Al día siguiente…
narra Annel
Me levanté temprano, ya que hoy es mi primer día de trabajo, y no quiero quedar mal desde ahora. Me doy una ducha relajante, después de 15 minutos, me pongo una blusa blanca, una falda de tubo y un saco y unos tacones negros, una vez lista, voy a desayunar y Gabriel ya tenía huevos cocidos, pan tostado y jugo de naranja, le agradecí y comenzamos a desayunar.
Nos despedimos en la calle y cada uno tomó su camino, tomé un taxi y después de 20 minutos, llego a la empresa, saludo a Claudia y tomo el ascensor, llego al piso donde estaré trabajando, saludo a Andrea, tomo asiento en uno de los sillones en lo que el sr. Harrison llega, mientras me pongo a revisar mi teléfono, se escuchan las puertas del ascensor abrirse y lo veo salir, ¡Oh por Dios! Esta guapísimo, lleva puesto un traje de color azul marino, una camisa blanca, zapatos negros y su cabello esta ligeramente alborotado. Me saluda estrechando mi mano, me lleva a la será mi nueva oficina, al abrir la puerta, quedé impresionada, era de buen tamaño y los tonos grises y blancos la contrastaban a la perfección, y tiene una ventana de buen tamaño que tiene vista a una parte de la ciudad. Le agradecí y se despidió.
Estaba poniéndome al corriente de todos los pendientes, que ni me di cuenta de la hora, ya tenía que salir a comer, le envío un mensaje para ir a comer, él acepta y que me veía afuera del edificio.
Minutos después ya estaba esperando por la llegada del ascensor, cuando escucho la voz del sr. Harrison, me pregunta que, si podía invitarme a comer, la verdad no me lo esperaba, pero ya tenía un compromiso, le dije que me estaban esperando y pude ver algo de decepción en su mirada, no dijo más y bajamos juntos por la caja metálica, fue un silencio algo incomodo, cuando salimos de ahí, nos despedimos y ya estaba mi amigo esperándome, me abraza y da un corto beso en los labios. Subimos a un taxi y Gabriel le indica la dirección del restaurante al que iremos.
Una vez que llegamos, buscamos una mesa y una muchacha poco amable, nos atiende, pero sin dejar de mirar a mi amigo. Carraspeo y veo que se molesta, se va y mi amigo comienza a reír.
—Déjate de celos, que no te quedan. - ¿está loco?
—¿Disculpa? – me hago la desentendida.
—No te hagas, sé que soy muy guapo, pero estoy soltero. – dice entre risas
—No seas idiota, sólo eres mi amigo, lo que me molestó es que la tarda esa me ignorara. – digo indignada.
—Haré como que te creo. – me giña un ojo y yo ruedo los ojos.
—¿Cómo cas en tu primer día? – pregunta con curiosidad.
—Muy cansado, pero bien. Había muchos pendientes. – digo bufando.
—Todo con calma, bella Annel. – dice con una hermosa sonrisa.
Mientras comíamos, él también me contaba de que estaba yendo muy bien en su trabajo, y que ya tiene pretendientas, yo sólo movía la cabeza negativamente, pero sonriendo. Nos despedimos y tomé un taxi para llegar a la empresa, ya se me había hecho un poco tarde. Al llegar, fui directamente a mi oficina, dejé mi bolso y toqué la puerta que divide su oficina de la mía, dijo adelante y así lo hice, me disculpé por la hora de llegada y me dijo que no había problema, pero me pidió unos contratos con la empresa “Coleman” asentí y después de unos minutos le llevé la carpeta y me agradeció, pregunté si necesitaba algo más y él negó.
Me fui a mi oficina a seguir con los pendientes, estaba tan concentrada, cuando escucho ruidos estruendosos viniendo de la oficina de mi jefe, y son los gritos de una mujer en medio de un acto sexual salvaje. ¡Dios! ¿en qué me metí? ¿va a ser así todos los días? Como si no pudieran ir a un hotel o a la casa de alguno de ellos. Ya quería irme para no escuchar su escándalo, cuando me decido, tomo mis cosas y salgo de la oficina, me despido de Andrea quien tenía puesto unos audífonos, ¿y quien no lo haría? En eso salen de la oficina y puedo ver que se trata de su novia, la reconocí por las fotos, nos saludamos, pero la mujer me ignora poniendo mala cara. Al salir del ascensor salí casi corriendo y ya me estaba esperando mi amigo, tomamos un taxi para ir a casa. Creo que tendremos que hablar para comprar un carro para mayor comodidad y no estar pagando transporte público.
