Se sentía diferente, la noche había caído, se habían detenido para descansar, lo necesitaban en realidad, habían estado caminando mucho a través de los Cárpatos sin detenerse para darle alcance a Arlina y su sequito de vampiros, el no se sentía exhausto, sin embargo, sabía que Halia sí que lo estaba, por ella, es que se habían detenido, además, necesitaba que los lobos infames de la manada que le arrebató a su padre, necesitarían fuerza para la batalla que daría comienzo en unas horas más, mirando a la luna en lo alto, veía el color rosáceo que comenzaba a notarse sobre su esplendor de plata, faltaba muy poco, realmente era solo cuestión de horas para que se tornara completamente carmesí, la luna de sangre, aquella en la que, se suponía, debían estar naciendo los siguientes Levana, pero que no había podido ser debido a
La media luz de la vela parpadeaba por el viento terrible y ocasional que se colaba por las ventanas de aquella cabaña en el bosque en donde se habían refugiado de aquella feroz tormenta que se había desatado de manera repentina, la oscuridad de la noche había descendido sobre el ocaso para cubrirlo todo con su manto de tinieblas, ojos violáceos como las lavandas de en los prados de primavera, escudriñaban cada párrafo leyendo hoja por hoja aquel tan antiguo registro de los muchos que tenía el llamado Conde de Bourgh y que este amablemente le había prestado con la intención de que supiese más de su familia, dándose prisa, Arlina Levana tomaba aquellos tan viejos documentos que había descubierto y que se habían salvado, de alguna manera, del deterioro del paso de los años, apagando aquella luz, la hermosa loba albina salía de aquel pequeño espacio, mirando hacia toda
Bajo la luna, hay una solitaria sombra de lágrimas.Sólo una pequeña muestra de que hay un sólo amor en esta vida.La luz de la luna bañaba con su luz cada árbol y pino en el bosque, el silencio vagamente interrumpido por el sonido de la fauna y el silbar del viento entre las hojas, reinaba en los bosques de aquellas hermosas y misteriosas tierras de los condenados, los Cárpatos, siempre habían sido un lugar lleno de misterio y misticismo, desde aquel libro de Bram Stoker, hasta los tiempos modernos, incluso desde mucho tiempo atrás, Arlina admiraba la belleza de aquel claro que se hallaba junto a un precioso lago de agua cristalina, que reflejaba a la luna en todo su esplendor, la tormenta había pasado y solo faltaban unas cuantas horas para que amaneciera, no podía dormir, se había escabullido de todos para meditar en aquella historia sobre el destino cruel que su fa
Pasos firmes en medio de la espesura de los bosques de los Cárpatos, tomaban rumbo a la ciudad de los muertos, oculta en medio de los Cárpatos, y que era, supuestamente, el lugar en donde el primer maldecido junto al primer príncipe vampiro, descansaban sumergidos en un sueño eterno, sin que nadie supiese de ello, la blanca nieve caía en abundancia coloreando todo el panorama de blanco, aquello, era inesperado, una nevada repentina que caía en el otoño, anunciando un demasiado anticipado invierno, y haciendo sentir que quizás, ocurriría una tragedia muy pronto, las copas de los árboles se mecían a merced de la furia de la tormenta invernal no esperada, que los asolaba, el invierno había llegado, quizás, demasiado pronto, como presagiando lo que estaba a punto de pasar, el sol no asomaba a través de aquellas nubes oscuras, el frio era francamente insoportable, imposible de tolerar para u
El cielo gris que las nubes tormentosas coloreaban, le daban un aspecto aún más lúgubre a la larga noche, el sepulcral silencio era ocasionalmente interrumpido por el estruendoso y cada vez más cercano sonido de algún rayo partiendo el cielo, las estrellas no se asomaban aquella noche, la luz de la luna roja se filtraba escasa entre las muchas y oscuras nubes que ya dejaban caer finas gotas de lluvia, lluvia que, Arlen Levana, estaba seguro, se desatarían en una furiosa tormenta.El silencio de los bosques era francamente aterrador, el ulular de los búhos que ocasionalmente lo rompía, solo volvía el recorrido aún más siniestro, los hombres lobo se notaban nerviosos, todos sabían ya lo que encontrarían mas adelante, solo muerte y dolor, los vampiros y los lobos eran similares, pero al mismo tiempo, demasiado distintos, aquellos seres que eran llamados “maldecidos de la eterna
