La noche había llegado, la luna de sangre se hallaba cada vez más cercana, Jacobo meditaba sintiendo a Arlina entre sus brazos, había estado actuando de manera extraña, aunque, sabiendo bien lo que estaba ocurriendo con ella y Arlen, entendía un poco de aquello, el cuerpo de su amada respondía al llamado de su gemelo, sus instintos dormidos respondían a aquel que era su supuesto destinado, pero, cierto era, que la ultima palabra aun no estaba dicha, y el, no permitiría que nadie le arrebatara a la mujer que amaba tanto.
Dejándola dormida, Jacobo dirigió sus pasos hasta el estudio de su padre, había algo de lo que tenían que hablar, y su progenitor, siendo un libro antiguo como era, quizás tendría una respuesta para todo aquello que lo estaba aquejando, tocando la puerta de roble de aquel espacioso recinto, entro.
– Ya te esperaba hijo, ven, siéntate, tenemos m
Las turbinas del avión la aturdían en extremo, estaban por aterrizar, lo había dicho solo hacia unos momentos atrás, aquel horrendo malestar no había abandonado su cuerpo desde que salieron de Arties, era como si le hubieran arrancado las extremidades de su cuerpo, Arlina estaba convencida de que aquel dolor no le permitiría caminar, sentía sus piernas entumecidas, adoloridas en exceso, no entendí que era lo que le estaba ocurriendo y de que manera Arlen tenia que ver con ello, había dormido solo unas cuentas horas y la pesadilla había empeorado mucho más, Arlen la había prácticamente violado en sus sueños y eso, la tenía sumamente perturbada.Jacobo observaba a la hermosa albina, lucia mucho peor de lo que estaba antes de salir de Arties, sin embargo, y según palabras de su padre, alejarla de Arlen era necesario, esperaba que aquello vampiros de los cuales su padre
Silencio, era todo lo que se dejaba sentir en medio de aquella peculiar reunión, habían llegado al pueblo de Sibiu, que se hallaba pegado a los montes de los Cárpatos, era un lugar demasiado similar a Arties, con aquel aire rustico y pintoresco y habitantes tan curiosos y supersticiosos como los había en su hogar, influenciados por las leyendas tan reales como el aire que se contaban allí, se habían hospedado en una vieja casona a las afueras del pueblo, que, según en palabras de la vampiresa que los había recibido en el aeropuerto de Brasov, una vez hacia años, perteneció a uno de los vampiros que se encontraban allí, un tal Ferka, sin duda, era bastante conveniente, pasar desapercibidos en el sitio era justo lo que necesitaban y aquella misión resultaría imposible con Arlina a su lado, la belleza única y sin igual de la loba albina no pasaba desapercibida en ningún lugar al que
Silencio, era todo lo que se dejaba sentir en medio de aquella peculiar reunión, habían llegado al pueblo de Sibiu, que se hallaba pegado a los montes de los Cárpatos, era un lugar demasiado similar a Arties, con aquel aire rustico y pintoresco y habitantes tan curiosos y supersticiosos como los había en su hogar, influenciados por las leyendas tan reales como el aire que se contaban allí, se habían hospedado en una vieja casona a las afueras del pueblo, que, según en palabras de la vampiresa que los había recibido en el aeropuerto de Brasov, una vez hacia años, perteneció a uno de los vampiros que se encontraban allí, un tal Ferka, sin duda, era bastante conveniente, pasar desapercibidos en el sitio era justo lo que necesitaban y aquella misión resultaría imposible con Arlina a su lado, la belleza única y sin igual de la loba albina no pasaba desapercibida en ningún lugar al que
Sudores fríos, respiraciones entrecortadas, una palidez mortal, hermoso rostro demacrado y permanentemente marcado por el sufrimiento, Jacobo sostenía la delicada mano de la mujer a la que amaba, mirarla sufrir era una horrida agonía propia, eran compañeros, un vínculo más allá del pobre entendimiento humano los uniría para siempre, el dolor de su hembra era suyo, no importaba que fuese una loba de sangre pura, no importaba que estuviese prometida a otro, no importaba que su legado incestuoso la forzara a pertenecer a su gemelo, él la amaba, la había amado siempre, desde aquel primer momento en que la vio por vez primera cuando solo eran unos niños, no podía dejarla así, sufriendo por causas que ni siquiera eran su culpa, Arlen la estaba torturando, enloqueciendo sus sentidos, confundiendo su alma y retorciendo su corazón, y el, completamente frustrado, deseaba entrar en medio de sus su