Que decepción que mi jefe este con alguien como ella, una mujer muy guapa, pero muy superficial, si yo estuviera con él sería por amor.
Narra Arthur
Han pasado dos semanas desde que Annel trabaja para mí, creí que era una mujer soltera, pero no es así, tiene novio y con justa razón, es guapísima y con una mirada hechizante, sus hermosos ojos azules como el cielo. Yo siempre he deseado una mujer como ella, pero no llegaba y me di la oportunidad con Bárbara, aunque no como lo esperaba, entre nosotros sólo existe el s**o y quiere ser más famosa a nivel mundial, por eso se cuelga de mí, de hecho, muchas mujeres lo han intentado hacer, sólo buscan dinero y fama, ya que soy un hombre muy exitoso y muy reconocido, pero al parecer la única mujer que no se le ve interés por mi dinero es la señorita Maxwell, ella es diferente, por lo que me he dado cuenta en este poco tiempo, se ha desempeñado muy bien en su trabajo y además que es muy reservada, y eso la hace misteriosa para mí, deseo conocerla.
—Buenos días, sr. Harrison. – entra mi bella asistente con una sonrisa que enamora.
—Buenos días, señorita Maxwell. – saludo amablemente.
—Estaba revisando su agenda y pasado mañana tiene que viajar a España para cerrar unos negocios con los Ferrara. – dice y la verdad es que no lo recordaba.
—Muchas gracias por recordármelo. – digo y ella asiente.
—Así que vaya preparando maletas y sus documentos para viajar. – digo y ella me mira sorprendida.
—¿Dis… disculpe? – dice tartamudeando.
—Usted es mi asistente y tiene que acompañarme.
—Pero… - la interrumpo.
Nada de peros señorita, si tenía planes con su novio, le recomiendo que los posponga para otro día. – digo y ya no dice nada. Asiente y sale de la oficina.
Sé que es mucha tentación de tenerla cerca y no poder besarla, ella es una mujer inalcanzable. Ella lo tiene todo, belleza, simpatía, amabilidad, entre otras más virtudes, el único defecto que tiene es, su novio.
Estaba concentrado en unos correos electrónicos de algunos de nuestros clientes, cuando se escucha la puerta abrirse, miro y es Bárbara, quien lleva un vestido rojo pegado al cuerpo. Me mira con una sonrisa seductora, y sé lo que significa, pero me prometí no tener s**o en la oficina, no quiero incomodar a Annel.
—¿Qué haces aquí? – me hago el sorprendido.
—Vine a invitarte a comer. – querrá decir a que yo la invite.
—Vamos. – apago el monitor y tomo mi saco. Ella se cuelga de mi brazo y salimos de la oficina, veo a Annel saliendo de la suya, me mira y agacha la cabeza esperando a que nosotros entremos primero al ascensor, imagino que se sintió incomoda la otra vez por las demostraciones cariñosas de Bárbara.
Subimos al auto y la llevé a uno de sus restaurantes favoritos, donde siempre le gusta comer un poco de pasta o sus ensaladas. Si que se mata de hambre para tener una figura espectacular, pero ya la tiene. En fin, la vanidad. Estábamos comiendo tranquilamente, cuando se aparece mi rival, John Richardson, un egocentrista de primera y peor de mujeriego que yo, que se cree el más poderoso de las industrias.
—¡Harrison! – dice con hipocresía.
—¿Qué quieres, Richardson? – digo de mal humor.
—Saludar, hombre. – me ignora y posa su mirada den mi acompañante.
—Hola, bella mujer. – dice sonriéndole a Bárbara y ella le regresa la sonrisa coqueta. Son tal para cual.
—Hola, soy Bárbara, la novia de Arthur. – no dejan de mirarse. Por mí que se vayan lejos y no regresen más.
—Es un placer, hermosa mujer. Toma su mano y le da un beso en ella. Yo estuve a punto de reírme.
—¿nos acompañas? - ¿lo dice en serio? Ella sabe muy bien que no lo soporto, si tantas ganas tienen de estar juntos que se vayan a otra parte. El idiota me mira y se pone serio, la vuelve a mirar y sonríe.
—Me encantaría, pero tengo una comida con algunos socios. – se despiden y a mí me ignora, para lo que me importa. Pero antes de irse intercambian números telefónicos.
