Ellie
El amor nos mantiene vivos, aunque nuestra responsabilidad sea mantenerlo vivo.
Intenté controlar mis emociones, jugando con el dobladillo de mi falda y manteniendo la mirada baja mientras Kasper se retiraba de la sala, aseguró que desde su punto de vista este era un momento que debíamos vivir a solas.
—Debo admitir que creciste mucho...—Karina bromeó mientras me servía una taza de café. Ella se veía muy bonita, y es que siempre lo fue, pero, esta vez su semblante reflejaba paz—Siempre he sido consciente de que ya serías una mujer, sin embargo, la realidad me ha golpeado al ver lo mucho que cambiaste con los años. Mi linda Ellie ya no es una niña indefensa que necesita de mi ayuda, ahora es una mujer que puede enfrentar al mundo por sí sola.
No soy tan valiente como crees, en realidad soy una cobarde que no hace más que refugiarse en Vicenzo cada que tiene la oportunidad.
—Hace un par de meses seguía luciendo como siempre...—murmuré—Karina, antes que nada, me gustaría que supieras que nunca dejaste mis pensamientos y que soñaba con este reencuentro entre tú y yo. Simplemente que estuve viviendo con nuestros padres hasta hace ocho meses atrás, y apenas hoy en día puedo decir que he encontrado la vida que deseé tantas veces.
—¿Por qué no me cuentas todo lo que hiciste durante estos diez años Ellie? —Me sonrió—Por supuesto, solo si tienes el tiempo de sobra para hacerlo. No quiero presionarte, puesto que ya tendremos tiempo para ponernos al día.
Lo que deseo es recuperar el tiempo perdido.
—Le he avisado a Vicenzo qué tardaré un par de horas, así que creo que tenemos todo el tiempo del mundo...—anuncié.
—Oh...¿Quién es ese Vicenzo del que hablas? —Enarcó una ceja de manera divertida, a Karina le fascinaba molestarme con muchachos. En realidad, ella era una fanática de las relaciones amorosas y solía emocionarse cada que me gustaba un hombre. Ella fue la única con la que podía hablar.
—Vicenzo Coppola es mi esposo —solté de repente, la sonrisa que llevaba en su rostro se hizo más grande y comenzó a aplaudir con entusiasmo. Le fascina exagerarlo todo.
—¿Cuándo fue te casaste mi niña? En definitiva, creciste mucho más de lo que imaginaba...—suspiró. La última vez que nos vimos era una adolescente que solo se concentraba en estudiar y hacer las cosas que le gustaban, seguir a algún grupo de música y que ni siquiera le importaban los muchachos. Es evidente que casi no queda nada de lo que fui en algún momento, y eso es normal ya que está dentro de la madurez—Tienes un esposo...Creo que la realidad me ha tomado por sorpresa si puedo admitir.
—Me casé con Vicenzo hace unos meses, y esa es una historia de la que ya hablaremos después...—en serio, no tenía ganas de contarle la historia de un matrimonio falso—Me limitaré a decir que es el hombre más maravilloso que he conocido en mi vida, al que puedo contarle todo de mí y con el cual me siento tranquila. Ya habrá la oportunidad para que lo conozcas...¿Está bien? Probablemente vayas a adorarlo, no hay hombre más amable y dulce que el amor de mi vida.
—Conocer a tu esposo, Vicenzo, es mi prioridad a partir de hoy...Sé que diez años es mucho tiempo como para ponerse al día de inmediato, así que solo quiero que me hagas un muy pequeño resumen que me lleve a entenderlo todo...
—Karina, sé lo mucho que te interesa saber un poco de mí...Pero, siendo honesta lo que quiero es estar contigo, por un día dejemos que el mundo arda a nuestro alrededor sin que busquemos una forma de apagarlo...Solo deseo que paseemos un poco de tiempo juntas.
Asintió.
—Quizás ya tendremos tiempo para hablar de la vida que llevamos ahora ¿Verdad? —Sonrió—Y mientras Kasper mantenga a nuestra hija en su habitación, no creo que alguien se atreva a interrumpir este anhelado reencuentro.
—¿Karina? —Cautivé su mirada con mi voz ella asintió con la cabeza, dándome a entender que estaba escuchándome—Físicamente eres muy distinta, sin embargo, en cuanto te miro a los ojos vuelvo a sentirme en casa.
—Han pasado los años, y el amor no ha muerto...Sigues siendo tan especial como cuando éramos unas niñas, eres la persona que sí aprecio además de la familia Vaughan, claro está.
—Por suerte, hallaste buenas personas en el camino que supieron ayudarte como lo necesitabas y no dudaron en aceptarte con los brazos abiertos en su familia ¿Acaso eso no significa ganarse el cielo?
—Considero que tuviste la misma suerte que yo...Encontraste a un hombre que te merece, alguien que estaría dispuesto a dar su vida por ti.
—Moriría por Vicenzo, te aseguro que no lo pensaría ni un segundo —volví a pensar en él de nuevo, no comprendía como un hombre podría gustarme tanto.