Gritos de agonía y desesperación, rompían el eterno silencio en medio de los Cárpatos, aquellas viejas tierras inhóspitas y de leyenda, que desde tiempos remotos habían sido escenarios de cruentas guerras, refugio de seres sobrenaturales, y que durante demasiados siglos se habían mantenido en el mas profundo de los silencios, nuevamente recibían sobre su tierra y hierba, la sangre de un nuevo conflicto, uno meramente de seres de cuento, aquellos mismos que en libros, películas y demás, eran protagonistas de historias igual de terribles en los montes Cárpatos.Arlen, observaba a como uno a uno, los lobos de la manada Addae, iban cayendo ante los colmillos de los vampiros, sin embargo, estos, a su vez, también sucumbían ante las poderosas mandíbulas de los lobos, aquel derramamiento de sangre era necesario, Arlina, lo quisiera o no, tenia que regresar a su lado, ambos, tenía
El aroma delicado del te inundaba sus sentidos más profundos, hacia un buen tiempo que no disfrutaba tanto de una buena taza fuera de los confines en donde lo tenían forzado a permanecer, una sonrisa se dibujó en sus labios, los O´Neill debían estar demasiados decepcionados con su escape, pero era más que obvio que algún día pasaría, no sería un niño débil e indefenso por siempre, su sangre de lobo había despertado finalmente y su fuerza era mayor a la de cualquier otro alfa, después de todo, su linaje era el primero, el único sin la mancha de la sangre humana en su existencia, lobos por naturaleza e inmortales sin defecto alguno, los Levana era el único de los clanes que jamás se mezcló con los humanos, también, era el más antiguo de ellos, auténticos descendientes de la luna que existían desde que el mundo era mundo, nadie podría compararse con ellos, por ello, que el heredero Artigas hubiese mancillado a Arlina, no lo perdonaría jamás, aquella debía ser suya, únicamente suya, aun c
Besos apasionados, calores sofocantes que sentía, la agobiaban en demasía, el calor de su vientre exigiendo que aquel macho la tomara y la hiciera suya una y otra vez, su cuerpo dolía de deseo, de pasión frustrada, lo quería dentro de ella, quería que aquel sobre su cuerpo la tomara de una vez, que mordiese su cuello, no había razonamiento, no había nada más que solo el deseo de sacias sus bajos instintos, su mente estaba nublada, perdida en el calor de ese momento, deseando ser tomada con salvajismo, sexo duro y ardiente, la sangre en sus venas quemaba, al igual que su vientre deseoso ardía, mirando a los ojos de aquel macho sobre ella, pudo verlos con claridad, violeta como la lavanda limpia en los floridos campos, idénticos a los de ella, el cabello blanquecino, sedoso como la seda, rostro hermoso de masculinas facciones, su hermano gemelo, Arlen, tomándola como una mujer, haciéndola suya u
Tienes que venir conmigo ahora…ese no es el lugar al que perteneces, tu sitio es conmigo, permanentemente a mi lado, eres mía Arlina, lo has sido desde el momento en que juntos, abrimos los ojos por primera vez al mundo, me perteneces y pase lo que pase, te tendré a mi lado. De golpe, se había despertado de ese nuevo sueño, de esa nueva pesadilla, cada noche lo soñaba, a su hermano gemelo siendo ya un hombre adulto, haciéndole el amor, susurrando cosas a su oído, era una pesadilla interminable tras otra que parecían no tener fin, el incesto era algo repugnante, nunca podría hacer cosas tales y depravadas como esas que sus sueños vividos y morbosos se empeñaban en mostrarle, levantándose de la cama, pudo observar a Jacobo dormir, su amado piel canela parecía estar sumergido en un sueño profundo, besando su frente, se dirigió luego al