—¿Es en serio? – la miro con el ceño fruncido.
—¿De qué hablas? ¡Ah! ¡claro! No te pongas celoso mi amor, yo soy sólo tuya. – tiene que ser una m*****a broma.
—Sabes muy bien que ese imbécil es mi enemigo. – digo en un tono molesto, pero parece no importarle.
—No entiendo por qué, se ve que es muy agradable. – esta mujer es más descarada y ya me tiene harto.
—Además, pienso pasar estos días contigo. – recordé mi viaje con Annel.
—No voy a estar. – digo sin mirarla.
—¿A qué te refieres? – dice molesta y la miro.
—Pasado mañana salgo de viaje de negocios. – digo y ella sonríe.
—No hay problema, voy contigo. - ¡pero por supuesto que no lo hará!
—¿si sabes que son negocios y no de placer? – digo y me mira irritada.
—Eres un imbécil. - ¡Dios!
—Entiéndeme, quieres. – digo cansado.
—Haz lo que quieras. Pero una cosa si te advierto, si me entero de que estas con otra. Esto se terminó. – como si me importara. Para mi mejor.
—Son negocios. ¿Ok? – digo y me mira sin creerme. Lo que menos quiero son problemas con esta mujer.
—Estas advertido. – después de sus amenazas, terminamos de comer, se despide descaradamente de Richardson y nos vamos. Le pido un taxi y se va a casa de una de sus amigas y yo a la oficina, deseo ver a mi bruja de ojos hechizantes. Como deseo tenerla en mis brazos, pero es una mujer inalcanzable.
****
Ya era el día de viajar y ya estábamos en el aeropuerto, y la miro y se ve un poco nerviosa, al parecer es la primera vez que viajará en avión. Pongo mi mano sobre su hombro para tranquilizarla.
—Todo va a estar bien. – digo y ella sonríe nerviosamente.
—Es… es la primera vez en avión. – y fue lo que me había imaginado.
—Se le nota. – digo sonriéndole.
—Usted tranquila, que voy a cuidar de usted. – me mira y sonríe un poco más relajada. Se escucha el timbre de un mensaje en su teléfono y lo revisa, miro de reojo y creo que es su novio. Ella responde y se ve muy feliz.
—Abordamos el avión y buscamos nuestros lugares en primera clase, ella se ve muy asombrada.
—¿primera clase? – dice sin poder creerlo.
—Así es, así viajaremos más cómodos. – le guiño un ojo y veo que se pone tímida. Se ve linda así.
Llegamos a Madrid, España, ella estaba maravillada con lo que veía. Un auto ya nos estaba esperando para llevarnos al hotel, Annel no dejaba de mirar por la ventana del carro, es tan hermosa en toda la extensión de la palabra. Llegamos al hotel, dio mi nombre y nos entregan nuestras llaves. Un botones nos ayuda con nuestro equipaje por el ascensor, llegamos a nuestro piso, las habitaciones están juntas para cualquier cosa que se necesite. El muchacho deja primero el equipaje de ella y después en la mía. Le doy las gracias y su propina. Se despide y se va.
—Descanse señorita Maxwell, a las 7 pm. tenemos la reunión con los clientes. Póngase guapa. – le vuelvo a guiñar un ojo y ella asiente con timidez.
—Nos vemos más tarde. – se despide y cierra la puerta, me voy a la mía y me recuesto en la cama. Cierro mis ojos y me quedo dormido
Suena la alarma marcando las cinco de la tarde, me levanto y me voy a dar una ducha, cierro los ojos mientras disfruto del baño y la veo a ella, desnuda, parada frente a mí con una mirada llena de deseo. Termino de todo y me pongo un traje gris oscuro, una camisa blanca y unos zapatos n****s y mi corbata roja. Salgo de la habitación y Annel ya me estaba esperando, me dejó con la boca abierta, llevaba puesto un vestido casi a los tobillos de color azul metálico brillante, zapatillas del mismo color, su cabello esta ligeramente suelto, y su maquillaje es ligero, es perfecta. Pero no hay amor en mí, y no quiero tenerla para una noche, ella merece más que un corazón podrido.
—¿Nos vamos? – le ofrezco mi brazo, ella no duda y lo toma. Ambos sonreímos.
Voy a ser la envidia de todos.
