Stefano saludó con la cabeza a varios conocidos y recorrió con la vista el salón en busca de la mujer que lo atormentaba de noche en sueños porque no podía tenerla y que había estado más presente que nunca durante todos esos días, y casi lo hace perder fructíferos negocios por no poder concentrarse. Al no encontrarla a su lado esa mañana por poco asesina a los miembros de su equipo de seguridad que se habían descuidado pensando que ella no saldría en la madrugada. Esta vez había dejado entrever que no iría esa noche para que ella se sintiera segura y apareciera. Así que tenía que estar por allí y ya vería cuando la encontrara. La casa estaba rodeada, no podría salir sin que alguien la viera y se lo notificara a él inmediatamente. Sabía que ella estaba allí, así que era cuestión de minutos para que apareciera. Adrede se había presentado tarde para que ella se sintiera confiada y no se fuera. Un vestido azul asomaba detrás de un hombre gordo y él la reconoció. Con una sonrisa se acercó
No creo que sea necesario, una vez vea a la niña sabré lo que tenga que saber. Además, no creo que Sibia me haya mentido en algo así. Si no insistimos en que se los hiciera es por que la pequeña ha heredado de usted una marca particular que seguro sabe a cuál me refiero. ¿Mi lunar en forma de corazón? – Dijo asombrada. Sibia sabía de él y dijo que eso era lo único que usted necesitaría para aceptar a la niña. Es cierto… - Murmuró ella. Sabía que al verla sabría si era suya o no. Casi una hora después el padre de la niña seguía sin aparecer y el abogado se deshacía en disculpas ante una muy enojada Jacqueline. No obtendría más información ni sabría donde estaba la niña hasta que llegara el irresponsable de su padre. Jackie se paseaba por la alfombra color azul de un lado a otro sintiendo que iba a estallar de coraje ¿Cómo era posible que ese hombre le diera tan poca importancia a su hija? Un problema con el transporte lo había retrasado le acababa de decir el abogado a lo que con v
Con una facilidad que él envidió, enseguida Jackie cambió a Maddison de posición para que él pudiera tomarla en brazos, dejándola frente a él. Para tener poco más de tres meses era grande y vivaracha igual que la pequeña Jackie Vecchio hija de Ally y Max de hecho tenían la misma edad. La tomó en brazos y quiso estrecharla con fuerza contra si, pero se contuvo y la observó con la misma curiosidad e interés con que él era observado por la pequeña como si ambos se estuvieran estudiando. Es inteligente y lo será aun más se dijo con orgullo mientras miraba en esos bellos ojitos. Estuvo plenamente seguro y convencido que no daría esa niña por nada en este mundo. Jackie opinaba lo mismo, se avecinaba un enfrentamiento. Él no iba a perderse por nada el crecimiento de su hija, de ninguna manera, apenas la conocía, pero ya sabía que la amaba. No tenía la intención de apartarla de su madre que si bien era la mujer más obstinada, terca y difícil que conocía sabía a ciencia cierta que sería una bu
¿Para humillarla? ¿Para que se diera cuenta que si él no hubiera comprado todas esas fotografías ella no hubiera vendido nada? ¡Cuánto no debía haber disfrutado con ello! ¡Cuanto se debía haber reído de ella! Quería gritar y arrancar esas fotografías de la pared. Pero ella amaba esas fotografías como todas las que tomaba, así que trató de serenarse y enfrentar a ese hombre que sabía como darle siempre en sus puntos débiles.¿Qué significa esto? – Preguntó tratando de controlar la ira.Stefano había observado el cúmulo de sensaciones que recorrían a Jackie por haber visto las fotografías.Estaba enfadada, no, estaba furiosa ¿Cómo explicarle que había comprado las fotografías por qué le habían gustado? Sin motivos ocultos más que el de tener algo de ella, aunque en ese entonces no lo hubiera reconocido, lo hacía en ese momento. Pero ahí estaba ella, pensando que sólo lo había hecho para enojarla, que lo había hecho para humillarla. Si se tomaba en cuenta su tormentosa relación no era pa
