mujer a la que yo consideraba mi otra mitad provocaba un remolino de emociones en mi corazón.

—¡Hola, me llamo Hyacinth! —Una pequeña niña de preciosos ojos azules y cabello castaño oscuro me sonrió, extendiendo su mano en mi dirección. Con gusto la acepté, recordando lo asombroso que era que ella llevase la misma sangre que yo y que apenas nos estábamos conociendo.

—Hyacinth es un nombre perfecto para una princesa de un cuento de hadas —le guiñé el ojo a manera de juego—Mi nombre es Ellie, y me alegra mucho conocerte.

—Mami...¿Ellie es la mujer bonita que está en la fotografía que tanto te gusta? —La pequeña le "susurró" a su madre en secreto, sin dejar de verme con asombro.

—Princesa de azúcar, Ellie es mi hermana, de la que siempre te he hablado a lo largo de los años —se agachó para quedar a su altura—Ella tuvo muchos problemas que no le permitieron conocerte antes, pero, ahora ella ya está con nosotros y podrás saber las razones por las que la adoro tanto. Ellie es mi hermana, y también es tu tía mi pequeña.

—¡Ellie es hermana de mami! —La niña dio un par de saltitos emocionada, reí bajo y traté de no llorar. Ni en mis más grandes sueños, imaginaba que sería capaz de compartir momentos tan valiosos como este.

La niña no dudó ni un instante más y corrió a abrazarme como si su vida dependiese de ello, rápidamente la tomé en mis brazos y le di un beso en la mejilla.

—Bueno, Hyacinth, yo no vivo en Londres, no obstante, te prometo que vendré a visitarte siempre que sea posible. De igual forma, prometo que haré que conozcas Italia —le sonreí—Karina, mi esposo vendrá a verme dentro de poco. Considero que es la oportunidad idónea para que lo conozcas como se debe.

—Admito que me causa una tremenda consternación conocer al hombre que se ha convertido en tu esposo recientemente...

—¿Por que debería aquella provocarte consternación? —Inquirí, haciendo que Hyacinth se sentara en el mueble en silencio. La niña era muy educada por lo que no refutó en lo absoluto, era evidente que la hija de mi hermana se comportaría de esa forma.

—La última vez que nos vimos, eras una adolescente que comenzaba a descubrirse a sí misma como tal, alguien que apenas sabía sobre la vida o el amor, por lo que claro que no iba a casarse pronto —se burló, acercándose a su hija y dejando un beso en su frente—Mi amor, por favor, dile a papá que el esposo de Ellie vendrá pronto y que juegue un poco contigo mientras mamá soluciona un par de cosas con su hermana ¿Te parece bebé?

—¡Está bien mami! —La mencionada despareció de nuestra vista y sonreí enternecida. Me pregunté cómo un ser humano puede ser tan tierno en verdad. No entiendo la gran capacidad que tienen los niños para llenarnos de paz en un solo segundo.

—Han pasado varios años, nosotras cambiamos totalmente y no somos casi nada de lo que fuimos en aquel momento. Aunque sea cierto que te provoque consternación el que tu hermana pequeña, a la que querías proteger de los peligros que habían allá afuera, haya crecido tanto como para encontrarse casada con un hombre en la actualidad...Esa es nuestra realidad y debemos acostumbrarnos a ella.

—¿En serio lo amas como para estar dispuesta a permanecer a su lado por lo que te queda de vida? —Cuestionó, cruzándose de brazos. Comprendo que debe sentir curiosidad por mi vida actual, por los cambios que tuve en mi madurez y por la persona en la que pude convertirme.

—Lo amo tanto como para recibir una bala por Vicenzo...¿Eso no responde ya tu pregunta? —Farfullé—Y el hombre es un verdadero deleite, ya lo vas a comprobar.

—Vaya, no he escuchado a nadie mencionar que su esposo es un verdadero deleite...—se burló de mí—Mejor evito preguntar de la vida sexual, debido a que comienzo a hacerme ideas locas y no deseo avergonzarme de mí misma por creer en tales cosas.

Si supieras todo lo que ese hombre está dispuesto a hacer conmigo cuando estamos a solas en la habitación.

