Capítulo XVII Preparativos de boda Las horas y los días se sucedieron y Natalia decidió que era hora de que los Greene conociesen a su hijo. Se fue con Frank a la mansión Greene. -Frank, tenemos que resolver esto de la mejor manera, primero han de conocerte bien y luego se lo contaremos.-Confío plenamente en ti Nat, haremos lo que tu digas.Natalia y Frank, vestidos impecablemente entraron en la finca Greene y no fueron molestados por ningún miembro de seguridad. Eran elegantes, distinguidos y reían displicentemente, no podían ser una amenaza. Entraron subiendo por la gran escalinata haciéndose bromas tontas y fingiendo como para ganarse un oscar. Una mujer elegante que le recordó las institutrices de otras épocas se dirigió a ellos y les interrogó.-¿Pueden decirme quienes son y qué hacen aquí?-Verá soy Natalia y él es Frank, venimos a ver a los Greene es de suma importancia para ellos conocer cierta información.-Verán Natalia y Frank-dijo con ev
Capítulo XVIII Natalia y Frank Soy Natalia y sí, soy su novia, es un chico estupendo por favor compréndale.En ese instante no supo qué quería decirle Natalia le parecieron palabras incongruentes, pero estaba tan contenta por tener en sus brazos a su hijo que se olvidó de todo los demás. Nelson llegó con el champán y brindaron por el amor de una madre que recuperaba a su hijo y por el amor de un hijo que encuentra a su madre. La alegría reinó donde poco antes la tristeza de un duro adiós tuviera lugar. Nelson se alegró, su señora no tenía muchas ocasiones para brindar ni de sentirse alegre, últimamente no sonreía y estaba pensativa y meditabunda. El resultado de su reconciliación había sido catastrófico y ahora por fin algo bueno le ocurría.Los días se fueron sucediendo uno tras otro y la familia parecía estar más unida que nunca, solo Benjamín faltaba, pero no tardaría en reaparecer. Un hombre de sus recursos no podía ser apartado tan fác
Capítulo XIX La super bodaEl día amaneció nublado pero lentamente fueron desapareciendo las amenazadoras nubes para dejar paso a un sol pleno. La carpa como manto protector cubría las cincuenta mesas perfectamente adornadas al gusto de Betsy Greene. Ella ataviada como lo hubiese hecho una reina, con collar de esmeraldas a juego de sus pendientes y pulsera, y un vestido verde largo y ceñido a su espectacular figura, daba las últimas órdenes para que todo estuviese a su gusto. Un gusto exquisito por cierto. Benjamín a su lado disimulaba su evidente disgusto, con una más que falsa sonrisa. Estaban reunidos los más poderosos magnates de Inglaterra y EEUU. Él no era cualquiera y su familia era de las pocas que gobernaban en verdad el mundo. Betsy se dirigió a Frank que esperaba en una habitación habilitada solo para el novio. En otra ala de la mansión, la novia era acicalada y preparada para el instante supremo.El champán francés corría c
Nada es lo que pareceEl juez miró al acusado con ojos encendidos en cólera, una cólera que hubo de contener. Sabía que merecía un par de años de cárcel y que el delito cometido así lo exigía, de lo contrario cualquier persona podría poner una bomba en su vecindario cuando se enfadase hasta por la más mínima y salir indemne. Pero los abogados habían dado la vuelta a los argumentos hábilmente y el poder de los Greene tenía una sombra muy larga. Necesitó unos segundos antes de someterse a las diatribas de los costosos abogados y sus trucos de salón. No podía emitir una sentencia sin el beneplácito del jurado.-Señores del jurado, ¿Cómo declaran al acusado?-se dirigió a ellos a sabiendas de cual iba a ser su veredicto.-Señoría, declaramos al acusado inocente de los cargos.“Inocente de los cargos tras poner un explosivo que causó daños materiales y personales…¡que locura”, -pensó el juez.-Declaro al acusado inocente y se le pondrá en libertad de inmediato.Benjamín y Bets
