Después de dos orgasmos, Lia se sentía confundida, tenía ganas de experimentar más, y a la vez de que la tierra se abriera y la tragara, con cama y todo, pero que dejara a Evan fuera, porque ese hombre la confundía y la hacía actuar como jamás había actuado.Cómo ella no tenía con qué comparar, le había parecido una experiencia perfecta, realmente se dejó llevar porque así lo quería, porque se sentía libre para decidir, sin experimentar esa tensión o sensación de estar obligada a ello tan familiar con su exnovio, pero a pesar de haberse desinhibido mucho para ser ella, sabía que no era suficiente para Evan, que él necesitaba más y eso alimentaba su inseguridad.Lia se ofreció a satisfacerlo, a saciarlo de algún modo, pero él se negó a ello, decía que lo haría, pero no todavía, que no era el momento y simplemente la atrajo contra su cuerpo para acurrucarla y terminar dormidos.Aquella mañana ella despertó con un hueco vacío a su lado, por un momento creyó que lo había soñado todo, miró
Lia permanecía tan avergonzada por todo lo que había sucedido en la mañana que evitaba cualquier contacto con Evan que pudiera devolverle el calor a su cuerpo, que pudiera despertar nuevamente esa sensación de necesitar sentirlo de nuevo, ese deseo que se extendía por toda su piel y culminaba especialmente entre sus piernas.¿Qué le estaba pasando? Era observarlo y sentirse arder, recordar lo sucedido la noche anterior o al despertar esa mañana y temer la humedad que empezaba a sentir en su feminidad.Agradecía que cuando salió de la ducha él ya no estuviera allí y la dejara vestirse tranquila sin su intimidante mirada encima, sin esa forma de llenar todo el espacio con su presencia y hacerla sentir tan nerviosa.Se puso uno de los vestidos que habían comprado, algo casual, de un tono verde muy parecido al de sus ojos y, tras maquillarse un poco, salió de la habitación dispuesta a buscarlo, aunque ya no hizo falta, él apareció a su espalda con esa inconfundible voz que le encendía tod
— Entonces os esperamos en el jardín de las rosas — Dijo Marjorie y llevándose al fotógrafo de ahí, sabía cuando su hijastro estaba molesto y en ese momento lo estaba y mucho.Lia los observó marcharse y luego fijó su mirada en la de Evan yo si preguntarle o no, la verdad es que le gustó su reacción, cualquier persona diría que aquello era algo tóxico, pero a ella no le importaba.—¿Estás celoso Evan?— preguntó bebiendo un poco de su té sin dejar de observarlo— me desconcierta tanto, no sé qué esperas realmente de mí.—¿Te molestaría si lo estuviera?— Evan soltó un suspiro derrotado al darse cuenta de que no le estaba respondiendo su pregunto a Lia — Si lo estoy, es normal que me sienta celoso al ver como otro hombre tiene interés en mi novia.Tomó su taza de café y bebió un poco de ella.— No, no me molesta, en realidad creo que me gusta — aseguró ella desviando la vista a otro lado ¿Debía permitirse creerlo, ser feliz?—Creí que había quedado claro lo que deseo de ti, eres mi novia
Marjorie estaba muy sorprendida por lo que acababa de escuchar de su hijastro, siempre había sido un hombre mujeriego. Que no le daba importancia a ninguna mujer y a pesar de que ella tenía claro que algún día llegaría la afortunada, jamás creyó que sería alguien como Lia.Y no porque Marjorie no la considerara adecuada, por lo que sabía era una mujer muy inteligente, le parecía hermosa y además se veía muy tierna y buena persona, todo lo contrario a lo que siempre imagino para Evan. Siempre creyó elegiría a la hija de una familia rica, sin muchas luces para poderla dominar y un físico despampanante. Pero no, ahí estaba enamorado de una chica normal y observando con celos la sesión con el fotógrafo.Aquello la hizo sonreír. Si él supiera que no tenía que temer nada de Demian.— Lia quiero que tomes esa rosa amarilla, con delicadeza. Sin arrancarla del rosal y te inclinas levemente para olerla — dijo el fotógrafo, quién ya había echado varias fotos a la joven.Lia asintió y se inclinó,
