Holaaa cariñitos!! Hoy le straigo DOBLE ACTUALIZACIÓN, espero que desfruten de los capítulos. Si aún no has dejado una reseña del libro, te invito a que lo hagas, eso me ayuda a atraer nuevas lectoras. Mil gracias y además gracias por comentar, eso me hace saber que les está gustando la historia y me motiva a seguir. Besooooos
El resto de la mañana Aurora había pasado tratando de huir de Benjamin. Lo último que quería era que él se diera cuenta de lo afectada que estaba por el encuentro que habían tenido con su ex. Además que no estaba segura de querer contarle su encuentro privado con la mujer. Sin embargo, si había disfrutado la compañía de un Reed, pues pasó toda la mañana con el más joven de los rubios. Logan ya había empezado formalmente a trabajar en el parque y debía reconocer que la presencia del chico era refrescante. Siempre estaba sonriendo y diciendo algo gracioso, lo cual le ayudó a olvidar, al menos por un momento, todo lo que había ocurrido. Eso sin contar que el chico hablaba el doble que ella, lo que de por sí ya debería ser considerado un récord y tenía la sospecha que muchas veces decía más de lo que debía, justo como en ese preciso momento: —¿Tú crees que Ben lo consiga?—me dijo de repente adquiriendo una actitud mucho más seria y preocupada. Lo único que pude hacer fue fruncir el ceñ
Cuando los estrategas salieron de la salita, Aurora sintió como las palabras y los nervios comenzaron a amontonarse en su cabeza. Había muchas cosas dando vueltas en su mente y él único que podía darle respuesta a todo era el rubio que estaba viéndola con cautela y preocupación enfrente de ella. Sin embargo, antes de que ella pudiera hacer una sola de las preguntas que tenía, él se le adelantó dando un paso hacia adelante y diciendo: —Me has estado evitando, habladora. Pensé que ya habíamos pasado por esto. Sin poder evitarlo, tragó saliva y desvió por unos segundos la mirada sintiéndose tonta y dolida ante la mirada del hombre. Sin embargo, lo único que se le ocurrió hacer en esos momentos fue negarlo. —No.. yo no, no estaba… —No me mientas, Aurora. Has estado escabulléndote de mi como un cervatillo asustado por todo el maldito lugar. Las palabras, el tono molesto en Ben consiguió encender esa chispa de rabia y malestar en ella por todo lo que había ocurrido esa mañana en el par
La desesperación y el miedo se volvieron algo tangible dentro de Ben en el instante en que pisó el pedal de los frenos y el auto no se detuvo. No entendía qué demonios era lo que estaba pasando, él había manejado hasta el parque y todo parecía ir bien, cómo era posible que se hubiesen dañado en tan poco tiempo. —¿Qu–Qué ocurre? La voz asustada de Aurora disparó aún más su angustia. Por un instante se sintió como si fuera nuevamente ese niño pequeño en la parte trasera del auto de sus padres, con la gran diferencia que en esa ocasión era él quien manejaba. —Los frenos… Los frenos del auto no funcionan. —¿Qué?. El cruce de la carretera estaba a menos de 10 metros de distancia y en ese instante supo que no había manera de frenar de manera normal y que debía tomar una decisión, una que definiría no solo su destino, sino el de ambos. —¡Agarrate fuerte! El semáforo estaba justo frente a ellos, el cruce de la carretera que debían atravesar. Los frenos fallaron y la tensión llenó el esp
Benjamin despertó en una habitación de hospital con una sensación de aturdimiento y dolor que lo sobrecogió de inmediato. Su mente estaba nublada, y cuando intentó moverse, una oleada de dolor se apoderó de su cuerpo. Miró a su alrededor en busca de Aurora , pero no la vio. —Aurora —murmuró, su voz débil y cargada de angustia—. ¿Dónde estás? ¡AURORA! Dos médicos entraron en la habitación apenas lo escucharon gritar y se apresuraron a su lado. —Señor Reed, tiene que calmarse porque su estado de salud sigue siendo delicado. Benjamin no quería escuchar una m****a sobre su estado de salud, él lo único que necesitaba era que le dijeran dónde demonios estaba su mujer. —No me interesa— dijo ahogado y con dolor en el pecho—Mi mujer, dónde demonios está mi mujer. —Ella está siendo atendida, pero si usted no se recupera entonces no podrá verla—el médico lo estaba regañando como si de un chiquillo se tratara y eso no hacía nada para apaciguar su desesperación. Le explicaron con calma que t