Una sonrisa retorcida se dibujo en su rostro, un fuego infernal y abrazador se reflejo en sus ojos violáceos, acababa de ocurrir, lo habían separado una vez mas de su hermana gemela, esta vez, arrebatándole lo único que tenia para seguir teniendo un cierto control sobre ella, sus sueños, aquellos donde la tomaba una y otra vez, donde, sin descanso, la hacía suya, el único lugar donde nadie podría interponerse, no tenia idea de donde se encontraban Arlina y el heredero Artigas, tan solo sabia que era un lugar demasiado lejano, y, al parecer, no habían ido a donde sea que fuese que estaban por mera casualidad, había alguien más, alguien poderoso, pudo sentir aquella abrumadora presencia de naturaleza similar a la suya y al mismo tiempo muy distinta, durante algunos breves instantes antes de ser violentamente expulsado de la mente de su gemela, sea quien sea que los estuviese ayudando, no era un cualquiera, er
Desde tiempos antiguos se han narrado historias...viejas leyendas, que hablan de seres sobrenaturales qué rondan los viejos bosques...seres qué entre aullidos le cantan a la Luna...un pueblo pequeño con gente pequeña, temerosa, donde el rico somete al pobre y los hermanos son separados para cumplir intereses de otros...donde la gente le teme a las bestias de la luna y a los gemelos qué nacen en medio de su luz...Cuenta la leyenda, sobre la existencia de seres mitad hombre, mitad lobo, que entre aullidos le cantaban a la luna, seres sobrenaturales que poseían una fuerza extraordinaria que usaban su poder para someter a los humanos, llenando de terror a las personas que incesantemente buscaban calmar la ira de las bestias, sin embargo, se decía que la luna, en un acto de misericordia a la humanidad, había creado dos seres que portaban su belleza y compasión, hijos de la luna de cabellos y piel tan blan
Aquella presencia se sentía imponente, intimidante, incluso, aterradora, la belleza de ese ser frente a ella, no tenia igual con nada que hubiese visto antes, piel pálida como el mármol pulido, ojos de oro fundido que parecían llamear en el fuego del averno, y, al mismo tiempo, parecían demasiado gentiles, cabello negro, largo hasta los hombres, oscuro como la noche misma, facciones pulcras, aristocráticas, demasiado hermosas para ser reales, parecía una genuina obra de arte hecha por manos angelicales, un hombre demasiado hermoso, demasiado irreal, y que, aun así, estaba de pie frente a ella, mirándolos a ambos con un aire de extraña gentileza.– Veo que ha funcionado bien, se ve usted muy respuesta, señorita Arlina, es un placer para su humilde servidor conocer a una sangre pura como usted, soy el Conde Vasile de Bourgh – dijo aquel hombre besando amablemente y con educación su m
La luz de la luna bañaba los bosques de los Cárpatos, dejando ver la belleza sublime de estos cuando el manto de la noche lo cubría todo en esos lares, habían estado leyendo la historia de los Levana, sus orígenes, habían hecho hasta lo imposible para encontrar una manera para detener a Arlen, sin embargo, no les estaba resultando sencillo, gracias a la alquimia del Conde de Bourgh, aquellas atroces pesadillas dejaron de atormentarla, pero, ambos lo sabían, aquello no dudaría eternamente, eventualmente, quizás no ese día o el siguiente, Arlen llegaría hasta ellos para tomar aquello que sentía ser suyo, Arlina.Mirándose el uno al otro, habían llegado a una parte importante de esa vieja historia, los Levana, en efecto, eran lobos sangre pura que habían aparecido al parecer de la nada, viviendo de manera salvaje al comienzo y masacrando seres humanos, nadie sabía a ci