Hola hola!!! Amores, acabo de llegar apenas del trabajo, tuve una jornada eterna, mañana las compenso con dos capítulos sustanciosos jeje Besoooooos
“No vaya a ser que te la quiten” Las palabras del mocoso no habían dejado de repetirse en su mente y cada vez que las escuchaba no podía evitar imaginarse al idiota del Mike junto a la castaña. El solo pensamiento de los dos juntos hacía que las tripas se le revolvieran y lo odiaba. Él no era un tipo sentimental y mucho menos de los que se encaprichaba con una mujer, de hecho con la única que alguna vez pensó en futuro fue con Megan, esa misma que había estado llamando la noche anterior mientras bebía y él no le había contestado, pues sabía cómo terminarían las cosas si lo hacía. Sin embargo la cura fue peor que la enfermedad, porque ahora se encontraba con la cabeza hecha un lío y el rostro de una mujer metito dentro de ella. En otras palabras estaba jodido. Dejando salir un gruñido de frustración se puso en pie y tomando su celular salió de la salida de empleados decidió a dar una vuelta por el parque para ver si así le mejoraba el humor. Con paso decidido comenzó a caminar en
Aurora no tenía ni idea de cómo se suponía que debía reaccionar. Y aunque sabía que no estaba haciendo nada malo y que no tenía nada con ninguno de los dos hombres, una incomodidad inmensa se apoderó de su cuerpo mientras veía al pelinegro acercarse con el ramo de flores en la mano. Sus ojos fueron de inmediato hacia Ben y no pasó por alto la forma en que todo su cuerpo parecía haberse tensado y, como si sus propios pensamientos y sentimientos no fueran suficientes, la reacción del rubio lo único que consiguió fue confundirla más. Sin embargo, antes de que pudiera preguntarle o decirle algo, Mike llegó finalmente hasta donde se encontraba. —Vaya, sí que ha sido difícil encontrarte, cenicienta.— le dijo el hombre y le regaló una sonrisa espléndida que ella le regresó tímidamente al escuchar la forma en que la había llamado. Sin embargo, al rubio a su lado no pareció hacerle ni pizca de gracia por el resoplido que dejó salir. —Tal vez no la encontrabas porque estaba ocupada, ¿Acaso
Tal como la primera vez que lo vio Mike estaba siendo un completo caballero. Le abrió la puerta del auto y la había llevado a un lindo restaurante que no era ni muy elegante para que se sintiera intimidada ni tampoco demasiado sencillo para creer que no le había puesto empeño. Sus ojos miraban todo el lugar con emoción, pues muy pocas veces en su vida se había permitido ir a un lugar como aquel, para no decir que nunca. Él pareció haberse dado cuenta de su curiosidad que se apresuró a decir: —¿Te gusta? Porque si no es así podemos ir a dónde prefieras. —Oh no, no. Nada de eso, de hecho me encanta, es un restaurante muy lindo, tal vez si me hubieses avisado me habría podido arreglar un poco. Lo cierto era que había sido una suerte que ese día no estuviera llevando el disfraz de princesa, pues se estaba encargando de hacer un informe para Benjamin y agregarlo a la presentación que haría al día siguiente, lo que la dejaba con su ropa común y corriente. —Nada de eso, te ves perfecta.
