Inicio / Romántica / Un amor para Arthur / Capítulo 2 Flechado por cupido
Capítulo 2 Flechado por cupido

Narra Arthur

Ya ha pasado 2 años desde que me enteré de la verdad sobre los Williams y de mi tío, quien siempre estuvo pendiente de mí, y cuando se presentó la oportunidad, fueron por mí y comenzaron a protegerme. En cuanto a la familia Williams, me enteré de que Roxana murió en plena boda de Katherine y Aarón, estaba a punto de cometer un error, pero la detuvieron a tiempo, sus padres fueron hallados en el cuarto de un hotel sin vida, imagino que se quitaron la vida por lo de su hija o alguien más hizo el trabajo sucio, me dejaron toda su herencia, pero a decir verdad no me interesaba, es dinero mal habido y a pesar de que formé parte de ellos con esas ideas de mafiosos, no deseo saber nada de ese asunto. Le dije a Isaac que se encargara de ese dinero, él sólo asintió sin objetar. No me importa lo que haga con eso. En cuanto a la empresa, la mudamos a la ciudad de Londres, Inglaterra, mientras más lejos de todo mi pasado, mejor. Aún recuerdo todo lo que viví antes de mudarnos.

Flashback

Narra Arthur

Después de lo que pasó con Aarón y sus hombres, yo perdí la noción del tiempo y la conciencia, cuando sentí un disparo en mi abdomen, pero cuando desperté, me encontraba conectado a unos aparatos, quise moverme, pero en eso entra un hombre poco mayor como de 65 años.

–      ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí? – fue lo primero que me vino a la mente.

–      Soy hermano de tu difunto padre. – dice y ahora que lo veo bien si tienen mucho parecido.

–      Creí que habías fallecido. – digo sorprendido.

–      No, sólo me escondí, Alonso Williams se encargó de acabar con tu padre, así se aprovecharía para casarse con tu madre, por la herencia que les había dejado él. – ahora entiendo porque Roxana es así también, es de familia.

–      Y al poco tiempo ella también falleció, y el muy desgraciado hizo que tu madre le dejara tu herencia a él. Pero el juro protegerte. – veo una furia invadir su mirada y quien no lo estaría así.

–      Maldito, ahora entiendo porque mi hermana adoptiva es así. – digo tratándome d levantar, pero siento un fuerte dolor en donde recibí el disparo. En eso entra una enfermera y me da una píldora para calmar el dolor.

–      Sólo espero que ese hombre pague lo que les hizo a tus padres. – dice y sale de la habitación.

Que yo recuerde, mis padres jamás se habían dedicado a la mafia, eran empresarios y de los más reconocidos, pero ese desgraciado lo vino a tumbar todo. Tal vez yo levante de nuevo nuestra empresa, pero antes de eso, acabar primero con los Williams, sino no valdría la pena hacerlo.

Los días pasan y comienzo a desesperarme por no poder moverme, la enfermera viene rara vez a cambiar vendajes y traerme esa típica comida de hospital, y la verdad no s si pueda aguantar de aquí a que me recupere. Vi en las noticias la escena en donde yo me encontraba hace 5 días, y pensar en que le pudo haber pasado a Katherine, estaba tan concentrado en el tiroteo que no pensé en ella, pero cuando nunca mencionaron a una mujer, supuse que ese idiota la rescato, sana y salva, por esa parte me siento aliviado. Apagué el televisor y decidí descansar un poco más.

Le propuse a mi tío de volver a levantar la empresa de mi padre, dijo que no me preocupara por ello, que él ya se había encargado de eso, y que en cuanto yo me ponga mejor y acabar con esa familia, yo tomaría cargo de los negocios, al menos Alonso hizo algo bueno, pagarme la universidad y estudiar administración de empresas, así que por ese lado no me preocupo.

Y volviendo al tema de Katherine, espero que algún día pueda perdonarme, no sé qué me pasó con ella, pero es que es realmente hermosa e inocente, fui un imbécil por retenerla por un año lejos de su familia y del hombre que ama, le deseo lo mejor a esa pequeña princesita. Lo merece.

Mi tío, se encargó de ir a buscar a los Williams, pero ya habían dejado su casa, los muy malditos se escondieron muy bien, pero tarde o temprano tendrán que salir de su escondite. Yo afortunadamente me he estado recuperando muy rápido y antes de lo esperado, y pronto retomare los negocios familiares.

