Arthur Harrison es un hombre con un pasado turbio y nada halagador, pues tras obsesionarse con una mujer y cometer locuras para poderla tener a su lado, casi tiene un oscuro final, que, de no ser por su tío, quien lo salvó de la muert3 y le dio una nueva oportunidad en otro país.
Ahora no sólo debe superar lo vivido, sino perdonarse y perdonar, para tener realmente un nuevo comienzo.
Narra Arthur Harrison
2 años después…
Mi tío me convenció de mudarnos a otro país, Inglaterra para ser más exacto y con eso la empresa también, ya que, para los medios y mis conocidos, yo morí y con mis sentimientos de por medio. Creí haber estado enamorado, pero sólo fue una obsesión. Isaac me recomendaba ir a terapias para sanar mi pasado, ¡claro! Uno muy podrido, por cierto. Gilbert, mi mejor y único amigo, me decía que la mejor terapia estaba en los antros, y ni como negarlo. Canadá estaba pegado a EE. UU. y lo mejor era irnos a otro continente.
Desde que vi lo enamorada que estaba Katherine de Aarón, decidí acabar con mis sentimientos de “conocer el amor” eso no fue hecho para mí. Ya teníamos apenas una semana de nuestra llegada a Londres, y ya por las noches después del trabajo, me iba a los antros, ahí se conocen a las mejores mujeres de buenos cuerpos, ellas buscan lo mismo que yo, sólo pasarla bien. Gilbert, me acompaña a estas diversiones, ¿Qué haría sin él?
— Te dije que te la pasarías bien en estos lugares. – dice gritando bebido a la música alta.
— Te doy la razón, amigo. – brindamos y bebemos nuestros tragos. Mi teléfono suena y es Isaac.
— ¡¿Qué pasó?! – digo alegremente.
— ¿Dónde demonios estás? – dice muy molesto.
— En la pura diversión. – ya me encontraba muy borracho.
— Con razón llegas mal al día siguiente al trabajo, pues si te la pasas metido todo el tiempo ahí. – que ogro.
— Ya, ya, ya. No te enojes. – digo tranquilamente.
— Te veo mañana. – cuelgo si esperar respuesta.
— Hola, guapo. – se me acerca una mujer exuberante y muy guapa.
— Hola, muñeca. – la tomo de la cintura y ella pega sus labios con los míos.
— Vamos a otra parte. – dice seductoramente.
— Me lleva en su carro, la verdad yo estoy muy indispuesto para manejar. Llegamos a un hotel, la recepcionista nos da la llave y yo le pago. No está de más ser un poco caballeroso.
Entramos a la habitación y ella hace que me recueste en la cama, mientras me quita la ropa, hace lo mismo, se acomoda arriba de mí y comienza a besarme con pasión. Hace que entre en ella y gime de placer, comienza a moverse y se siente muy satisfactorio.
A la mañana siguiente…
Me despierto por la luz del sol, veo la hora y apenas son las 7 de la mañana, seguramente mi tío esta furioso. Me levanto y veo a la mujer de anoche, recordando lo que pasamos. Me visto y me voy a mi departamento, me doy una ducha, saliendo me pongo un traje gris oscuro una camisa blanca y una corbata roja y zapatos negos. Desayuno y cuando termino, bajo al estacionamiento y entro a mi carro.
Llego a la empresa y saludo a la recepcionista quien no deja de comerme con la mirada, quería pasar una noche con ella, pero mi tío me lo prohibió. Ni hablar.
Entro a mi oficina e Isaac ya estaba ahí con cara de pocos amigos.
— ¿Te parece buena hora de llegar? – dice molesto
— Tío, tengo 30 años, y me gusta divertirme. – digo con fastidio.
— Si, pero también tienes responsabilidades aquí. Tú aceptaste hacerte cargo de la empresa de tu padre. – es verdad, hice una promesa.
— Está bien, sólo saldré los fines de semana. – digo rendido.