Me puse de pie siguiéndola en silencio, me llevó hasta una habitación bastante lejana, la cual estaba con llave y pudo abrir al buscar la llave en uno de sus bolsillos. Me sonrió, y al entrar al dichoso dormitorio se me arrugó el corazón con nostalgia.
Una habitación repleta de fotografías nuestras, tantas cono el infinito.
Una gran muestra de amor por nuestra adorable relación.
—Ahora que he vuelto a encontrarte no pienso separarme de ti, te lo prometo —besé sus manos como muestra de afecto—Karina Lilibeth, eres una verdadera hermana.
—Perdóname por no haberte buscado en estos años, perdóname por haber actuado como una indolente que podía vivir como si nunca hubieses sido parte de mi libro de vida, perdóname si no tuve la madurez emocional necesaria para dejarlo todo a un lado y correr a buscarte en donde quiera que te encontraras.
Discúlpame por haberte guardado en un rincón de mi corazón como un recuerdo que me lastimaba cada vez que volvía a tocarlo.
—Mi sueño era llegar a ser todo lo que siempre quise ser, llegar a ser la persona con la que me encontraba todas las noches en mis sueños —se detuvo a mirar una de las fotografías con cariño, donde ambas nos estábamos abrazando en su cumpleaños número diecinueve, cuando apenas conoció al hombre que sería su alma gemela. Recuerdo que fue uno de nuestros días más felices, en donde nos limitamos a reír como si nuestra vida estuviese a punto de acabarse, poco sabíamos la relevancia de los recuerdos y como estos se desvanecen a lo largo del tiempo con el paso de los años. En ocasiones, desearía volver a revivir los momentos donde fueron más feliz, pero sé que la vida siempre nos tiene algo preparado y que todo sucede por algo—Era una egoísta que solo pensaba en cumplir sus propios sueños, sin detenerse a pensar en que tenía toda la responsabilidad y las oportunidades para ayudarte a que fueras lo que querías ser.
—A veces se nos olvida que la vida no es eterna, que tenemos oportunidades limitadas y que podemos perder a los que amamos cuando menos lo imaginamos —le di la razón —Y lo que hiciste fue lo correcto...Nunca fue tu responsabilidad hacerte cargo de todo lo que a mí respectase, tu deber era serte fiel a ti misma a todo instante. Lo que me duele es que nunca haya podido verte antes, eso es lo único que me gustaría que haya sido de otra manera. Pienso que todo sucede por algo, que en cuanto nacemos nuestro destino ya está trazado y que solo existen un par de decisiones que están en nuestras manos. No todo está dentro de nuestras decisiones, y solo nos limitamos a vivir esperando lo que la vida nos tiene preparado. Creo que la dirección que ha tomado nuestra vida es la correcta, considero que tu destino final era encontrarte con Kasper y que ese hombre fue el ángel que esperaste para que pueda llevarte a cumplir cada uno de tus sueños. Considero que aunque no me la pasé de la mejor manera los años que estuviste ausente en nuestro hogar, eso fue lo que me llevó hasta Italia y conocí a Vicenzo gracias a ello. Los errores y las heridas de antes se han quedado en el pasado y ya no son más que eso, por lo que no debería influir en nuestro presente. Me alegra que hayas tenido una vida adecuada con la persona a la que amas, con una familia que supo recibirte con los brazos abiertos como un miembro más y que ahora tienes una buena vida que mereces a la perfección, tienes una pequeña hija que es una verdadera bendición. Acepta que lo que ahora tienes es lo mejor, que están bien las decisiones que tomaste. No deseo que vuelvas a repetir que te sientes mal por no haberme visitado una sola vez, porque si hablamos de eso, también yo podría echarme la culpa de la mala situación.
—Tendría que haber regresado por ti después que conseguí establecerme al lado de Kasper, debería haber vuelto a buscarte para hacerme cargo de ti —se recriminó a sí misma, las lágrimas brotaron por sus ojos y ella se las limpió tan pronto como le fue posible—Perdóname por no haber sido una buena hermana para ti, discúlpame por no haber ido a buscarte y ayudarte a que tuvieran todo lo que siempre mereciste. Mi deber como tu hermana mayor era protegerte y ayudarte en todo lo que pudiera, tuve posibilidades de hacerlo y no fui valiente como para regresar a buscarte.
No deberías culparte a ti misma, yo nunca fui tu responsabilidad. Lo único que importaba eras tú.
—Todo eso ha quedado en el pasado —sentencié—Deja de culparte por favor...—me acerqué a abrazarle con cariño—Te quiero, te adoro infinitamente, y lo único que me importa es el amor que me tienes y el que yo tengo.
Sollozó en mi hombro y la abracé:
—Puede que no sea el momento, pero, espero poder conocer a tu pequeña hija lo más pronto que me sea posible —le expresé mi deseo. Amaba a Karina con todo mi corazón y no dejaba de pensar en lo asombroso que sería darle todo mi amor al pequeño ser que vino de ella.
