—Tus deseos son órdenes— le dijo Elian al tenerlo cerca de él en la pista y sujetarlo fuertemente antes de empezar a moverse, dejándole sentir no solo el movimiento de sus caderas, también lo duro que estaba.“Eres tú lo que me gusta, a mí en este momento.”Pensó Elian sin decirlo, no quería malos entendidos con el joven. Lo que quería era conocerlo.Joder… Charlie pudo notar que su pareja de baile estaba duro, y no solo eso, el maldito lo puso duro a él solo de sentirlo. Levantó la vista y lo miró a los ojos mientras pasaba los brazos tras su cuello y se movía al ritmo de la música, sus ojos verdes se clavaron en los azules conectando de un modo muy especial y el calor lo invadió muy rápido.Charlie se separó al cabo de unos segundos para desabrocharse la camisa y quitársela, no aguantaba el calor, pero al quitársela descubrió todos esos tatuajes, prácticamente tenía casi todo el torso y los brazos tatuados a pesar de su aspecto casi angelical con esos rizos rubios oscuro de querubín
—Charlie…— Elian también gimió su nombre rozando sus labios con los de joven dejándose llevar por ese extraño magnetismo que lo empujaba a hacerlo.Malditos labios de tentación que poseía ese chico, que hacían a sus labios temblar por el simple hecho de querer probarlos y ese cabello que no paraba de invitarlo a hundir los dedos en sus rizos y así atraparlo para poder saborear su boca sin que se alejara de él que hubiera ninguna posibilidad de que pudiera rechazarlo.Joder eso era demasiado, no importaba que el mismo se hubiera prometido que no tocaría a los amantes de su amante. En ese instante lo único que deseaba era eso, enterrarse en su interior y más al sentir esos dedos alrededor de su maldita erección.Charlie lo encontró mojado y no se contuvo en acariciar el glande con el pulgar empapándose de líquido pre seminal para luego sacar la mano de allí y llevarse el dedo a la boca probando su sabor.Elian ya no podía esperar más, se las ingenió para encontrar con su mano derecha el
El joven tatuador agradecía que la música estuviera tan alta y no se escucharan sus gemidos, porque cada movimiento de su amante estimulaba su próstata con maestría, como follaba el condenado y eso que ni siquiera estaban cómodos ni podían realmente disfrutar de la situación como se debería.Charlie no podía creer todo lo que experimentaba, nadie jamás lo había hecho sentirse así, joder no quería que terminara, no quería dejarse llevar por lo que su cuerpo le pedía por qué sabía que todo terminaría entonces, y él necesitaba que ese momento se volviera eterno.— Mierda Eli… me correré — aseguró ofreciéndole el cuello ante el deseo de ser mordido mientras se deshacía en sus brazos en el instante mismo en que sintió esa mano en su polla.Apenas necesitó un par de sacudidas para derramarse en el interior de su bóxer y manchando la mano de su amante, agradeciendo que estuviera bien sujeto cuando las piernas le fallaron y así no pudiera caerse.—Hazlo… córrete conmigo.Elian se corrió en el
Aquella noche Marjorie les pidió que se quedaran en la casa para que así ella pudiera preparar a Lia desde la mañana, así que la chica despertó abrazada a su novio en la cama donde habían intimado por primera vez, apenas habían pasado unas semanas y ya parecía que llevaba meses a su lado, estaba tan acostumbrada de su presencia que si se ponía a pensarlo le daban miedo llegar a perderlo.Se abrazó más a él, dejando besos en su cuello mientras inhalaba su aroma, ese que adoraba tener en su cuerpo pegado a su piel porque le hacía pensar en él todo el día.— Buenos días, cariño— dijo Lia mientras besaba lentamente el torso de su novio y bajaba por su abdomen, delineando cada músculo en el descenso hasta sus partes íntimas.El despertar que más adoraba Evan era en los que se encontraba con sus brazos rodeados al cuerpo de Lia y esa mañana aun mucho más, sobre todo al momento de sentir como ella se deslizaba con sus labios por su cuerpo hacia abajo.Esa mujer, sí que sabía cómo excitarlo,