Estaba pensando en enviarle mis más sinceras disculpas a Katherine, pero supongo que debe pensar que fallecí en aquel día del tiroteo, lo mejor es dejar las cosas como están y seguir adelante con mi vida. Creí que me había enamorado de ella, pero no fue más que una obsesión por su belleza, sólo quedé impresionado.

Mi tío me tiene informado de las finanzas de la empresa, lo cual agradezco mucho y por haber rescatado lo que es mi patrimonio y herencia de mi padre, todos ya habían dado por perdido el imperio que construyó para mi madre y para mí, pero Isaac Harrison, lo volvió a levantar nuevamente, también me dijo que me estaban buscando y cuando me encontraron, Alonso los amenazó con acabar con ellos, si se acercaban a mí, ya que yo era parte de su familia, y yo sería su sucesor de esos negocios turbios.

Fin del flashback.

Me encuentro sentado y bebiendo un delicioso café capuchino y un cup cake, cuando ella entra de nuevo, desde hace dos semas en estos tres años, que la vi por primera vez en este lugar, siempre vengo aquí antes de ir a trabajar, y ella apenas tiene dos semanas de venir, lo que hace que me pregunte, ¿es nueva por la zona? ¿tendrá novio o casada? Ya que siempre la veo sola. Es una mujer muy guapa y atractiva, como de 1.65 cm, delgada, de buen cuerpo, pelirroja natural, y no usa mucho maquillaje y sus ojos son azules como unos zafiros. Siempre me le quedo viendo, pero ella nunca se da cuenta de ello, toma asiento y se concentra en su teléfono, la veo que sonríe, y minutos después, entra un hombre y se acerca a ella, lo mira y se levanta para abrazarlo. – entonces si eres casada, mi hermosa pelirroja. – digo para mí mismo, pago la cuenta y salgo de ahí sin mirarla, además hoy tengo unas entrevistas para mi nueva asistente, la última renunció porque se iba a casar y estaba esperando un bebé. No debo de pensar más en aquella mujer hermosa, en mi corazón no hay amor, está podrido.

Llego a la empresa después de 10 de camino, está muy cerca de esa cafetería. Saludo al personal que se encuentra en la recepción, Claudia la recepcionista, siempre me ha dado unas miradas y una sonrisa muy coquetas, es guapa, no niego, pero después de todo lo que viví prefiero llevar ya una vida más tranquila y encontrar a una mujer de hermosos sentimientos, y nunca perderé esa esperanza, lo merezca o no.

Me encuentro en mi oficina revisando los documentos de las entrevistas anteriores, pero la verdad ninguna me ha convencido hasta ahora, la mayoría son sin mucha experiencia o me coquetean a lo descarado y la verdad no tengo ánimos para ello. Suena el teléfono de mi oficina y sé que se trata de Andrea.

–      Dime, Andrea. – digo sin ánimos

–      Señor Harrison, hay una muchacha que viene a la entrevista. – dice un poco apenada.

–      Dile que entre. – cuelgo la llamada y en eso se abre la puerta de la oficina y veo es la pelirroja de esta mañana.

–      Buenas tardes. – dice con una bella sonrisa

–      Adelante, tome asiento. – le digo todo embobado. Aun no puedo creer que ella este aquí. ¡Diablos! No puede estar aquí.

–      Gracias. – toma asiento y extiende una carpeta, la cual tomo sin dudar.

–      Su nombre es… - pregunto con curiosidad.

–      Annel Maxwell. – un hermoso nombre para una bella mujer como ella.

–      Es un placer, señorita Maxwell. – digo estrechando su mano, y se sientes suaves y delicadas, como una rosa sin ser cortada.

–      El placer es mío, sr. Harrison. – dice con una sonrisa hermosa, pero su voz es profesional.

–      Veo aquí en su hoja de vida que tiene un posgrado en administración de empresas. – digo viendo sus documentos de trabajo. Pero se ve que es muy eficiente. Será mucha tentación para mí. Tal vez un buen polvo con ella. No quiero hacerme ilusiones a cosas que sé que no pasaran.

–      Así es, sr. Harrison. – la vuelvo a mirar y sonrío.

–      Bienvenida, señorita Maxwell. – ella me mira feliz y estrecha nuevamente mi mano.