Narra Arthur.Llegamos a un restaurante de lujo, mis clientes, los Ferrara, padre e hijo, este último es un prepotente, pero tengo que aguantarlo, su padre, el sr. Francisco es más centrado y profesional, es por eso, que los negocios los hago con él, pero como pronto se va a retirar, dejará todo a su hijo. Entramos y le dije a la recepcionista que los Ferrara nos esperan, ella sonríe y nos guía hasta la mesa. Y ahí estaban, pero Juan Carlos estaba acompañado por una rubia muy exuberante, exagerada para mi gusto. Nos miran y se queda embobado al ver a Annel, no puedo evitar que la mire con morbosidad.Buenas noches, señores. – saludo cordialmente a Francisco, toma mi mano y sonríe.—¿Quién es esta bella mujer? – el idiota ignora mi saludo pasa seguir babeando por mi asistente, la cual esta algo incomoda con su mirada.—Ella es mi asistente, la señorita Annel Maxwell. – digo y el idiota se levanta de su lugar para acercarse a ella y tomar su mano depositando un beso en ella, pero quita
Narra ArthurDespués del desayuno con mi asistente, nos fuimos a recorrer parte de la cuidad ya ella no conoce. La miro y esta maravillada por el lugar, realmente es hermosa, como la deseo. Pero no, ella no es para mí, ni yo soy para ella. Es inteligente, bella y eficiente en el trabajo, y merece que alguien la ame, yo no puedo hacerlo, yo no creo en el amor, por más que tenga mucha tentación de querer hacerla mía, no deseo que saliera lastimada en algo que no puedo ofrecer, además de que ella ya tiene a alguien más en su vida, pero puedo sentir una fuerte atracción hacia ella, debo hacerme a la idea que ella nunca será para mí.Por la tarde teníamos otro compromiso con los Villanueva, otros de los clientes de la empresa. Son un matrimonio agradable y tienen una hermosa hija, Paola, rubia, ojos verdes, alta y un cuerpo ardiente. Salimos una vez cuando concreté negocios con sus padres, nunca más volví a saber de ella. Me doy otra ducha refrescante, pensando en Annel, imaginándome su he
Narra Annel.Al fin en casa, el viaje de regreso fue más tranquilo, el sr. Harrison estaba de mejor humor, que se ofreció a traerme a casa, nos despedimos. Entro al departamento, llamo a Gabo, no responde, debió salir. Le dije que llegaría hoy. En eso escucho la puerta abrirse y es él.—¿Dónde estabas? – pegunto con curiosidad.—Te traje un regalo. – me da una bolsa de papel, la abro y es un vestido, n***o con estampados de rosas azules.—¡Es hermoso! – digo y lo abrazo.—Sabía que te gustaría. – me da un beso en la mejilla.—Muchas gracias, en verdad. – lo vuelvo a abrazar.—¿Ya comiste? - pregunta mientras se dirige a la cocina.—No– me siento y él me sirve pasta con champiñones y una copa de vino. También se sirve comida y se sienta frente a mí.—¿Cómo te fue en el viaje con tu jefe? – dice con una sonrisa pícara.—Ya te dije, sólo fue trabajo. Además, tiene o tenía una amante allá. – tan sólo de recordarlo, me hace pasar corajes, aunque no debería.—No puedo creer que te resistas
Narra Arthur.Hoy en la junta vi un poco nerviosa a mi asistente por la manera en que la vio el sr. Taylor, él decía no conocerla, pero después de la junta vi que la estaba molestando, me acerqué a ellos y él dijo que la quería conocer, algo que no me dio buena espina, ella y yo hablamos, y me dijo que fue su novio, quise indagar más, Annel no quiso decir más, y la respeto. Ya era la hora de la comida, salgo a descansar un momento, pero en eso veo a Gilbert entrar a su oficina. - ¿Qué hará ahí? - entro y le hago esa pregunta, pero está decepcionado de que la señorita Maxwell lo rechazó al decir que tenía su cita con su novio, también sentí un poco de decepción. No debería ponerme así. Los dos salimos de su oficina y lo regaño.—Te dije claramente que no la buscaras. No es de esas mujeres que acostumbramos. – digo y me mira un poco molesto.—Ya sé, ya sé. Pero es hermosa y no tenía nada de malo invitarla. – ¿quiere j*****e?—Si lo tiene y mucho. – ahora soy yo el molesto.—Te gusta ¿