El dolor que sintió al decir aquellas palabras fue algo totalmente indescriptible. El simple hecho de imaginarse alejándose de Ben le partía el corazón, en especial ahora que se había dado cuenta de la magnitud de sus sentimientos. Pero tal como había dicho la primera vez, lo menos que ella quería era que él saliera lastimado por su culpa. Sin embargo, el hombre enfrente de ella no parecía estar de acuerdo con su decisión. —¡Es que acaso te has vuelto loca! El grito de Max retumbó en las paredes de la habitación consiguiendo que todo su cuerpo se estremeciera y que los ojos se le humedecieron más de lo que ya estaban. —¡No me grites!—dijo ella rompiéndose en medio de la frase. Todo lo que acababan de vivir ese día finalmente le estaba pasando factura.—Esto no es fácil para mí, no es como si yo quisiera alejarme de él, pero tú acabas de decirlo, su vida está en riesgo y si sigo con él no se van a detener. Max negó con la cabeza mientras la miraba, joder, no entendía como las cosas
Aurora estaba muda. No sabía si el rubio estaba realmente hablando en serio o todo era debido a un impulso del momento. Sus ojos no podían hacer otra cosa más que mirar al hombre en frente de ella, antes de dejar salir lo único que fue capaz de decir: —¿Qué…? Eso es… ¡No puedo simplemente mudarme! —¡Por supuesto que puedes!—Benjamin la estaba viendo como si ella fuera la que se había enloquecido—Simplemente es coger tu ropa y pasarte de un lugar a otro, ya mismo me pongo a llamar a mi gente para que organicen todo. Cómo si saliera de un transe Aurora se sentó de un tirón en la cama dejando salir un alarido de dolor en el acto que puso en alerta a los dos hombres que la acompañaban, sin embargo, ignorando la sarta de preguntas sobre si estaba bien, fijó sus ojos en el rubio y le dijo.—No puedo mudarme contigo, llevamos días de haber empezado a salir, eso es una locura Ben. Benjamin no estaba de acuerdo, ni siquiera un poco con las palabras de la mujer. A él le importaba una reveren
El día de salir del hospital había llegado y Aurora podía sentir los nervios y la expectativa llenar cada parte de su cuerpo. Benjamin había tenido que aguantar tres días en el hospital hasta que finalmente los médicos decidideran darle el alta y por más que amenazó, pataleó y se quejó no hubo poder humano que cambiara la decisión. Ahora el rubio la llevaba de la mano mientras que Max iba delante de ella hablando por celular como loco, ultimamente eso era lo único que el hombre hacía, cosa que Emily no había dejado de resaltar y decir que era sexy. De hecho, la chica iba del otro lado de ella viendo con ojos de corazones al amigo de Ben y ella debía admitir que el hombre no parecía del todo indiferente. Sin embargo todos esos pensamientos quedaron nublados mientras Aurora quedaba paralizada en medio del parqueadero del hospital viendo la enorme camioneta del estilo 007 blindada que estaba esperando por ellos abierta por hombres que parecían del servicio secreto de la Casa Blanca. —
Todo el camino en auto fue en completo silencio, simplemente lanzándose miradas de reojo o, en el caso de Benjamin, gruñendo por lo bajo cada dos de tres segundos, como si de esa manera fuera a hacer que ella se retractara de lo que le había dicho. Cosa que Aurora no pensaba hacer. Al llegar a la casa se bajó del monstruoso auto con la frente en alto antes de darle una última mirada a los hombres de seguridad y entrar en la casa-mansión de Ben donde iban a quedarse, pues era menos conocida que el apartamento. Cuando entró se llevó la sorpresa de que sus maletas ya estaban dispuestas en la sala. —Quiero pensar que ha sido Emily quien ha recogido mis cosas— dijo y escuchó como él soltó un resoplido mientras se desabotonaba el saco y cerraba la puerta tras de sí, haciendo que ella frunciera el ceño—¿Emily y Max no vienen? Benjamin solo podía mirar a la hermosa mujer delante de él que con expresión molesta solo conseguía verse más provocativa, sin embargo, ni siquiera su belleza iba a