— Me parece bien. – se levanta de la silla y sale de la oficina.
— Me puse a trabajar, pero antes le pedí a Andrea un café y que, si ya llegó Julia, mi asistente, y ella niega, le pido que la llame.
— Sr. Harrison, Julia renunció por su embarazo. – dice y yo me molesto.
— Busca otra asistente que sea responsable. – digo y ella asiente.
— Espero algún día encontrar una buena asistente.
Ya han pasado tres meses desde que llegamos a Inglaterra, y el negocio ha prosperado muy bien, y como se lo prometí a mi tío, sólo salgo los fines de semana al antro, he estado con muchas mujeres por una noche, pero hay una que me ha llamado mucho la atención, aun no se su nombre, pero es muy hermosa. Espero verla este sábado.
— ¡Hey, hermano! – entra Gilbert a mi oficina.
— ¿Qué quieres? – digo concentrado en la computadora.
— ¿vamos a ir a lugar de siempre? – dice y lo miro
— Claro que sí, quiero verla nuevamente. – digo y él sabe a quién me refiero.
— Veo que te gustó mucho esa mujer. - Dice con una sonrisa cómplice.
— Así es, sabes que no busco una relación estable, sólo una buena amante que me llene. – digo con determinación y él asiente.
Al fin es sábado por la noche, y yo ya me encontraba en el antro de siempre. Como siempre me acompaña mi mejor amigo. Nos sentamos en la barra y no tardando, unas mujeres guapas se nos acercan a coquetearnos.
— ¿Por qué tan solitos? – dice una morena de buen cuerpo apoyando su mano en mi hombro, mientras que la güera se acerca a Gilbert.
— Acabamos de llegar, nena. – no pierde el tiempo.
— Te invito a bailar. – dice la rubia y él acepta con gusto.
— ¡Fuera de aquí, Ximena! – grita una mujer y al voltear se trata de ella, la mujer que tanto deseo. La morena se asusta y hace lo que le pide.
— Veo que vienes seguido por aquí. – dice coquetamente.
— Así es muñeca. – la agarro de la cintura acercándola a mí.
— Eres muy guapo. – dice y comienza a besarme.
— ¿Cómo te llamas? – le pregunto con curiosidad.
— Bárbara. – dice aun cerca de mis labios.
— ¿Y tú? – me mira intensamente.
— Arthur Harrison. – después de eso, fuimos a bailar un rato y me invito a su departamento donde tuvimos s***o intenso.
Ya era lunes y mi tío me obligo a ir con el loquero, perdón psicólogo, él mismo se encargó de hacerme la cita con el Dr. Drake Adams. No me quedó de otra más que asistir.
— Buenas tardes… sr. Harrison. – saluda cortésmente.
— Buenas tardes, Dr. Adams. – saludo de igual forma.
— Bien, comencemos, cuéntame que te hizo tomar terapia. – pensé que eso se vería como por la segunda sesión.
Antes que nada, mi tío, Isaac Harrison, me lo obligó desde que llegamos, pero no me siento preparado, ya que todo por lo que había pasado, fue reciente, y pues vimos el cambio de la empresa de mi difunto padre a otro país y eso me mantenía ocupado, pero ahora que tengo tiempo, lo puedo hacer.
— Muy bien. Cuéntame tu historia desde el principio hasta los hechos que te cambiaron la vida. – dice y comienza a grabar la conversación.
Cuando tenía 5 años, mi padre había fallecido, era muy pequeño para entender las causas, mi madre estaba inconsolable, pero de repente un hombre apareció en nuestras vidas y al año del fallecimiento de papá, ella se volvió a casar, nos mudamos de Los Ángeles a San Diego, ahí conocí a Roxana Williams, la hija de mi padrastro, ella más pequeña que yo y mi madre la cuido como si fuera también su hija. Con el tiempo crecimos y cuando éramos mayores de edad, comencé a sentir cosas por ella, pero sólo fue temporal… - le seguía contando hasta que llegamos al punto más importante.
