– No, nunca me uniré a alguien que deliberadamente se atreve a lastimarme, por mí, puedes irte al demonio Antonescu – dijo Isobel levantándose del suelo y mirando directamente a los ojos grises de tormenta de Emmeran.
– Están despedidas, ambas, no quiero volver a verlas en este hospital, y tú, Isobel, será mejor que busques una buena excusa, tu abuelo sabrá de esto y sé que no estará muy complacido de saber que su única nieta esta enamorada del maldecido que habita la vieja abadía, se que Velkan sabrá ponerte en tu lugar – dijo Emmeran mirando con dolor y desdén a Isobel Bennet.
– No trabajare para alguien que asesina sin piedad a otros, aun cuando insistas en verlos a todos ellos como monstruos, nosotras sabemos que no es así, es la promesa del medico ayudar a todos, si el cuerpo se mueve, si aun sus ojos brillan, sign
Muchos años atrás…La nieve caía en un vaivén lento y pasmoso fuera de aquella ventana en la habitación blanca y prístina de aquel hospital, no entendía muy bien que era lo que había ocurrido, tan solo, sabía que lo había perdido todo de un instante a otro, todo había sido devorado por el fuego, los gritos de su madre y de su hermana, retumbaban como ecos lejanos escondidos en algún recoveco de su mente, humanos, aquellos malditos seres inferiores lo habían hecho, destruido su hogar, aniquilado a su familia, todo por sus temores infundados hacia lo que era diferente…sus padres realmente desearon convivir en paz con ello…y ese, había sido el precio de su estupidez.– Veo que has despertado joven Levana, es admirable ver la demasiado rápida recuperación de un sangre pura, todo tu cuerpo estaba prácticamente carbon
Se sentía diferente, la noche había caído, se habían detenido para descansar, lo necesitaban en realidad, habían estado caminando mucho a través de los Cárpatos sin detenerse para darle alcance a Arlina y su sequito de vampiros, el no se sentía exhausto, sin embargo, sabía que Halia sí que lo estaba, por ella, es que se habían detenido, además, necesitaba que los lobos infames de la manada que le arrebató a su padre, necesitarían fuerza para la batalla que daría comienzo en unas horas más, mirando a la luna en lo alto, veía el color rosáceo que comenzaba a notarse sobre su esplendor de plata, faltaba muy poco, realmente era solo cuestión de horas para que se tornara completamente carmesí, la luna de sangre, aquella en la que, se suponía, debían estar naciendo los siguientes Levana, pero que no había podido ser debido a
La media luz de la vela parpadeaba por el viento terrible y ocasional que se colaba por las ventanas de aquella cabaña en el bosque en donde se habían refugiado de aquella feroz tormenta que se había desatado de manera repentina, la oscuridad de la noche había descendido sobre el ocaso para cubrirlo todo con su manto de tinieblas, ojos violáceos como las lavandas de en los prados de primavera, escudriñaban cada párrafo leyendo hoja por hoja aquel tan antiguo registro de los muchos que tenía el llamado Conde de Bourgh y que este amablemente le había prestado con la intención de que supiese más de su familia, dándose prisa, Arlina Levana tomaba aquellos tan viejos documentos que había descubierto y que se habían salvado, de alguna manera, del deterioro del paso de los años, apagando aquella luz, la hermosa loba albina salía de aquel pequeño espacio, mirando hacia toda
Bajo la luna, hay una solitaria sombra de lágrimas.Sólo una pequeña muestra de que hay un sólo amor en esta vida.La luz de la luna bañaba con su luz cada árbol y pino en el bosque, el silencio vagamente interrumpido por el sonido de la fauna y el silbar del viento entre las hojas, reinaba en los bosques de aquellas hermosas y misteriosas tierras de los condenados, los Cárpatos, siempre habían sido un lugar lleno de misterio y misticismo, desde aquel libro de Bram Stoker, hasta los tiempos modernos, incluso desde mucho tiempo atrás, Arlina admiraba la belleza de aquel claro que se hallaba junto a un precioso lago de agua cristalina, que reflejaba a la luna en todo su esplendor, la tormenta había pasado y solo faltaban unas cuantas horas para que amaneciera, no podía dormir, se había escabullido de todos para meditar en aquella historia sobre el destino cruel que su fa