Narra ArthurHan pasado dos semanas desde que Bárbara se la pasa más en mi departamento, no sé si sea bueno o no, pero al menos me hará olvidarme de mi bella asistente, también ha venido a verme a la oficina y seguimos con nuestros encuentros s*****s, puedo imaginar que la señorita Maxwell debe estar incomoda por eso, no deseo sentir nada por ella, sólo tratarla en lo laboral. No tenía mucho que trabajar, a decir verdad, estoy aburrido y Bárbara está de viaje, llega hasta pasado mañana. No soporto las ganas de ver a Annel, así que me levanto y salgo de la oficina, veo que la puerta está entre cerrada me acerco para tocar, pero me detengo en cuanto escucho su hermosa voz.—¡¿En verdad?! – dice sorprendida.—¿Para cuándo es la boda? - ¿Boda? ¿Quién se casará? ¿ella? No creo.—Entonces estaré ahí con Gabriel. - ¿y ese quién es? Cuelga y es cuando me decido a tocar y escucho un adelante.—Buenas tardes. – saludo amablemente.—Buenas tardes, sr. Harrison. – dice con su bella sonrisa.—¿Qué
Narra Annel.Ya era sábado, aún era temprano, y hoy es noche de antro y diversión, Gabo no estaba muy convencido de ir, pero al final lo aceptó, y de Andy ni lo pensó dos veces y más cuando le dije que iría un amigo muy guapo con nosotras.Me levanto de la cama y me dirijo a la ducha, termino de ducharme y me pongo un short y una playera de tirantes. Salgo a desayunar, donde mi amigo me espera con el desayuno.—Huele muy rico. – digo sentándome en uno de los bancos junto a la barra.—Buenos días, muñeca. – me saluda con una sonrisa.—Buenos días, bombón. – lo saludo también y pone un plato de panqueques y un tazón con fruta picada y un vaso con jugo de naranja.—Así que… invitaste a tu amiga hoy. – su comentario me sorprende.—Si, en verdad deseo que la conozcas. – pongo una carita de cachorro tierno.—Pero no esperes mucho. – dice soltando un suspiro y yo celebro.****Ya me estaba arreglando para la noche, le envié un mensaje a Andy para verla en el antro, me llegó su mensaje de con
Narra Arthur. Nos encontrábamos en el antro, la verdad no me la estaba pasando bien, a pesar de tener muy buena compañía, ya ni siquiera me siento así con Bárbara, digo con el sexo no me quejo, pero se está haciendo muy monótono. Estaba tomando un trago mientras que la morena hablaba de no sé qué cosas, la verdad no le estaba poniendo atención a lo que decía, cuando veo a Andrea bailando con el que se supone es el novio de Annel, - desgraciado, ¿Cómo se atreve a engañarla así? Veo a todos lados cuando la veo ahí sola, pero no parece molesta. ¿Qué ocurre aquí? De repente veo que un tipo se le acerca, así que me levanto de mi lugar sin decir nada y camino hasta donde esta ella, diciendo que estamos juntos, el tipo estaba apenado y se va, así que comenzamos a platicar del por qué su novio está bailando con Andrea, Annel me confiesa que no es su novio, lo cual, y no sé por qué, sentí un alivio. Sin más la invito a bailar, ella acepta sin pensarlo dos veces. Pongo una de mis manos en su ci
Narra ArthurPasado mañana es la boda del padre de Annel, y me sigo sintiendo nervioso, no quiero volver a cometer ese pequeño error de besarla nuevamente, aunque muera por hacerlo., toda la semana he tratado de evitarla, sólo nos vemos cosas del trabajo y me pasó la dirección de donde se celebrará la ceremonia. No quiero tener más tentación de sus labios, tengo miedo de perder el control y cometer una locura más grande como hacerla mía este lugar, es por eso por lo que trato de no estar tan cerca de ella. Lo mejor sería hablarlo con Drake.***—¿A que le tienes miedo? – dice mi terapeuta mirándome fijamente.—A mis sentimientos. – digo sin pensarlo mucho, porque es la verdad.—¿a qué exactamente? – siento que fue buena idea venir o al menos eso pienso.—A enamorarme y volver hacer daño. – esto me tiene frustrado.—¿conociste a alguien más? – él sabe de Bárbara y lo que es ella en mi vida.—Si, ella es… Annel Maxwell, mi asistente. – no parece sorprendido.—¿Qué sientes por ella? -