— Pero tal vez deberías considerar el diseñador, como verás yo poder recomendarte algunos espectaculares incluso regalarte un gran vestido de alta costura si el problema es el dinero — odiaba pensar que esa mujer le haría el vestido de novia y que estuviera triunfando tanto en la industria de la moda con ropa exclusivamente para gordas.Cuando Marjorie empezó con su carrera, Leticia se burló de ella con todas sus amigas ¿Quién iba a considerar moda lo que ella hacía? Pero no solo había tenido éxito con su marca, sino que además y sus modelos de la agencia de modelos que fundó después cada vez ocupaban más espacios que antes habían estado destinados solo a mujeres delgadas.— No, realmente me encanta la ropa de Marjorie. Siempre me hace lucir bien, esto mismo que llevo hoy es de su última colección.La mujer agradeció que el camarero trajera las bebidas y así poderse beber la copa de vino de golpe para aguantar tanta tontería.— Tráeme otra de estas, no, mejor tráeme toda la botella —
—¿Los padres de Ian Anderson, pueden acompañarme por favor?— Los padres del pequeño fueron llevados a un despacho para hablar del delicado estado de su hijo.Para ningún médico es agradable dar malas noticias y menos cuando se trata de un niño, pero para eso estaban ellos, para intentar curar a las personas y para curarlas necesitaban diagnosticarlas por muy malo que llegarara a ser el resultado, aunque fuera malo el diagnóstico sabiendo cuál era la enfermedad, sabían las soluciones posibles.—¿Que es lo que tiene nuestro hijo doctor?— preguntó Marjorie temiéndose lo peor, normalmente los médicos solían de explicarlo en medio del pasillo o incluso llevar a la habitación del enfermo a sus padres para contarles cuál era el virus te extraño que había cogido y por el que tenía fiebre, pero ese médico lo sabía llevado a su propio despacho alejándolos de todo y todos como si lo que fuera a decir tuviera una reacción incontrolable…— Hemos detectado una leucemia infantil en la sangre de Ian.
Los padres de Ian se estaban sometiendo a las pruebas requeridas para comprobar la compatibilidad con su hijo con el corazón en la mano, sabiendo que por suerte podrían ser compatibles, pero lo más seguro era que la suerte no estuviera de su lado y su secreto les explotara en la cara a los dos si lo que querían era salvar al pequeño Ian.Pero no solo sería el único pinchazo que recibiría ese día. Con la toma de sangre, su esposo ya había sido preparado para la toma de la biopsia.El doctor les había explicado qué era lo que iba a hacer, anestesiar el área cerca de la pelvis para introducir una aguja hueca que perforaría el hueso de dónde tomaría la muestra de la biopsia.Para Marjorie que sabía que su esposo temía las agujas, que se ofreciera a ser el primero en realizarse la prueba, era la maestra de amor más grande que le hubiera hecho en todo ese tiempo de casados juntos.Su esposo salió, pálido y con una sonrisa en los labios, feliz de haber podido contribuir con lo que el médico
El pinchazo, logro sentirlo Evan, llevándolo a cerrar sus ojos y pensar en algo más que no fuera la gran aguja que introducirán en su piel.No era una simple aguja de cinco cm que usaban en las tomas de sangres, las cuales también la enfermera realizaba en ese momento también.Era una aguja que de haberla visto antes de enterarse de que su hermano se encontraba enfermo le hubiera provocado una que otra pesadilla, pero que en ese momento agradecía que existieran.Todavia tenía mucho que enseñarle a su hermano, sobre todo tenía que enseñarle a ligar con las chicas, llevarlo a acampar y que dejara de estar metido en los libros, que no era malo que a Ian le gustara estar metido en los libros, pero le recordaba mucho a la hija de Marjorie y ella no había tenido un buen final, y Evan se sentía culpable por eso, porque en parte había sido su culpa que la joven se deprimiera, unas palabras que dijo sin pensar en el alcance que tendrían.Palabras que llevaron a alguien a hundirse en un puto ab