–      Muchas gracias. No se arrepentirá. – y no lo dudo.

–      La espero mañana a primera hora. – volvemos a sonreír, y ella se despide.

Realmente es hermosa, ella es perfecta para tener una relación estable, pero el problema es mi “noviazgo” con Bárbara Black. Es una mujer hermosa y exuberante, pero con ella todo es sexo y poses en las secciones de sociales en periódicos, revistas y redes sociales más concurridos del país.

Ella es modelo, pero para comerciales de perfumes, ella aspira a más, por eso estamos saliendo, para tener más oportunidades, como modelar en pasarelas más importantes del mundo o miss universo. La verdad deseo que lo logre, así le lloverá más pretendientes y al fin pueda concentrarme en una buena mujer y formar mi familia.

Hoy espero con ansias volver a ver a la señorita Maxwell, la verdad me emociona tener a una hermosa mujer como ella trabajando para mí. Llego a la oficina y ya la veo sentada en uno de los sillones que está cerca de mi oficina. Lleva puesto una blusa blanca y un saco gris, también tiene una falda de tubo que la hace ver muy atractiva, y unas zapatillas altas color negras.

–      Buenos días, señorita. Maxwell. – digo acercándome a ella.

–      Buenos días, sr. Harrison. – se levanta y me tiende su mano y la tomo en seguida.

–      Venga, le voy a mostrar su oficina, ya que será mi nueva asistente. – ella asiente y la guio, abro la puerta y ella mira con asombro.

–      Muchas gracias. – dice con su hermosa sonrisa.

–      Andrea la va a apoyar en lo que necesite. – me despido de ella y me voy a mi oficina.

Así la tendré más cerca de mí, en toda la noche no había dejado de pensar en ella, sus labios, sus hermosos ojos de zafiros, y su bella figura… ¡Dios! Creo que me estoy enamorando.

–      ¡Arthur! – entra de repente Gilbert, sacándome de mis pensamientos.

–      Gilbert. ¿Qué te trae por aquí? – digo rodando los ojos con molestia, él lo nota y comienza a reírse.

–      ¿así tratas a tu amigo? – finge estar ofendido y yo sólo bufo.

–      Ok, ok. Ya vi a tu nueva asistente y esta… uuff… - lo miro con seriedad.

–      Ella no es como tus novias o las mías, así que la respetas. – el alza las manos en señal de rendición.

–       Bien, no haré nada para conquistarla. – se acomoda más en la silla frente a mí.

–      ¿a qué viniste? – digo más tranquilo.

–      A invitarte a una fiesta esta noche. – dice con una sonrisa pícara.

–      No lo sé, hoy llega Bárbara de Italia, y debo ir por ella. – digo haciendo una mueca.

–      Mmm… pues la dejas en tu departamento y te vienes conmigo. – con ella es imposible dejarla sola para irme de fiestas.

–      Bien, hablaré con ella. – digo rendido, el festeja y se despide saliendo de la oficina.

Ella es algo posesiva, cuando está conmigo no deja que ninguna otra mujer se me acerque, a pesar de que ella si anda de coqueta con otros hombres, pero sé que lo hace para darme celos, por mi puede andar con quien quiera, no me importa.

Ya era la hora del almuerzo y no sé si mi bella asistente, la señorita Maxwell, tiene con quien ir a comer o no, pero recuerdo el día de ayer que se había visto con un hombre, en la cafetería. Salgo de mi oficina y la veo esperando el ascensor. Me acerco a ella y le hablo sin más.

–      Disculpe mi atrevimiento, pero ¿la puedo invitar a comer? – digo directamente, veo que sorprende y compone rápido su postura.

–      Muchas gracias por su invitación, pero me están esperando. – dice y disimulo mi decepción de que alguien más ya es el dueño de su corazón.

–      Yo… lo siento. Nos vemos más tarde. - Sonrió levemente y ella también me regala su hermosa sonrisa.

–      Claro que sí, sr. Harrison. Nos vemos. - Se despide y veo que camina hasta aquel hombre, se dan un corto beso en los labios y siento como mi mundo se derrumba, no debería sentirme así, apenas y la conozco, pero al verla por primera vez sentí que cupido me había flechado por primera vez, ni siquiera me había sentido así cuando había conocido a Katherine Smith. Soy un imbécil, no sé qué me está pasando con ella.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo