El joven tatuador agradecía que la música estuviera tan alta y no se escucharan sus gemidos, porque cada movimiento de su amante estimulaba su próstata con maestría, como follaba el condenado y eso que ni siquiera estaban cómodos ni podían realmente disfrutar de la situación como se debería.Charlie no podía creer todo lo que experimentaba, nadie jamás lo había hecho sentirse así, joder no quería que terminara, no quería dejarse llevar por lo que su cuerpo le pedía por qué sabía que todo terminaría entonces, y él necesitaba que ese momento se volviera eterno.— Mierda Eli… me correré — aseguró ofreciéndole el cuello ante el deseo de ser mordido mientras se deshacía en sus brazos en el instante mismo en que sintió esa mano en su polla.Apenas necesitó un par de sacudidas para derramarse en el interior de su bóxer y manchando la mano de su amante, agradeciendo que estuviera bien sujeto cuando las piernas le fallaron y así no pudiera caerse.—Hazlo… córrete conmigo.Elian se corrió en el
Aquella noche Marjorie les pidió que se quedaran en la casa para que así ella pudiera preparar a Lia desde la mañana, así que la chica despertó abrazada a su novio en la cama donde habían intimado por primera vez, apenas habían pasado unas semanas y ya parecía que llevaba meses a su lado, estaba tan acostumbrada de su presencia que si se ponía a pensarlo le daban miedo llegar a perderlo.Se abrazó más a él, dejando besos en su cuello mientras inhalaba su aroma, ese que adoraba tener en su cuerpo pegado a su piel porque le hacía pensar en él todo el día.— Buenos días, cariño— dijo Lia mientras besaba lentamente el torso de su novio y bajaba por su abdomen, delineando cada músculo en el descenso hasta sus partes íntimas.El despertar que más adoraba Evan era en los que se encontraba con sus brazos rodeados al cuerpo de Lia y esa mañana aun mucho más, sobre todo al momento de sentir como ella se deslizaba con sus labios por su cuerpo hacia abajo.Esa mujer, sí que sabía cómo excitarlo,
— M*****a resaca — gruñía Charlie bebiendo café para llevar de un vaso de cartón que había comprado en la cafetería de la esquina — ¿Cuándo aprenderé a no salir si trabajo al día siguiente?Si, ese día, Charlie amaneció malhumorado y no precisamente porque hubiera tenido una mala noche, más bien todo lo contrario, fue una noche inolvidable junto al mayor imbécil que conocía o eso había creído hasta entonces.Y es que el maldito era perfecto, no solo follaba como los dioses, sino que su conversación le enganchó desde el primer momento y su humor, los dos parecían bromear de la misma manera y encajar a la perfección.Pero el sonido del teléfono móvil lo sacó de sus ensoñaciones, haciendo que sacara el teléfono móvil del bolsillo de su pantalón solo para descubrir quién era, Dylan, joder, no podía permitirse hablar con él en ese momento o se le notaría la culpabilidad, así que no tomó la llamada y volvió a guardar el teléfono dejando que sonara mientras llegaba a su pequeño estudio de tat
El motociclista se quedó con esa duda mientras bajaba de la moto y entraba al establecimiento con la caja de bombones y el obsequio.—Entrega para Charlie Taylor.— Si soy yo — dijo Charlie agradeciendo al repartidor y dándole una moneda de propina.Dylan estaba perdiendo la paciencia, al ver la negativa de Charlie ante invitarlo al maldito desfile.Pero de inmediato se acercó a la puerta al escuchar que el joven tatuador había recibido un paquete.—¿Qué es? ¿Quién te lo manda?— le pregunto impaciente, sobre todo al reconocer la caligrafía en la tarjeta y la caja de la pastelería.Charlie leyó la tarjeta y sonrió guardándola en el bolsillo trasero de su pantalón para luego abrir la caja encontrando los dos bombones y el pantalón nuevo que le hizo sonrojarse al recordar lo que había sucedido con los que llevaba puestos el día anterior.— ¿Unos bombones y un pantalón no lo ves?— dijo el joven tatuador guardando el paquete bajo la mesa y luego mirando a Dylan a los ojos — mi prima no se
La mañana había pasado muy rápido para Lia, ella estaba demasiado nerviosa mientras Jean-Paul y Marjorie terminaban de arreglarla, Marjorie le estrechaba levemente la cintura y Jean-Paul le arreglaba el cabello todo a la vez y ella no podía estresarse más de lo que ya estaba.— Quedaste preciosa, cariño — aseguró Marjorie dejando un beso en la mejilla de la novia de su hijastro.Le recordaba tanto a su hija, la diferencia que había en Lia del día que la había conocido a ese día era un abismo, ojalá ella años atrás hubiera sido capaz de hacer lo mismo con su hija, como lo hacía con esa chica, ojalá hubiera sabido como devolverle su confianza y hacerla brillar así.— Bien, ahora en cuanto suene la música, eres la primera en salir. ¿Lo has entendido?— preguntó Marjorie — Solo tienes que caminar tal y como te he enseñado hasta el final de la pasarela, dar la vuelta al fondo, mirar a los fotógrafos de lado, dejar que te hagan unas cuantas fotos y luego volver, repetir la vuelta y desaparec
— ¿Has visto la modelo que abría el desfile?— ¿No es la novia de Evan Anderson?— ¿Verdad? Yo también lo creo.— Si míralo está ahí al otro lado de la pasarela.La novia de Max se moría de envidia mientras escuchaba hablar a las chicas sentadas a su lado y ese sentimiento creció todavía más cuando miró hacia el lugar donde una de esas mujeres señalaba, al otro lado de la pasarela, Evan Anderson, el chico al que le había ido detrás un par de años y del que solo consiguió una única noche, de la que apostaba, ni siquiera se acordaba.— Tu padre es uno de los accionistas de la empresa — le dijo ese día mientras se vestía antes de dejarla sola en una habitación de hotel — es mejor que no nos involucremos y esto no pase de aquí, lo pasamos bien, esta noche, no le des más vueltas.Después de aquello jamás se volvió a dirigir a ella, como si ni siquiera hubiera sucedido, y ahora estaba ahí enamorado de la gorda a la que ella le había quitado el novio.—¿Crees que cierre el desfile? XL beauti
Cuando Lia Taylor pasó por allí, se desestabilizó y casi cae al suelo. Ella, a pesar de que no estaba muy acostumbrada a ir en tacones, logró estabilizarse y seguir caminando hasta el final donde sonrió a los fotógrafos tal y como lo hizo la primera vez, algo sonrojada por el traspié.Maldita sea, pensó ella, estaba demasiado nerviosa como para ponerse más nerviosa, ni siquiera se le había pasado por la cabeza la posibilidad de que alguien le hubiera querido saborear. Solo creyó que era torpe, aun así logró terminar con compostura dejando que los flashes le devolvieran la confianza, esperando el momento en el que la diseñadora se uniera también a ella.Max, quien observó todo desde lejos, negó, no solo no había hecho caer a Lia, sino que había atraído la maldita atención de Evan quien al estar cerca de la pista, se topó con una de esas dichosas canicas, lo que hizo que rápidamente empezara buscar por todos lados.Lo bueno de todo eso, fue que en ese momento él estaba muy lejos de ahí,
Charlie Taylor odiaba los trajes, pero le sentaban realmente bien y lo sabía, más aquella noche en la que estaba especialmente interesado en verse bien porque volvería a ver a alguien a quien, hasta la fecha, había odiado, al menos hasta la noche anterior, Elian, el ex de su amante y también a su vez amante de este.Había recibido un regalo suyo en la tienda, aunque más que un regalo era una reposición de la ropa que rompió el día anterior y aunque pensó en llamarlo durante todo el día. No era realmente capaz de saber que quería hacer o qué le iba a decir, tal vez lo mejor era alejarse de él porque meterse con alguien que le importaba a Dylan no era muy buena idea, sobre todo porque a él también le importaba Dylan.A pesar de eso, allí estaba observándolo en el catering mientras conversaba amigablemente con una chica que parecía coquetearle, hasta que la música del desfile empezó a sonar y la joven se alejó para acercarse a la pasarela y a su vez Charlie aprovechó para acercarse al co