—¡Mierda, Caleb! —gruño cuando me doy cuenta de que el peso que sentía sobre mí, era un hombre. —Mmm —se queja él y me aprieta más a él, yo bufo porque tengo que salir de su agarre. —Caleb, m*****a sea, la alarma —digo, intento golpearlo pero él no se mueve—. M****a, que sueño más pesado tienes. Intento pasar sobre él pero sus brazos me lo ponen muy difícil, estiro mi mano mientras maldigo hasta que agarro el despertador y lo apago, me dejo caer en la cama suspirando. —¿Qué hora es? —pregunta un Caleb adormilado, me doy vuelta para mirarlo, se ve sereno, con sus ojos cerrados y el rostro tranquilo, se ve hermoso. —Hora de levantarse muchachito, tienes que irte —digo, él se da vuelta, abre los ojos y se los refriega mirando a todos lados —¿Estarán tus padres abajo? —pregunta, yo asiento y me levanto para agarrar mi ropa y dirigirme hacia el baño—. ¿Cómo me iré? —Pues, tendrás que bajar por la ventana —digo, él abre los ojos y me mira, yo me encojo de hombros y le doy una mirada
Con las chicas nos estábamos arreglando en casa de Alice, Kate nos llevaría en el auto de su padre y en el, cabemos las cuatro. Benja iba a llegar con una chica, no sabía quién era pero seguramente su nueva conquista. Los demás irían por su cuenta y nos veríamos a la entrada del club, para no tener que estar buscándonos en medio de toda la gente que habría allí. —Se ven guapísimas —les digo, yo ya había terminado de arreglarme, esta vez me había colocado unos leggins eco cuero y un top beige con mangas. Este tenía la espalda completamente descubierta. Las chicas me tiran un beso y yo se los devuelvo. —Caleb se va a volver loco cuando te vea —dice Alice, yo niego. —Caleb y yo sólo somos amigos —digo, ella rueda los ojos. —Pasan mucho tiempo juntos —dice Valery mientras se pinta los labios, yo me encojo de hombros. —Bueno, eso es lo que hacen los amigos, pasan tiempo juntos. —No, no, porque Caleb nunca había tenido una amiga antes —dice Kate. —O no sin derecho a roce —dice Valery
—Olvida lo que dije —dice, yo muevo la cabeza.—Dijimos que seríamos amigos —digo, él asiente y se pasa una mano por el pelo, lo desordena, pero sigue viéndose extremadamente guapo.Debería ser ilegal.—¡Lo sé, lo sé, pero ese día tú sentiste lo mismo que yo!—No quiero que el famoso chico malo rompa mi corazón —digo, él me mira dolido y yo me arrepiento de mis palabras.—Entonces ¿eso es lo que soy para ti? —pregunta, yo no digo nada y él mira hacia el techo—. ¿El chico malo con el que te diviertes? —¡No, eres mi amigo!—¡No quiero ser tu amigo, Trinidad!—Caleb, no arruinemos esto…—¿Acaso no entiendes que no puedo alejarme de ti?Caleb pasa por delante de mí, pero luego se da vuelta y agarra mi mano para tirarme hacia los chicos. Esto era justamente lo que no quería que pasara, que peleáramos por sentimientos.Caleb no me mira mientras avanza hacia la barra, las chicas fruncen el ceño cuando lo ven, no quiero imaginarme la cara que lleva. Él me suelta justo cuando llegamos a la ba
Caleb y yo entramos de la mano; él me coloca apoyada en su espalda mientras avanzamos hacia la barra donde está Benjamín y Jacinta.—Mejor te llevo así, no quiero verme en una pelea en nuestro primer día de novios —dice en mi oído, yo río.—Ambos nos veríamos en ella —digo, ahora es su turno de reír.—Quizás yo tendría que apartarte para que no lo noquearas.—Eso es lo más probable, nadie me toca sin mi permiso.—Que bueno que tengo tu permiso —dice, yo asiento.—Nosotros dos lo vamos a pasar muy bien —digo mirándolo hacia atrás con una sonrisa, él aprieta sus manos en mis caderas.—¡No me mires así, porque de otro modo nos iremos de inmediato!—Copiado —digo riendo, cuándo llegamos hacia Benja, él me mira fulminándome con la mirada, yo ruedo los ojos.—¡Hasta que apareces!—No eres mi niñera, relax —digo, luego mira las manos en mi cadera de Caleb.—¿Y eso? —pregunta, yo me encojo de hombros.—Después de tanto insistirme que era el futuro amor de su vida, hermosa, inteligente y muy b