—Si deseas te presentaré a mi niña ahora mismo, iré a buscarla —ni siquiera me dio tiempo de reaccionar puesto que se había puesto de pie y desapareció de mi vista. En ese instante, recibí una llamada de mi adorado esposo.
—¿Vicenzo? —Interrogué apenas me alejaba de la sala para contestar el teléfono y atender a mi esposo de forma adecuada.
—Oh, mi niña, qué bueno que me hayas contestado. Me moría por saber si te encontrabas bien...—pase lo que pase, no deja de ser un hombre que se preocupa muchísimo por mí al cien por ciento.
—Karina es mi mundo, y en realidad me hace muy feliz además que me trae mucha paz. Me quedaré un poco más aquí, y ya le pediré que pida un taxi para mí...—me mordí el labio.
—Iré a recogerte si me envías la dirección, no tengo problema en ir a verte a la hora que seas...Ah, y Ellie...
—¿Sí, amor? —Cuestioné.
—Ni siquiera se te ocurra quitarte el buzo de cuello alto que llevas puesto, no querrás que tu hermana se lleve una muy mala primera impresión acerca de tu esposo...Puede pensar que somos un par de pervertidos que practican toda clase de cosas dentro de nuestra actividad sexual —mencionó con picardía. No negaré que tiene toda la razón.—No olvido ese tipo de cosas —reí bajo —Espérare a que vengas a verme, por supuesto, y supongo que hay varias cosas que me encantarían hacer contigo. Deberíamos tener una cita, cielo, creo que nos merecemos un poco de tiempo a solas.
—Iré a buscarte, cariño, aún me queda mucho por hacer contigo —suspiró—¿Ellie?
—¿Sí? —Interrogué.
—Lentamente cambiaste mi mundo, estos sentimientos creados por ti nos convierte en un patrón económico. Creo que estoy enamorado de ti. Todos los días vienes a darle color a mi mundo y no puedo negar que me encanta ¿Podrías enamorarte de mí más profundamente?
EllieEstaba experimentando miles de sensaciones en tan solo un par de segundos, volver a estar cerca de mi hermana, de la mujer a la que yo consideraba mi otra mitad provocaba un remolino de emociones en mi corazón.—¡Hola, me llamo Hyacinth! —Una pequeña niña de preciosos ojos azules y cabello castaño oscuro me sonrió, extendiendo su mano en mi dirección. Con gusto la acepté, recordando lo asombroso que era que ella llevase la misma sangre que yo y que apenas nos estábamos conociendo.—Hyacinth es un nombre perfecto para una princesa de un cuento de hadas —le guiñé el ojo a manera de juego—Mi nombre es Ellie, y me alegra mucho conocerte.—Mami...¿Ellie es la mujer bonita que está en la fotografía que tanto te gusta? —La pequeña le "susurró" a su madre en secreto, sin dejar de verme con asombro.—Princesa de azúcar, Ellie es mi hermana, de la que siempre te he hablado a lo largo de los años —se agachó para quedar a su altura—Ella tuvo muchos problemas que no le permitieron conocerte
VicenzoEl tiempo no ha pasado en vano para mí. No he vivido por el simple hecho de obligarme a mí mismo a vivir, sino he pasado por tanto que cada año vivido me ha llenado de experiencias, algunas gratificantes u otras que no deseo recordar. Pero, supongo que eso es parte del aprendizaje, de la maduración y la vida misma. Vivir es complicado, y aun así continúasiendo más fácil que morir.Estuve prácticamente cuatro semanas en casa, recuperándome de forma lenta y progresiva del accidente mientras esperábamos que la fiscalía nos otorgase una fecha para la audiencia de nuestro caso, la cual terminó agendándose para dentro de cinco días.Un mes que se sintió como vivir una vida distinta a la que conocía, con Ellie retomando el contacto con su familia, todo se sentía muy diferente. Por primera vez en su vida, según sus propias palabras, estaba llevando una buena relación con toda su familia sin excepciones, tanto que parece que su estado de ánimo ha mejorado notablemente y junto con la a
EllieIntenté ocultar mi nerviosismo jugando con mis manos, revisé la hora en mi teléfono y luego volví a guardarlo en mi cartera.—¿Señora Coppola? —la psiquiatra salió del consultario a verificar que había asistido a la cita.—Sí, buenos días —me puse de pie con una sonrisa en el rostro.—Siga por favor —me indicó, asentí siguiéndola hasta su consultorio.No voy a negar que me estoy muriendo del nerviosismo por dentro. He ido al psicólogo durante meses y no puedo negar que eso me ha ayudado a interpretar mis emociones de una nueva manera y a lidear con ellas sin hacerme daño a mí misma, pero, hay cosas que siguen siendo lo mismo y que no debería ser así puesto que he estado en terapia. Es así que mi psicóloga decidió que necesitaba recurrir a una psiquiatra que pudiera brindarme lo que ella no, y ahora estoy en mi primera cita sin haberle dicho a Vicenzo nada de esto.—La psicóloga Evans me envió tu historia clínica...Parece que tenías problemas de confianza, inseguridades y un lige