Capítulo XXII Pensamientos oscurosBenjamín Greene tenía una confusión terrible en su cerebro, por una parte, su orgullo malherido le exigía, que no le pedía, una venganza cruel y a la altura y otra parte de sí mismo le decía que quizás fuera el momento de hacer tabla rasa y darle otra oportunidad a su matrimonio y tratar de ser feliz. ¡Ufff! nada parecía satisfacerle en aquellos instantes. Sus abogados, frente a él le aseguraban que podían dejarle sin nada a Betsy pues había pruebas más que evidentes de su infidelidad y Frank era la más importante.-No sé s quiero hacer eso, ella ha estado a mi lado para bien o para mal muchos años y tenemos una hija, ¿qué pensará ella si hago eso a su madre?-De ser así, podrían os ver qué dejarle para que ella viva acorde a su nivel social, unas acciones y una casa en la que vivir…-Parece lo justo…-Benjamín no acababa de verlo.-Prepararemos tres posibilidades y usted verá cual le apetece más, cualquiera de ella sería sencillo
CAPÍTULO XXIII Un nuevo negocio-Yo tenía una empresa de juguetes con mi esposa como socia, nos habían regalado como presente de boda una buena cantidad de dinero para inyectarle y estábamos muy contentos, tenía dos niñas preciosas-se le empañaron los ojos-pero un día, un nefasto día, mi esposa Mery salió para llevarlas al colegio y…ya nunca volvieron. Había helado y el coche resbaló y fue derecho a un terraplén donde las tres…-lloró sin poderse contener.-Por favor déjelo si le trae recuerdos dolorosos no es necesario que ¡sufra inútilmente. -le comprendió muy bien Betsy.-No…es necesario tengo que hablarlo con alguien o me pudriré por dentro…yo…yo me abandoné dejé de preocuparme por el negocio y mis suegros me culparon a mí, me quitaron todo y me dejaron en la calle el resto ya lo sabe…Nada valía ya la pena lo había perdido todo. Pero cuando usted me invitó a tomar ese café…pensé que aún había gente buena en el mundo que quizás hasta pudiese darme a mí mismo u
CAPÍTULO XXIV La reunión familiarLa mansión Greene, era el lugar de reunión de toda la familia y de algunos grandes inversores que dependían completamente de los Greene. Betsy Greene, con su nuevo secretario James Ligtherin, Margot y Harold, Frank y Natalia, y Nelson el inefable Nelson, siempre presente en las vidas de todos ellos. Benjamín acudía acompañado de su flamante jefe de seguridad un enorme varón de raza negra que atendía al nombre de Orlo Mengoys. Afuera en los jardines esperaban dos de los más importantes inversores representantes de los Morgan y los Roschield. Habían sido convocados a la comida de trabajo de Benjamín Greene por ´El mismo, esta vez ni tan siquiera utilizó a su secretaria para hacerlo, lo había hecho en persona. Quería dar inicio a una nueva era que comenzaría en aquella casa, sería el punto cero. El temor atenazaba las mentes y los corazones de los asistentes, todos eran conocedores del carácter vengativo y cruel
CAPÍTULO XXVI Una pastelería en Londres Harold nunca hubiese supuesto que tendría una pastelería que atender, pero empezaba a gustarle aquel cambio, seguía con su negocio en su oficina, y de él se encargaba Delan. Él lo hacía de los de Benjamín y ayudaba a Margot en sus quehaceres, no le quedaba tiempo no para respirar.-Esto de hacer tartas y pasteles es más complicado de lo que parece desde afuera ufff, -se lamentó mientras sacaba un bizcocho del horno Harold.-Ya ves, y casi nadie lo aprecia, por cierto ¿sabes que nos ha llegado un pedido un tanto especial?, se trata de una tarta de una escultura de la diosa victoria que hay en el Louvre. Tiene que ser a tamaño natural ¡uuuuuhhh!, exclamó Margot.Los ojos de Harold agrandaron como platos y se quedó visualizando aquella tarta gigante, supuso que no se podría hacer claro...-Pero les habrás dicho que no, claro, eso no es posible se derrumbaría por el peso…-Cariño sii rechazase encargos de Cuarenta mil euros como es est