— M*****a resaca — gruñía Charlie bebiendo café para llevar de un vaso de cartón que había comprado en la cafetería de la esquina — ¿Cuándo aprenderé a no salir si trabajo al día siguiente?Si, ese día, Charlie amaneció malhumorado y no precisamente porque hubiera tenido una mala noche, más bien todo lo contrario, fue una noche inolvidable junto al mayor imbécil que conocía o eso había creído hasta entonces.Y es que el maldito era perfecto, no solo follaba como los dioses, sino que su conversación le enganchó desde el primer momento y su humor, los dos parecían bromear de la misma manera y encajar a la perfección.Pero el sonido del teléfono móvil lo sacó de sus ensoñaciones, haciendo que sacara el teléfono móvil del bolsillo de su pantalón solo para descubrir quién era, Dylan, joder, no podía permitirse hablar con él en ese momento o se le notaría la culpabilidad, así que no tomó la llamada y volvió a guardar el teléfono dejando que sonara mientras llegaba a su pequeño estudio de tat
El motociclista se quedó con esa duda mientras bajaba de la moto y entraba al establecimiento con la caja de bombones y el obsequio.—Entrega para Charlie Taylor.— Si soy yo — dijo Charlie agradeciendo al repartidor y dándole una moneda de propina.Dylan estaba perdiendo la paciencia, al ver la negativa de Charlie ante invitarlo al maldito desfile.Pero de inmediato se acercó a la puerta al escuchar que el joven tatuador había recibido un paquete.—¿Qué es? ¿Quién te lo manda?— le pregunto impaciente, sobre todo al reconocer la caligrafía en la tarjeta y la caja de la pastelería.Charlie leyó la tarjeta y sonrió guardándola en el bolsillo trasero de su pantalón para luego abrir la caja encontrando los dos bombones y el pantalón nuevo que le hizo sonrojarse al recordar lo que había sucedido con los que llevaba puestos el día anterior.— ¿Unos bombones y un pantalón no lo ves?— dijo el joven tatuador guardando el paquete bajo la mesa y luego mirando a Dylan a los ojos — mi prima no se
La mañana había pasado muy rápido para Lia, ella estaba demasiado nerviosa mientras Jean-Paul y Marjorie terminaban de arreglarla, Marjorie le estrechaba levemente la cintura y Jean-Paul le arreglaba el cabello todo a la vez y ella no podía estresarse más de lo que ya estaba.— Quedaste preciosa, cariño — aseguró Marjorie dejando un beso en la mejilla de la novia de su hijastro.Le recordaba tanto a su hija, la diferencia que había en Lia del día que la había conocido a ese día era un abismo, ojalá ella años atrás hubiera sido capaz de hacer lo mismo con su hija, como lo hacía con esa chica, ojalá hubiera sabido como devolverle su confianza y hacerla brillar así.— Bien, ahora en cuanto suene la música, eres la primera en salir. ¿Lo has entendido?— preguntó Marjorie — Solo tienes que caminar tal y como te he enseñado hasta el final de la pasarela, dar la vuelta al fondo, mirar a los fotógrafos de lado, dejar que te hagan unas cuantas fotos y luego volver, repetir la vuelta y desaparec
— ¿Has visto la modelo que abría el desfile?— ¿No es la novia de Evan Anderson?— ¿Verdad? Yo también lo creo.— Si míralo está ahí al otro lado de la pasarela.La novia de Max se moría de envidia mientras escuchaba hablar a las chicas sentadas a su lado y ese sentimiento creció todavía más cuando miró hacia el lugar donde una de esas mujeres señalaba, al otro lado de la pasarela, Evan Anderson, el chico al que le había ido detrás un par de años y del que solo consiguió una única noche, de la que apostaba, ni siquiera se acordaba.— Tu padre es uno de los accionistas de la empresa — le dijo ese día mientras se vestía antes de dejarla sola en una habitación de hotel — es mejor que no nos involucremos y esto no pase de aquí, lo pasamos bien, esta noche, no le des más vueltas.Después de aquello jamás se volvió a dirigir a ella, como si ni siquiera hubiera sucedido, y ahora estaba ahí enamorado de la gorda a la que ella le había quitado el novio.—¿Crees que cierre el desfile? XL beauti