Pasos firmes en medio de la espesura de los bosques de los Cárpatos, tomaban rumbo a la ciudad de los muertos, oculta en medio de los Cárpatos, y que era, supuestamente, el lugar en donde el primer maldecido junto al primer príncipe vampiro, descansaban sumergidos en un sueño eterno, sin que nadie supiese de ello, la blanca nieve caía en abundancia coloreando todo el panorama de blanco, aquello, era inesperado, una nevada repentina que caía en el otoño, anunciando un demasiado anticipado invierno, y haciendo sentir que quizás, ocurriría una tragedia muy pronto, las copas de los árboles se mecían a merced de la furia de la tormenta invernal no esperada, que los asolaba, el invierno había llegado, quizás, demasiado pronto, como presagiando lo que estaba a punto de pasar, el sol no asomaba a través de aquellas nubes oscuras, el frio era francamente insoportable, imposible de tolerar para u
El cielo gris que las nubes tormentosas coloreaban, le daban un aspecto aún más lúgubre a la larga noche, el sepulcral silencio era ocasionalmente interrumpido por el estruendoso y cada vez más cercano sonido de algún rayo partiendo el cielo, las estrellas no se asomaban aquella noche, la luz de la luna roja se filtraba escasa entre las muchas y oscuras nubes que ya dejaban caer finas gotas de lluvia, lluvia que, Arlen Levana, estaba seguro, se desatarían en una furiosa tormenta.El silencio de los bosques era francamente aterrador, el ulular de los búhos que ocasionalmente lo rompía, solo volvía el recorrido aún más siniestro, los hombres lobo se notaban nerviosos, todos sabían ya lo que encontrarían mas adelante, solo muerte y dolor, los vampiros y los lobos eran similares, pero al mismo tiempo, demasiado distintos, aquellos seres que eran llamados “maldecidos de la eterna
Gritos de agonía y desesperación, rompían el eterno silencio en medio de los Cárpatos, aquellas viejas tierras inhóspitas y de leyenda, que desde tiempos remotos habían sido escenarios de cruentas guerras, refugio de seres sobrenaturales, y que durante demasiados siglos se habían mantenido en el mas profundo de los silencios, nuevamente recibían sobre su tierra y hierba, la sangre de un nuevo conflicto, uno meramente de seres de cuento, aquellos mismos que en libros, películas y demás, eran protagonistas de historias igual de terribles en los montes Cárpatos.Arlen, observaba a como uno a uno, los lobos de la manada Addae, iban cayendo ante los colmillos de los vampiros, sin embargo, estos, a su vez, también sucumbían ante las poderosas mandíbulas de los lobos, aquel derramamiento de sangre era necesario, Arlina, lo quisiera o no, tenia que regresar a su lado, ambos, tenía
El aroma delicado del te inundaba sus sentidos más profundos, hacia un buen tiempo que no disfrutaba tanto de una buena taza fuera de los confines en donde lo tenían forzado a permanecer, una sonrisa se dibujó en sus labios, los O´Neill debían estar demasiados decepcionados con su escape, pero era más que obvio que algún día pasaría, no sería un niño débil e indefenso por siempre, su sangre de lobo había despertado finalmente y su fuerza era mayor a la de cualquier otro alfa, después de todo, su linaje era el primero, el único sin la mancha de la sangre humana en su existencia, lobos por naturaleza e inmortales sin defecto alguno, los Levana era el único de los clanes que jamás se mezcló con los humanos, también, era el más antiguo de ellos, auténticos descendientes de la luna que existían desde que el mundo era mundo, nadie podría compararse con ellos, por ello, que el heredero Artigas hubiese mancillado a Arlina, no lo perdonaría jamás, aquella debía ser suya, únicamente suya, aun c