— Te voy a detener por un momento, a partir de ahora me dirás que pasó para tomar terapia. – dice mientras hace unas notas en su computadora.
— Yo me dejé enredar por la familia Williams, al grado sentirme poderoso y por culpa de Roxana, me obsesioné con una bella mujer, su nombre… Katherine Smith, ella estaba enamorada de mi rival en los negocios, Aarón Moore. – seguí contando los hechos, llegando al tema de Katherine.
— Cuéntame más. – dice poniendo atención.
— Lo recuerdo como si fuera ayer… - digo preparándome para seguir hablando.
— Lo dejaremos para otra ocasión. -
— Aún hay más cosas que tratar y de que si en verdad deseo hacer una nueva vida en Londres, esto será un camino largo y no solo de mi pasado sino también de lo que me espera de ahora en adelante. No sé por qué me voy a sentir nostálgico cuando le tenga que hablar de Katherine Smith.
Mientras tanto, los fines de semana me sigo viendo con Bárbara, de hecho, nos hicimos amantes oficialmente, pero no significa que dejaré de ver a otras mujeres.
Miércoles y otra sesión con el Dr. Adams, apenas es la segunda sesión y ya no quiero seguir con esto, pero si no lo hago, Isaac se va a molestar conmigo.
— Bienvenido. – me saluda y me invita a sentar.
— Gracias. – me siento un poco nervioso.
— Cuéntame ¿Qué te hizo retener a Katherine Smith? – pregunta mientras me pone atención.
— Roxana la r***ó porque ella quería quitarla de su camino con Aarón, la llevó a una cabaña y me la presentó, al ver lo hermosa que era, no aguanté las ganas de retenerla conmigo, creí que me había enamorado, pero no fue así. Tanta fue mi obsesión con ella que ya estaba preparando mi boda, no me daba cuenta de lo mal que estaba ella, no comía, no dormía y si me llevaba la contra la castigaba. – digo con un dolor en el pecho.
— ¿Qué tipo de castigo? – pregunta con curiosidad.
— La encerraba en un sótano sin comida. Yo mismo hacía que se deprimiera. – siento correr unas lágrimas por mis mejillas y el Dr. me pasa una caja con pañuelos desechables y tomo uno.
— Cuando Aarón supo de donde la tenía y a donde la llevaría gracias a Roxana, me la llevé conmigo aun arriesgándola, donde casi pierdo la vida. – seguí contándole del tiroteo y donde fui rescatado por mi tío.
Esto de sacar lo que lleva uno dentro, es más doloroso de lo que pensé, no sé qué más pueda seguir, pero me pidió más sesiones, quiere saber si creo estar listo en un futuro de hacer bien mi vida a lado de una mujer que valga la pena y para ser honesto, no lo creo.
