Nada es lo que pareceEl juez miró al acusado con ojos encendidos en cólera, una cólera que hubo de contener. Sabía que merecía un par de años de cárcel y que el delito cometido así lo exigía, de lo contrario cualquier persona podría poner una bomba en su vecindario cuando se enfadase hasta por la más mínima y salir indemne. Pero los abogados habían dado la vuelta a los argumentos hábilmente y el poder de los Greene tenía una sombra muy larga. Necesitó unos segundos antes de someterse a las diatribas de los costosos abogados y sus trucos de salón. No podía emitir una sentencia sin el beneplácito del jurado.-Señores del jurado, ¿Cómo declaran al acusado?-se dirigió a ellos a sabiendas de cual iba a ser su veredicto.-Señoría, declaramos al acusado inocente de los cargos.“Inocente de los cargos tras poner un explosivo que causó daños materiales y personales…¡que locura”, -pensó el juez.-Declaro al acusado inocente y se le pondrá en libertad de inmediato.Benjamín y Bets
Capítulo XXII Pensamientos oscurosBenjamín Greene tenía una confusión terrible en su cerebro, por una parte, su orgullo malherido le exigía, que no le pedía, una venganza cruel y a la altura y otra parte de sí mismo le decía que quizás fuera el momento de hacer tabla rasa y darle otra oportunidad a su matrimonio y tratar de ser feliz. ¡Ufff! nada parecía satisfacerle en aquellos instantes. Sus abogados, frente a él le aseguraban que podían dejarle sin nada a Betsy pues había pruebas más que evidentes de su infidelidad y Frank era la más importante.-No sé s quiero hacer eso, ella ha estado a mi lado para bien o para mal muchos años y tenemos una hija, ¿qué pensará ella si hago eso a su madre?-De ser así, podrían os ver qué dejarle para que ella viva acorde a su nivel social, unas acciones y una casa en la que vivir…-Parece lo justo…-Benjamín no acababa de verlo.-Prepararemos tres posibilidades y usted verá cual le apetece más, cualquiera de ella sería sencillo
CAPÍTULO XXIII Un nuevo negocio-Yo tenía una empresa de juguetes con mi esposa como socia, nos habían regalado como presente de boda una buena cantidad de dinero para inyectarle y estábamos muy contentos, tenía dos niñas preciosas-se le empañaron los ojos-pero un día, un nefasto día, mi esposa Mery salió para llevarlas al colegio y…ya nunca volvieron. Había helado y el coche resbaló y fue derecho a un terraplén donde las tres…-lloró sin poderse contener.-Por favor déjelo si le trae recuerdos dolorosos no es necesario que ¡sufra inútilmente. -le comprendió muy bien Betsy.-No…es necesario tengo que hablarlo con alguien o me pudriré por dentro…yo…yo me abandoné dejé de preocuparme por el negocio y mis suegros me culparon a mí, me quitaron todo y me dejaron en la calle el resto ya lo sabe…Nada valía ya la pena lo había perdido todo. Pero cuando usted me invitó a tomar ese café…pensé que aún había gente buena en el mundo que quizás hasta pudiese darme a mí mismo u
CAPÍTULO XXIV La reunión familiarLa mansión Greene, era el lugar de reunión de toda la familia y de algunos grandes inversores que dependían completamente de los Greene. Betsy Greene, con su nuevo secretario James Ligtherin, Margot y Harold, Frank y Natalia, y Nelson el inefable Nelson, siempre presente en las vidas de todos ellos. Benjamín acudía acompañado de su flamante jefe de seguridad un enorme varón de raza negra que atendía al nombre de Orlo Mengoys. Afuera en los jardines esperaban dos de los más importantes inversores representantes de los Morgan y los Roschield. Habían sido convocados a la comida de trabajo de Benjamín Greene por ´El mismo, esta vez ni tan siquiera utilizó a su secretaria para hacerlo, lo había hecho en persona. Quería dar inicio a una nueva era que comenzaría en aquella casa, sería el punto cero. El temor atenazaba las mentes y los corazones de los asistentes, todos eran conocedores del carácter vengativo y cruel