— Quisiera saber...¿Piensas tener hijos pronto? —Esa es una buena pregunta.

—No podría decirte un tiempo exacto, lo hemos hablado por supuesto, aunque no sabemos cuándo vamos a hacerlo...Los niños están dentro de nuestros planes, a pesar que no hayas definido un tiempo exacto para lo mismo —le contesté y recordé la razón que me trajo hasta Londres con tanto desespero. Por poco olvido que debía hablar con ella al respecto.

—Parece que estás pensando en algo en concreto...¿Qué es lo que te preocupa? No olvides que puedes decirme absolutamente todo —frunció el ceño, esa mujer ha sido una completa paranoica desde tiempos inmemorables.

—Karina, hay algo que debo decirte antes que mi esposo venga a recogerme, que es la razón principal por lo que he venido a buscarte con tanto esmero después de tantos años...Deseo que no te lo tomes a mal, que reflexiones un poco antes de darme tu decisión final —la invité a pensar con mayor claridad en lo que hacía.

—Somos adultas, no hay decisión que tome a la ligera a este punto de mi vida —respondió sin más. Puede que ella esté en lo correcto.

Mi hermana mayor solía recordarme un poco a mi madre en ocasiones, quizás era por sus pequeños gestos o por su forma de hablar. Y veo que con el pasar de los años, eso se hizo aun más fuerte. Karina es como una versión joven de mi madre, solo que ella nunca ha pensando en la simple idea de hacerle daño a algún ser humano.

—Mamá está enferma, tiene un cáncer que está avanzando...Pero, ella tiene posibilidades de vivir si se somete a dos cirugías extremadamente complejas —solté sin pensar, prefería ser honesta de una buena vez en lugar de dar vueltas en el mismo tema por un par de horas más—He venido a Londres para poder ayudarla en todo lo que necesite, para convertirme en su soporte económico...Antes de saber que ella tenía posibilidades de vivir, creía a ciencia cierta que ella iba a morir y el mundo se me vino encima. Sé que no es la mejor madre del mundo y que puede que no llegue a serlo nunca, solo que mi alma no me permite seguirla odiando fervientemente por los errores que cometió en el pasado con nosotras. Opté por perdonarla cuando noté que a pesar de sus innumerables esfuerzos por convertirme en un tipo de persona en concreto que fuera moldeada a su gusto, terminé por abrirme mi propio camino y ser una persona con la que yo misma me sienta conforme.

Ella no se veía tan segura, solamente observaba hacia abajo sin expresión alguna en el resto.

—Ya no cabe odio en mi corazón, soy una mujer adulta...Yo ya no puedo permitirme odiar, porque no quiero que mis hijos crezcan con una madre a la que le es imposible perdonar un error que los otros cometieron —comentó sin cuidado alguno —Seguramente no me estás permitiendo que nos convirtamos en una familia ejemplar luego de los últimos años...¿O eres tan descarada como para pedirme una estupidez?

—Jamás te diría que hagas algo como eso, deberías tener en claro que estás hablando con una Ellie muchísimo más segura. No conoces mis límites, mucho menos mi forma de pensar...Tan solo quiero que estés dispuesta a apoyarme en la recuperación de mamá, acompañándola a las terapias y ayudándola en lo que te sea posible. Necesito volver a Italia lo más pronto que pueda puesto que mi esposo necesita continuar con su recuperación y hay varios asuntos legales de los que debemos hacernos cargo —respondí con dureza. Karina es bastante difícil de roer, por lo que más me valía mostrar seguridad e imparcialidad si quería contar con su ayuda.

—Insisto en que esto no va a ser una familia ejemplar cuando hemos hecho todo de una forma inequívoca —farfulló —Hay un par de cosas que solo puedo hablar con mamá porque son bastante privadas, y si lo único que me estás pidiendo es que deje el rencor a un lado por ayudarla ahora que lo requiere más que nunca...Lo haré, con la condición de que nadie me presione a actuar de maneras en las que evidentemente no me siento cómoda.

—Las cosas se harán como tú digas, Karina.

—Y lamento ser tan dura contigo, pero, el pasado no puede ser cambiado y no se borra en un abrir y cerrar de ojos.