A Marjorie junto a todos los que estaba a su alrededor, el mundo entero se les cayó encima en el momento en que el doctor llegó y dijo que ni su esposo ni ella eran compatibles y, aunque el doctor callara, Marjorie sabía que con su mirada les estaba amonestando, más por la confidencialidad médico-paciente no dijo nada, simplemente se encargó de dar las malas noticias.—Les seré sincero, no creo que el otro familiar sea compatible, por lo que mandaré a mi enfermera para que lo más pronto posible empiecen a figurar en la lista de espera para donantes de médula ósea y no solo eso, para que empiece a recibir el tratamiento ya sea de radioterapia o de la quimio.Nadie dijo nada, ni siquiera Evan que se encontraba ahí se atrevió a decir algo, la sola idea de que su hermano no obtuviera esa médula pronto lo hundió, por lo que solo se dejó caer en el asiento exhausto.Lia llegaba después de la comida con su suegra, había tardado mucho, pero le fue imposible no acabar pronto. Por lo que corría
El padre de Evan notó el nerviosismo de su esposa y no pudo hacer nada más que abrazarla, la culpa no era solo de ella, también él había callado, había aceptado junto con ella ocultar ese secreto. Un gran secreto que seguiría oculto si no fuera por la enfermedad del pequeño Ian.—No te preocupes, él entenderá, mi hijo ya no es lo que solía ser. Él ha madurado, así que nos entenderá y si no logra perdonarnos, al menos sabremos que si algo nos llega a pasar él daría la vida por Ian.Marjorie asintió, levemente. Lo importante seguía siendo que el pequeño Ian pudiera recuperarse.Evan seguía abrazando a Lia, no podía creer la gran noticia que la enfermera le había dado.—Dígame, señorita, enfermera, a donde debo de ir para que empiecen a sacarme eso que necesita mi hermano, para estar bien.La enfermera pareció quedarse en blanco en ese momento, sin saber qué decir, solo atinó a decir que el médico se encargaría primero de hablar con los padres del joven antes de empezar con el tratamient
Evan se levantó de pronto incapaz de seguir sentado, mirando a su padre, luego a Marjorie una y otra vez con la mirada desencajada y roja a causa de las lágrimas contenidas, llevando la mano hasta su cabeza, agarrándose el cabello.Le estaba costando mucho respirar, en ese momento se sentía llevado de vuelta a los 17 años cuando era un estúpido adolescente de que se enteró de la muerte de la hija de Marjorie, su primer amor al que había rechazado únicamente por lo que pudieran pensar los demás.La ansiedad, el miedo y la culpa estaban ahogándolo, Evan llevó su mano diestra hasta donde se encontraban los botones de su camisa y empezó a desabrocharlos.Su padre, que ya había visto lo que pasaba cuando su hijo se encontraba así, trató de acercarse a él, pero Evan no se lo permitió, estaba demasiado molesto para tolerarlo cerca.—¡No, no me toques! No después de mentirme y de esconder la verdad sobre Ian. Él…— le estaba costando hablar e hilvanar las palabras en su mente — Él no es mi her
Evan se encontraba aterrado, ya que como su padre, le temía a las agujas y en ese momento le pincharían una en su columna, la cual lo adormecerá de la mitad de su cuerpo, con la famosa anestesia general o el bloqueo como le llamaban.Solo de pensar en eso hacía que sintiera un fuerte sudor frío que empezaba cubrir todo su cuerpo, sus manos se encontraban frías tanto que tenía que apretarlas en puños para que no se notara lo nervioso que estaba. Y es que no solo era el único piquete que él recibió ese día, antes ya habían sacado un poco de sangre y le habían picado y ahora el doctor le había explicado que es lo que harían.El muy cabrón, le había dicho que no tenía que preocuparse, que solo serian pequeños pinchazis y que serian como picadas de hormigas, con lo fuerte que estas picas, joder, no había podido darle otro tipo de ejemplo que no fuera tan doloroso.En ese momento la mente de Evan viajó a su niñez, justo en el día que por andar jugando en el jardín y ser un poco gilipollas,