El cielo gris que las nubes tormentosas coloreaban, le daban un aspecto aún más lúgubre a la larga noche, el sepulcral silencio era ocasionalmente interrumpido por el estruendoso y cada vez más cercano sonido de algún rayo partiendo el cielo, las estrellas no se asomaban aquella noche, la luz de la luna roja se filtraba escasa entre las muchas y oscuras nubes que ya dejaban caer finas gotas de lluvia, lluvia que, Arlen Levana, estaba seguro, se desatarían en una furiosa tormenta.
El silencio de los bosques era francamente aterrador, el ulular de los búhos que ocasionalmente lo rompía, solo volvía el recorrido aún más siniestro, los hombres lobo se notaban nerviosos, todos sabían ya lo que encontrarían mas adelante, solo muerte y dolor, los vampiros y los lobos eran similares, pero al mismo tiempo, demasiado distintos, aquellos seres que eran llamados “maldecidos de la eterna
Gritos de agonía y desesperación, rompían el eterno silencio en medio de los Cárpatos, aquellas viejas tierras inhóspitas y de leyenda, que desde tiempos remotos habían sido escenarios de cruentas guerras, refugio de seres sobrenaturales, y que durante demasiados siglos se habían mantenido en el mas profundo de los silencios, nuevamente recibían sobre su tierra y hierba, la sangre de un nuevo conflicto, uno meramente de seres de cuento, aquellos mismos que en libros, películas y demás, eran protagonistas de historias igual de terribles en los montes Cárpatos.Arlen, observaba a como uno a uno, los lobos de la manada Addae, iban cayendo ante los colmillos de los vampiros, sin embargo, estos, a su vez, también sucumbían ante las poderosas mandíbulas de los lobos, aquel derramamiento de sangre era necesario, Arlina, lo quisiera o no, tenia que regresar a su lado, ambos, tenía
El aroma delicado del te inundaba sus sentidos más profundos, hacia un buen tiempo que no disfrutaba tanto de una buena taza fuera de los confines en donde lo tenían forzado a permanecer, una sonrisa se dibujó en sus labios, los O´Neill debían estar demasiados decepcionados con su escape, pero era más que obvio que algún día pasaría, no sería un niño débil e indefenso por siempre, su sangre de lobo había despertado finalmente y su fuerza era mayor a la de cualquier otro alfa, después de todo, su linaje era el primero, el único sin la mancha de la sangre humana en su existencia, lobos por naturaleza e inmortales sin defecto alguno, los Levana era el único de los clanes que jamás se mezcló con los humanos, también, era el más antiguo de ellos, auténticos descendientes de la luna que existían desde que el mundo era mundo, nadie podría compararse con ellos, por ello, que el heredero Artigas hubiese mancillado a Arlina, no lo perdonaría jamás, aquella debía ser suya, únicamente suya, aun c
Besos apasionados, calores sofocantes que sentía, la agobiaban en demasía, el calor de su vientre exigiendo que aquel macho la tomara y la hiciera suya una y otra vez, su cuerpo dolía de deseo, de pasión frustrada, lo quería dentro de ella, quería que aquel sobre su cuerpo la tomara de una vez, que mordiese su cuello, no había razonamiento, no había nada más que solo el deseo de sacias sus bajos instintos, su mente estaba nublada, perdida en el calor de ese momento, deseando ser tomada con salvajismo, sexo duro y ardiente, la sangre en sus venas quemaba, al igual que su vientre deseoso ardía, mirando a los ojos de aquel macho sobre ella, pudo verlos con claridad, violeta como la lavanda limpia en los floridos campos, idénticos a los de ella, el cabello blanquecino, sedoso como la seda, rostro hermoso de masculinas facciones, su hermano gemelo, Arlen, tomándola como una mujer, haciéndola suya u