El ambiente se tornó un poco incómodo después de ello, y por suerte mi esposo llegó poco tiempo después para ser presentado ante mi hermana y su nueva familia. Fue una presentación rápida porque él había mencionado que deseaba llevarme a un lugar privado.

Acepté. Me hacía falta respirar fuera de una misma burbuja.

Me guió hasta aquel mirador, sin soltar mi mano en ningún momento y viéndome con amor, como siempre lo ha hecho. Tomamos asiento en aquélla banca de madera, no dijimos nada y solo miramos hacia el horizonte en completo silencio.

Es asombroso que puedas sentirte tan cómodo con alguien que no es necesario decir ni una sola palabra para convertir un momento en algo memorable.

—¿Cómo te sientes al final del día? —Preguntó, con un tono de voz pacífico.

Soy un ave fénix que logra renacer de las cenizas cada vez.

—Karina, en definitiva, es lo que le faltaba a mi vida para ser feliz. No deseo que me malentiendas, Vicenzo, porque gracias a ti pude volver a sonreír varias veces y me siento mucho más tranquila conmigo mismo...Sin embargo, realmente me hacía falta volver a ver a mi hermana —confesé—Ahora que he dado con ella, que tuve la oportunidad de abrazarla de nuevo y conversar con ellos sobre los problemas que nos están ahogando, veo que el rencor nunca es bueno para nuestros corazones. Deseo, nunca jamás, volveré a sentir rencor y quiero vivir mi vida a partir de sentimientos positivos que no le hagan daño a nadie.

—Volveremos a casa, superaremos las adversidades y volveremos a ser solo tú y yo, como cuando todo esto empezó —susurró, besando mi frente y recostando mi cabeza en su hombro.

—La vida es una m****a...—reí—En serio, ha pasado demasiado tiempo desde que soy capaz de disfrutar de tu compañía sin que sucedan cosas malas a nuestro alrededor.

—La suerte no ha estado de nuestro lado, es cierto...¿Y eso que importa al final del día cuando nos tenemos el uno al otro para ser un apoyo?

—No puedo negar eso...—reí.

—¿Mi cielo? —Murmuró en mi oído y asentí, prestando suma atención a cada una de sus palabras—¿Recuerdas qué mencione que me encantaría que volviéramos a casarnos como si fuera la primera vez, olvidando por completo la validez del contrato que firmamos alguna vez?

—¿Pretendes que iba a olvidarme de algo tan importante para los dos? —Enarqué una ceja—Claro que no me olvidaría de eso jamás, solo hay algo que quiero seguir manteniendo de aquel primer contrato...

—¿Qué es, Ellie? —Interrogó, jugando con el anillo que adornaba mis manos.

—Nos volveremos a casar, dejando de lado que creamos una enorme mentira que los causó miles de problemas...—le sonreí de lado —Pero, promete que aunque esto se convierta en un matrimonio real, seguirás adelante con el asunto de bienes separados. No me interesa tu fortuna, no me interesa el dinero en lo absoluto, solo me importas tú. Y si me caso contigo es porque te amo tal y como eres, no por todo lo que tienes. Aquello jamás cambiará.

—A pesar que no termino de convencerme de tus elecciones...Las respeto, mi cielo —colocó su pulgar sobre mi mejilla como muestra de su afecto—Lo que quiero que me prometes es que vas a casarte conmigo, eso lo que quiero que suceda. Siendo esta una manera de sellar nuestro amor.

—Lo prometo, solo si me lo pides como si fuera la primera vez —bromeé, dejando un corto beso en sus labios.

—No voy a defraudarte, amor de mi vida, te lo pediré como si fuera la primera vez...—me abrazó contra su pecho, permitiéndome dejar que el frío se fuera y que el calor se apoderada de nuestros cuerpos—Debe haber sido un día difícil para ti.

—Todos los días son complicados, de alguna manera, y confío en que pronto dejará de llover para nosotros...Saldrá el sol, y ya no tendremos que escondernos detrás de cada montaña que nos brinde protección, podremos salir a disfrutar de los rayos del sol que nos abrazan.

—Seremos siempre tú y yo contra el mundo, no importa lo que el destino tenga preparado para nosotros, siempre vamos a ser mucho más fuertes que todo.

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