No dejaba de mordisquear el cuello de Caleb mientras él subía conmigo en brazos hacia su habitación.—Morena, si sigues no podremos llegar a la habitación —susurro con la voz ronca, yo sonreí en su cuello y chupe su piel.—Lo haremos, sólo sigue subiendo.Caleb gruño y comenzó a subir más rápido, cuando llegamos a su habitación, él abrió la puerta de una patada y la cerró de la misma forma, caminó conmigo hacia la cama y me tiró en ella, yo me mordí el labio y me apoye en mis codos mientras miraba como él se sacaba la chaqueta negra y dejaba a mi vista sus hombros anchos.Definitivamente no había una descripción adecuada que describiera lo bueno que estaba.—No te detengas, disfruto de la vista —le digo mordiéndome el labio y acercándome a él.—Estoy seguro que sí, morena, pero creo que disfrutarías más, sacándomela tú —dice, yo sonriendo y me levanto para quedar casi, cara a cara, ya que Caleb es más alto que yo.—Tienes razón, chico malo, definitivamente lo disfrutaré más.Agarro el
Caleb toma mi mano y me da un apretón yo suspiro justo cuando entramos. Su madre se da vuelta rápidamente hacia mí, me mira por lo que parecen horas y luego sonríe grande.—¡Mira que linda es! —dice ella acercándose a mí, me envuelve en un abrazo apretado, yo me suelto de la mano de Caleb y se lo devuelvo, con más timidez de la que quiero dejar ver.Esto es realmente nuevo para mí. Ella tiene un perfume dulce, que sabe a amor y amabilidad.—Nunca pensé que llegaría el día en que yo viera a alguno de mis hijos con una novia, y tú ¡eres hermosa! —exclama con emoción, yo miro hacia Caleb y él rueda los ojos.—Morena es genial, mamá —dice Jared detrás de ella, él esta sentado en los asientos que rodean un mesa en la sala, yo le sonrío.—¿Morena? —pregunta ella confundida, yo asiento.—Bueno, ese no es mi nombre, pero cuando nos conocimos, Jared comenzó a decirme así —digo, ella ríe.—Es algo que mi hijo haría.—Me llamo Trinidad —digo, ella asiente y me da un beso en cada mejilla. La emoc
—Mamá, no sé de que hablas —digo cuando me dispongo a caminar y paso por su lado; ella enarca una ceja.—¿Segura qué no lo sabes? Yo resoplo.—Si ya sabes… —comienzo pero ella se cruza de brazos y me mira—. Él me pidió ser su novia —suelto.Mi madre deja escapar un chillido y yo la miro sorprendida y también debo admitir, divertida.—¡No lo puedo creer! —exclama, yo arrugo el entrecejo.—¿Qué no puedes creer?—Bueno, que estés de novia, es decir, Caleb es ardiente, tienes un buen gusto y ¡tu carnada debe ser fenomenal para traerlo con correa tan luego! —dice ella, yo no lo puedo evitar y me largo a reír.—¡No digas eso en su presencia! —digo mientras me limpio una lágrima que escapa. Ella mueve la mano.—¡Claro que no!Mi madre cierra la puerta detrás de mí cuando entro a la casa, hay rico olor; olor a tostadas. Mi padre está sentado en la cocina, al verme se sorprende pero luego mueve la cabeza.—A veces me olvido que los niños ya van a fiestas —dice, yo sonrío y me acerco a darle u
—Cuando Jane me contó que Caleb tenía una novia, yo creí que estaba bromeando —dice André riendo—. Era tan libre… —comienza pero Jane lo interrumpe rodando los ojos.—Querrás decir que era un mujeriego porque tú eras igual cuando te conocí —dice ella, André le da una mirada avergonzado.—Si, pero es que no sabía que aparecerías en mi vida, cariño.—Claro que no.—Ella venía de Argentina, como intercambio, y cuando la vi, pensé que era la chica más hermosa que había conocido en mi vida —dijo André, la mirada llena de amor que le dedico a su esposa no me sorprendió, pero lo que sí lo hizo, fue el hecho de que ellos se conocieron en una situación parecida a la nuestra.—Sí, y la forma en que ustedes se conocieron me hizo recordar aquello, tú viniendo de otro país, y mi nene siendo un chico malo —dice ella, yo asiento y luego le doy una mirada a Caleb. —Es verdad, yo no había asociado el parecido hasta que lo mencionaste —dice él. Toma mi mano por debajo de la mesa y la aprieta.—Se supo