CAPÍTULO XXVI Una pastelería en Londres Harold nunca hubiese supuesto que tendría una pastelería que atender, pero empezaba a gustarle aquel cambio, seguía con su negocio en su oficina, y de él se encargaba Delan. Él lo hacía de los de Benjamín y ayudaba a Margot en sus quehaceres, no le quedaba tiempo no para respirar.-Esto de hacer tartas y pasteles es más complicado de lo que parece desde afuera ufff, -se lamentó mientras sacaba un bizcocho del horno Harold.-Ya ves, y casi nadie lo aprecia, por cierto ¿sabes que nos ha llegado un pedido un tanto especial?, se trata de una tarta de una escultura de la diosa victoria que hay en el Louvre. Tiene que ser a tamaño natural ¡uuuuuhhh!, exclamó Margot.Los ojos de Harold agrandaron como platos y se quedó visualizando aquella tarta gigante, supuso que no se podría hacer claro...-Pero les habrás dicho que no, claro, eso no es posible se derrumbaría por el peso…-Cariño sii rechazase encargos de Cuarenta mil euros como es est
Capítulo I Un mensaje del pasadoMargot era una joven independiente, que miraba al futuro con el deseo de absorberlo todo para sí. Era camarera en una cafetería de moda en el centro de Londres. Había llegado de Francia dos meses atrás y vivía en una buhardilla alquilada en la que apenas cabían ella y sus trastos. Pero su alegría y su optimismo no habían mermado ni tan solo un ápice. Acababa de entrar por la puerta el cliente más extraño que tenían, un hombre entrado en años, de cabellos blancos y ojos azules y penetrantes. Se apoyaba en un bastón con cabeza de carnero, de oro puro. Se sentó en su mesa de siempre, y esperó a que llegase Margot, que era la única que le gustaba de entre todas aquellas camareras agrias que le despreciaban.-Buenos días señor Essenor, ¿tomará lo mismo de siempre?, ¿un café muy cargado, zumo de naranja y tarta de cerezas?Preguntaba siempre por respeto, y por si algún día se le ocurría pedir algo distinto, y lo hacía con una sonrisa bien en
Capítulo IIMargot leyó la nota y se quedó perpleja, aquello no era posible…-“Cuando leas esto seguramente estaré muerto, pero quiero que sepas que siempre fuiste mi único amor, y que me voy con un solo pensamiento, que llena mi corazón, mi amor por ti”.-“Será un loco o un acosador…-pensó sin saber qué decir”.-Señor Essenor se ha equivocado de papel, esto no es popara mí, -le dijo intentando devolverle el sobre con la nota.-Sí, hija es para ti, me lo dio para entregártelo un joven muy agradable justo cuando estaba a punto de salir de casa. Pensé que sería amigo tuyo, desde luego no lo he leído.-Pues mire…léalo usted mismo es una locura ni siquiera he tenido novio nunca, y menos uno que fuera a morirse, ¡qué triste!Essenor leyó la nota no sin cierta vergüenza por ser la correspondencia de una mujer-y agrandó los ojos, comprendiendo la extrañeza de su camarera favorita.-Ahora la comprendo Margot, -le llamó por su nombre- debe ser un error, y mire al dorso hay unas cifras escritas
Capítulo III El misterioso escritorEl periódico anunciaba en sus páginas interiores la defunción de un afamado escritor ya entrado en la vejez, que dejaba su herencia a alguien desconocido. Todos los medios de comunicación se hacían eco de la noticia, Margot lo leyó pensando sino sería el autor. Una de sus últimas novelas se titulaba” El sobre vacío”. Se decidió a visitar una librería y ver si encajaba con su estilo aquella nota. Una pena no poder agradecerle, de ser él aquel error, pues le había permitido conocer a un hombre que la gustaba pero que mucho.Había una librería bajo su casa y al volver del trabajo se acercó y entró justo antes de que cerrase su dueño.-Perdone, necesito ver una cosita no tardaré es que tenemos el mismo horario y sino no podré hacerlo señor Harrison.-Pase señorita Margot cuando termine avíseme.Se introdujo entre las estanterías, y buscó hasta encontrar el libro en cuestión. Leyó algunos párrafos y comprendió lo