No te tengo miedo Troyanos, que no pase por tu cabeza semejante pensamiento. Porque también haré de todo por quedarme con Maddie. Te ofrecí permanecer con la custodia compartida.¿Le llamas compartir a ver a mi hija de vez en cuando?Dije que podías hacerlo cuando tú quisieras y pudieras, pero veo que eso es de vez en cuando ¿no?Quiero a mi hija y a su madre en mi casa. – Dijo determinante.No lamento decir que eso no sucederá.Espero puedas con lo que tú misma has provocado. Será divertido ver como regresas suplicando piedad y entonces tendré que decirte que no.¿Sabes? Algo me dice que alguien pedirá piedad como tú dices, pero no seré yo. Puedes apostarlo.Así que… ¿Quieres apostar? – La pregunta la hizo con un brillo y un gesto malicioso que advirtió Jackie, pero no se dejó amedrentar.Está bien ¿Qué propones? – Agregó en un arranque.El que pida piedad aceptará hacer todo lo que él otro quiera. – El brillo en los ojos de Stefano hacían ver ese par como dos pozos de plata brillant
Jan Paul se alejó riendo todavía y eso la irritó un poco, pero después terminó sonriendo, su primo era excelente para hacerla recuperar el buen humor. La familia de su madre era francesa y la mayoría vivía en Francia, pero uno de sus hermanos, el tío Pierre había decidido probar en América y el resultado había sido que tenía una de las mejores firmas de abogados al lado de su amigo Richard Blackwell. Jan Paul era hijo del tío Pierre y uno de sus más querido primos. Stefano no tenía la menor idea de que ella contaba con semejante apoyo. El pensar en ello la hizo sonreír y Jackie se sintió algo perversa pero el caso es que ¡Él se lo merecía! Merecía que fuese él, el que suplicara piedad y se rindiera. Aún no tenía la victoria pero se sentía segura, respaldada y por supuesto querida por su tío y primo y como bien había dicho Jan, los demás también estaban pendientes del caso. A estas alturas seguro que Stefano sabía que contaba con el apoyo de su familia materna. Ella era muy apegada a e
Horas después Jackie entraba con Maddie al edificio de Laurent & Blackwell, no salía sin la niña, disfrutaba enormemente de tenerla a su lado y por ello Maddison no tenía niñera. Vestida con un pantalón negro que hacía ver su excelente figura y una blusa de seda en color rojo intenso y con el maquillaje justo, caminaba a través del vestíbulo rogando para no toparse con Stefano. Suficiente era tener que verlo de nuevo ese día, él había aceptado que se vieran allí en el bufete de abogados que la representaba, estaba lista, segura, pero de igual manera terriblemente nerviosa. Era cuestión de tiempo, lo sabías perfectamente. – Decía Jan que trataba de calmar a Jackie ya que pocos minutos antes de la reunión con Stefano, un artículo había salido ya poniéndola nerviosa por el contenido. Pero es que ahora todo el mundo se enterará y yo no he hablado de esto con mis padres, ni con Allyson ¡Dios! ¡Ella me matará! El artículo no es tan malo. ¿Ah no? veamos – Jackie se dispuso a leer el cont
Se solicita la custodia completa de Maddison Troyanos Alcántara- Leyó de nuevo el abogado carraspeando al empezar– A menos que su madre la señora Jacqueline Alcántara acepte contraer matrimonio con mi representado el Sr. Stefano Troyanos… - Dicho esto el abogado alzó la vista esperando ser interrumpido cosa que no pasó, porque Jackie se esforzaba para recuperar la lucidez después de semejante noticia, se sentía en estado de shock ¡Había tomado en serio sus palabras de la mañana! Dónde ella lo retaba a dejar su soltería, se había burlado de él y ahora Stefano se estaba vengando con eso. A lo lejos oía la voz del abogado que siguió leyendo. – Este matrimonio será en aras del bienestar de la niña. Se firmará por supuesto un contrato prenupcial en el que… Mi cliente no ha aceptado nada aún - Escuchó como interrumpía Jan llegado a ese punto. Por supuesto que no. – Contestó el hombre de inmediato – Pero permítame terminar, la señora debe saber a lo que el Sr. Troyanos está dispuesto. – Es