Narra ArthurYa ha pasado 2 años desde que me enteré de la verdad sobre los Williams y de mi tío, quien siempre estuvo pendiente de mí, y cuando se presentó la oportunidad, fueron por mí y comenzaron a protegerme. En cuanto a la familia Williams, me enteré de que Roxana murió en plena boda de Katherine y Aarón, estaba a punto de cometer un error, pero la detuvieron a tiempo, sus padres fueron hallados en el cuarto de un hotel sin vida, imagino que se quitaron la vida por lo de su hija o alguien más hizo el trabajo sucio, me dejaron toda su herencia, pero a decir verdad no me interesaba, es dinero mal habido y a pesar de que formé parte de ellos con esas ideas de mafiosos, no deseo saber nada de ese asunto. Le dije a Isaac que se encargara de ese dinero, él sólo asintió sin objetar. No me importa lo que haga con eso. En cuanto a la empresa, la mudamos a la ciudad de Londres, Inglaterra, mientras más lejos de todo mi pasado, mejor. Aún recuerdo todo lo que viví antes de mudarnos.Flashb
Narra ArthurLa hora de la comida ya había pasado, y Annel aun no llegaba, supongo que no debe de tardar, si me siento algo decepcionado de que esa hermosa mujer está casada, o sólo sea su novio, y como no lo va a ser, si es hermosa y joven, sería muy raro que no lo estuviera. Escucho abrirse la puerta de su oficina y estoy entre si la llamo o no, la verdad me pone algo nervioso, aunque si debo hacerlo después de todo, debo ver unos pendientes con ella. Así que tomo el teléfono para llamarla, pero en eso toca la puerta que divide nuestras oficinas.– Adelante. – digo y ella entra.– Disculpe señor por llegar un poco tarde. – se disculpa y yo la miro extrañado.– No se preocupe, no fue tanto. – digo y ella sonríe.– Por cierto, necesito los contratos del mes pasado con la empresa “Coleman” necesito revisar algo. – digo y ella asiente, sale de la oficina. 10 minutos después entra esta vez sin tocar, y se vuelve a disculpar.– Aquí esta lo que me pidió. – deja la
Al día siguiente…narra Annel Me levanté temprano, ya que hoy es mi primer día de trabajo, y no quiero quedar mal desde ahora. Me doy una ducha relajante, después de 15 minutos, me pongo una blusa blanca, una falda de tubo y un saco y unos tacones negros, una vez lista, voy a desayunar y Gabriel ya tenía huevos cocidos, pan tostado y jugo de naranja, le agradecí y comenzamos a desayunar.Nos despedimos en la calle y cada uno tomó su camino, tomé un taxi y después de 20 minutos, llego a la empresa, saludo a Claudia y tomo el ascensor, llego al piso donde estaré trabajando, saludo a Andrea, tomo asiento en uno de los sillones en lo que el sr. Harrison llega, mientras me pongo a revisar mi teléfono, se escuchan las puertas del ascensor abrirse y lo veo salir, ¡Oh por Dios! Esta guapísimo, lleva puesto un traje de color azul marino, una camisa blanca, zapatos negros y su cabello esta ligeramente alborotado. Me saluda estrechando mi mano, me lleva a la será mi nueva oficina, al abrir la p
Narra Arthur.Llegamos a un restaurante de lujo, mis clientes, los Ferrara, padre e hijo, este último es un prepotente, pero tengo que aguantarlo, su padre, el sr. Francisco es más centrado y profesional, es por eso, que los negocios los hago con él, pero como pronto se va a retirar, dejará todo a su hijo. Entramos y le dije a la recepcionista que los Ferrara nos esperan, ella sonríe y nos guía hasta la mesa. Y ahí estaban, pero Juan Carlos estaba acompañado por una rubia muy exuberante, exagerada para mi gusto. Nos miran y se queda embobado al ver a Annel, no puedo evitar que la mire con morbosidad.Buenas noches, señores. – saludo cordialmente a Francisco, toma mi mano y sonríe.—¿Quién es esta bella mujer? – el idiota ignora mi saludo pasa seguir babeando por mi asistente, la cual esta algo incomoda con su mirada.—Ella es mi asistente, la señorita Annel Maxwell. – digo y el idiota se levanta de su lugar para acercarse a ella y tomar su mano depositando un beso en ella, pero quita