Aurora había regresado al parque con los ánimos renovados, pues había disfrutado mucho del almuerzo que había compartido con Mike, el hombre era un completo caballero y el hecho de que alguien la cortejara era nuevo para ella, así que nada más poner un pie dentro del lugar había continuado con su tarea de verificar que todo marchara en orden. Caminó por las distintas atracciones y pidió a cada operario el registro de cuántos visitantes se habían subido en el día para así poder tener un discriminado de los juegos que más estaban produciendo y hacer una estrategia de marketing para los que no. Estaba tan sumida en sus pensamientos y en todo lo que implementaría que no se dio cuenta de que el administrador había llegado hasta ella, hasta que el hombre le arrebató de las manos la libreta con sus anotaciones. —¡Hey! Eso es mío— Aurora se quedó de piedra al ver la cara de rabia que traía el hombre y cerró la boca de inmediato. —Me puedes explicar ¿quién demonios te dio autorización de e
—Porque me gustas, habladora. No sé qué demonios fue lo que me hiciste, pero me tienes loco por tí. Las palabras habían salido solas de sus labios pero no se arrepentía, en absoluto. Por el contrario se sintió como dejar salir un peso que no sabía que estaba llevando dentro de él y le gustó. Esa sensación de liberación fue algo totalmente nuevo. Pudo notar en los ojos de ella que estaba confundida y sabía que eso era su culpa. Sus actos y sus palabras eran dos cosas que parecían no coincidir. —No lo entiendo… Tú… Tú me confundes, yo no sé… —Lo sé, habladora, realmente lo sé, y si te soy sincero la mayor parte del tiempo ni siquiera yo mismo me entiendo, pero te digo la verdad. Me gustas y te juro que traté que no fuera así, pero no pude conseguirlo. Aurora sentía que estaba en medio de una montaña rusa de emociones. Por una parte se sentía emocionada, por otra estaba aterrada y la última llena de desconfianza. ¿Quién le decía que Benjamin no estaba burlándose de ella? O que simple
El beso apasionado tenía a Aurora en medio de una nube que poco a poco se iba calentando cada vez más y la expectativa y los nervios de lo desconocido era lo único que llenaba el aire. Se sentía como si flotara en una burbuja de felicidad, pero al mismo tiempo, algo la preocupaba. La química entre ella y Ben era innegable, pero también sabía que su relación podría ser complicada, en especial debido a la gran diferencia entre ellos y no solo se refería a las diferencias sociales, no, en estos instantes ella no podía dejar de pensar en la gran experiencia que debía tener el rubio con las mujeres y en la prácticamente nula relación de ella con el sexo masculino. Sin embargo, en el instante en que sintió como su espalda se hundió en el colchón y las sábanas de seda rozaron su cuerpo al tiempo que el cuerpo grande y tibio de Ben se posaba sobre ella, toda inseguridad se borró de su mente. Los besos del rubio fueron dejando un recorrido desde su clavícula y más abajo, delineando su cuell
Con manos temblorosas de nervios dio click en la palabra inscribirse y terminó de envíar la aplicación a la universidad para terminar el último año, tal como se lo prometió a Benjamin quien miraba todo sobre su hombro con expresión seria.Lo cierto era que él quería que ella viviera la experiencia como debería ser, yendo al campus como una estudiante normal, pero el muy listillo no cayó en cuenta que sus horarios laborales y responsabilidades no dejaban tiempo para eso, por eso había optado por terminar la carrera de manera virtual.—Oh vamos, quita esa cara, el trato era que terminara la carrera, no dijiste nunca cuáles eran las formas.Al escucharla Ben frunció aún más el ceño y luego tomándola por sorpresa la tomó de la cintura y en un solo movimiento la giró hasta tenerla a horcajadas sobre él.No se ni cómo hizo para conseguir que el portátil , que se notaba que costaba un dineral, no se estrellara contra el suelo.—Tu eres una princesa muy tramposa, ¿lo sabes, cierto?Ante su co
El hombre gordo, sudado y con una sonrisa maquiavélica estaba viendo su hazaña desde el lugar más apartado del parque. Si ese estupido niñato creía que iba a llegar a su parque a cambiar y quitarle todo lo que por tanto tiempo él había codiciado estaba muy equivocado. Roger, el administrador, hizo aún más grande su sonrisa cuando escucho como los gritos se hicieron presentes en el instante en que la rueda de la fortuna comenzó a fallar y tambalearse de manera errática, él mismo se había encargado de alterar los circuitos del aparato, no tanto como para que alguien muriera, pero sí que causaría revuelo. —Vamos a ver como levanta el CEO la reputación del lugar luego de esto—dijo para si mismo antes de subirse la capucha y comenzar a caminar hacia la salida. Él sabía que si quería vengarse por lo que le habían hecho iba a necesitar aliados, dentro y fuera del lugar, y ya tenía dos nombres bastantes claros en su lista. Esto iba a ser solo el comienzo de la inminente ruina de Atraccione