Tienes que venir conmigo ahora…ese no es el lugar al que perteneces, tu sitio es conmigo, permanentemente a mi lado, eres mía Arlina, lo has sido desde el momento en que juntos, abrimos los ojos por primera vez al mundo, me perteneces y pase lo que pase, te tendré a mi lado. De golpe, se había despertado de ese nuevo sueño, de esa nueva pesadilla, cada noche lo soñaba, a su hermano gemelo siendo ya un hombre adulto, haciéndole el amor, susurrando cosas a su oído, era una pesadilla interminable tras otra que parecían no tener fin, el incesto era algo repugnante, nunca podría hacer cosas tales y depravadas como esas que sus sueños vividos y morbosos se empeñaban en mostrarle, levantándose de la cama, pudo observar a Jacobo dormir, su amado piel canela parecía estar sumergido en un sueño profundo, besando su frente, se dirigió luego al
La noche había llegado, la luna de sangre se hallaba cada vez más cercana, Jacobo meditaba sintiendo a Arlina entre sus brazos, había estado actuando de manera extraña, aunque, sabiendo bien lo que estaba ocurriendo con ella y Arlen, entendía un poco de aquello, el cuerpo de su amada respondía al llamado de su gemelo, sus instintos dormidos respondían a aquel que era su supuesto destinado, pero, cierto era, que la ultima palabra aun no estaba dicha, y el, no permitiría que nadie le arrebatara a la mujer que amaba tanto.Dejándola dormida, Jacobo dirigió sus pasos hasta el estudio de su padre, había algo de lo que tenían que hablar, y su progenitor, siendo un libro antiguo como era, quizás tendría una respuesta para todo aquello que lo estaba aquejando, tocando la puerta de roble de aquel espacioso recinto, entro.– Ya te esperaba hijo, ven, siéntate, tenemos m
Las turbinas del avión la aturdían en extremo, estaban por aterrizar, lo había dicho solo hacia unos momentos atrás, aquel horrendo malestar no había abandonado su cuerpo desde que salieron de Arties, era como si le hubieran arrancado las extremidades de su cuerpo, Arlina estaba convencida de que aquel dolor no le permitiría caminar, sentía sus piernas entumecidas, adoloridas en exceso, no entendí que era lo que le estaba ocurriendo y de que manera Arlen tenia que ver con ello, había dormido solo unas cuentas horas y la pesadilla había empeorado mucho más, Arlen la había prácticamente violado en sus sueños y eso, la tenía sumamente perturbada.Jacobo observaba a la hermosa albina, lucia mucho peor de lo que estaba antes de salir de Arties, sin embargo, y según palabras de su padre, alejarla de Arlen era necesario, esperaba que aquello vampiros de los cuales su padre
Silencio, era todo lo que se dejaba sentir en medio de aquella peculiar reunión, habían llegado al pueblo de Sibiu, que se hallaba pegado a los montes de los Cárpatos, era un lugar demasiado similar a Arties, con aquel aire rustico y pintoresco y habitantes tan curiosos y supersticiosos como los había en su hogar, influenciados por las leyendas tan reales como el aire que se contaban allí, se habían hospedado en una vieja casona a las afueras del pueblo, que, según en palabras de la vampiresa que los había recibido en el aeropuerto de Brasov, una vez hacia años, perteneció a uno de los vampiros que se encontraban allí, un tal Ferka, sin duda, era bastante conveniente, pasar desapercibidos en el sitio era justo lo que necesitaban y aquella misión resultaría imposible con Arlina a su lado, la belleza única y sin igual de la loba albina no pasaba desapercibida en ningún lugar al que
Silencio, era todo lo que se dejaba sentir en medio de aquella peculiar reunión, habían llegado al pueblo de Sibiu, que se hallaba pegado a los montes de los Cárpatos, era un lugar demasiado similar a Arties, con aquel aire rustico y pintoresco y habitantes tan curiosos y supersticiosos como los había en su hogar, influenciados por las leyendas tan reales como el aire que se contaban allí, se habían hospedado en una vieja casona a las afueras del pueblo, que, según en palabras de la vampiresa que los había recibido en el aeropuerto de Brasov, una vez hacia años, perteneció a uno de los vampiros que se encontraban allí, un tal Ferka, sin duda, era bastante conveniente, pasar desapercibidos en el sitio era justo lo que necesitaban y aquella misión resultaría imposible con Arlina a su lado, la belleza única y sin igual de la loba albina no pasaba desapercibida en ningún lugar al que