Narra ArthurDespués del desayuno con mi asistente, nos fuimos a recorrer parte de la cuidad ya ella no conoce. La miro y esta maravillada por el lugar, realmente es hermosa, como la deseo. Pero no, ella no es para mí, ni yo soy para ella. Es inteligente, bella y eficiente en el trabajo, y merece que alguien la ame, yo no puedo hacerlo, yo no creo en el amor, por más que tenga mucha tentación de querer hacerla mía, no deseo que saliera lastimada en algo que no puedo ofrecer, además de que ella ya tiene a alguien más en su vida, pero puedo sentir una fuerte atracción hacia ella, debo hacerme a la idea que ella nunca será para mí.Por la tarde teníamos otro compromiso con los Villanueva, otros de los clientes de la empresa. Son un matrimonio agradable y tienen una hermosa hija, Paola, rubia, ojos verdes, alta y un cuerpo ardiente. Salimos una vez cuando concreté negocios con sus padres, nunca más volví a saber de ella. Me doy otra ducha refrescante, pensando en Annel, imaginándome su he
Narra Annel.Al fin en casa, el viaje de regreso fue más tranquilo, el sr. Harrison estaba de mejor humor, que se ofreció a traerme a casa, nos despedimos. Entro al departamento, llamo a Gabo, no responde, debió salir. Le dije que llegaría hoy. En eso escucho la puerta abrirse y es él.—¿Dónde estabas? – pegunto con curiosidad.—Te traje un regalo. – me da una bolsa de papel, la abro y es un vestido, n***o con estampados de rosas azules.—¡Es hermoso! – digo y lo abrazo.—Sabía que te gustaría. – me da un beso en la mejilla.—Muchas gracias, en verdad. – lo vuelvo a abrazar.—¿Ya comiste? - pregunta mientras se dirige a la cocina.—No– me siento y él me sirve pasta con champiñones y una copa de vino. También se sirve comida y se sienta frente a mí.—¿Cómo te fue en el viaje con tu jefe? – dice con una sonrisa pícara.—Ya te dije, sólo fue trabajo. Además, tiene o tenía una amante allá. – tan sólo de recordarlo, me hace pasar corajes, aunque no debería.—No puedo creer que te resistas
Narra Arthur.Hoy en la junta vi un poco nerviosa a mi asistente por la manera en que la vio el sr. Taylor, él decía no conocerla, pero después de la junta vi que la estaba molestando, me acerqué a ellos y él dijo que la quería conocer, algo que no me dio buena espina, ella y yo hablamos, y me dijo que fue su novio, quise indagar más, Annel no quiso decir más, y la respeto. Ya era la hora de la comida, salgo a descansar un momento, pero en eso veo a Gilbert entrar a su oficina. - ¿Qué hará ahí? - entro y le hago esa pregunta, pero está decepcionado de que la señorita Maxwell lo rechazó al decir que tenía su cita con su novio, también sentí un poco de decepción. No debería ponerme así. Los dos salimos de su oficina y lo regaño.—Te dije claramente que no la buscaras. No es de esas mujeres que acostumbramos. – digo y me mira un poco molesto.—Ya sé, ya sé. Pero es hermosa y no tenía nada de malo invitarla. – ¿quiere j*****e?—Si lo tiene y mucho. – ahora soy yo el molesto.—Te gusta ¿
Narra ArthurHan pasado dos semanas desde que Bárbara se la pasa más en mi departamento, no sé si sea bueno o no, pero al menos me hará olvidarme de mi bella asistente, también ha venido a verme a la oficina y seguimos con nuestros encuentros s*****s, puedo imaginar que la señorita Maxwell debe estar incomoda por eso, no deseo sentir nada por ella, sólo tratarla en lo laboral. No tenía mucho que trabajar, a decir verdad, estoy aburrido y Bárbara está de viaje, llega hasta pasado mañana. No soporto las ganas de ver a Annel, así que me levanto y salgo de la oficina, veo que la puerta está entre cerrada me acerco para tocar, pero me detengo en cuanto escucho su hermosa voz.—¡¿En verdad?! – dice sorprendida.—¿Para cuándo es la boda? - ¿Boda? ¿Quién se casará? ¿ella? No creo.—Entonces estaré ahí con Gabriel. - ¿y ese quién es? Cuelga y es cuando me decido a tocar y escucho un adelante.—Buenas tardes. – saludo amablemente.—Buenas tardes, sr. Harrison. – dice con su bella sonrisa.—¿Qué