Lia no recordaba haber vivido un fin de semana mejor que aquel. Fue tan perfecto que pasó demasiado rápido. La familia de Evan la había acogido y tratado con mucho cariño, haciendo que se sintiera muy cómoda en su casa.Pero lo mejor del fin de semana fue, sin duda, lo mismo que le aterraba ese lunes cuando por fin pudo alejarse de Evan y su influencia y es que ella se estaba enamorando muy rápido de ese hombre. ¿Qué pasaría si se le pasaba el capricho?No quería ni pensarlo, por suerte tenía tanto trabajo que no podía pensar en nada más, al menos durante las horas que permaneciera en la empresa y también por suerte él tenía una importante reunión y no estaría ese día en la empresa .Tenía que pasar toda la mañana enseñando a los miembros de su nuevo equipo. Cómo instalar su aplicación en todos los servidores y hacerla funcionar, estaba emocionada a la par que nerviosa.— Señorita Taylor la esperan en su despacho — Le dijo su nueva secretaria y es que desde que había sido ascendida y
Lia estaba completamente ensimismada mirando a Evan, se veía tan jodidamente atractivo con ese semblante peligroso amenazando a su exnovio que ni siquiera prestó atención al rostro de Max y lo rápido que abandonó su despacho.No era capaz de entender como había podido olvidarse tan rápido de Max si apenas hacía una semana todavía lo lloraba y ahora ni siquiera le importaba en lo más mínimo, más bien le caía mal por la forma en que la había tratado en la fiesta y sobre todo por como la había tratado nuevamente esa mañana.— Se suponía que tú no venías hoy a la oficina — dijo Lia sin poder apartar la vista de su novio.—¿Quién dice que he venido a trabajar?— dijo él atrayéndola, dejando de lado su aura asesina una vez que él ex de Lía abandonó su oficina y volviéndose muy dulce con ella.—Solo he venido a verte — mencionó mientras dejaba piquitos en sus labios — y que bueno que lo hice, no puedo imaginar que es lo que habría pasado si no hubiera llegado justo en ese momento.Todavía pod
Todos estaban esperando a que Lia llegara a la Junta de presentación del proyecto que estaban por iniciar, la mayoría de empleados habían visto la prensa y lo sucedido el fin de semana entre Lia y el CEO de la empresa y los que no lo habían visto se habían enterado por el insaciable cuchicheo sobre el tema.Pero lo que ninguno de ellos esperaba era ver llegar a la chica junto a Evan, caminando uno al lado del otro sonriendo mientras hablaban, de hecho pocas personas habían visto sonreír a ese hombre.Varias bocas quedaron abiertas en el instante en que llegaron y él se sentó en una de las sillas indicadas para los empleados, dejando que fuera ella quien hiciera la presentación para solo observar como se desenvolvía, o eso parecía, porque él solo quería seguir al lado de ella tal y como su chica le había pedido.—Buenos días, equipo. Soy Lia Taylor y seré su supervisora en este nuevo departamento de la empresa, también soy la creadora de la aplicación con la que trabajaremos — aunque n
Lia se sentía muy celosa por lo ocurrido durante la reunión, la forma en que todas miraban a Evan la hacia consciente de lo mucho que le gustaba, no el percatarse de como lo miraban, si no lo mucho que le molestaba, lo mucho que sus celos se encendían de un modo en que solo quería asegurarse de que él seguía sintiéndose atraído por ella.Lo empujó al interior del despacho más cercano, poco le importaba que no fuera el suyo y tras cerrar acorraló al CEO de la empresa contra la puerta.Los ojos verdosos de Lia se oscurecieron y tomaron un matiz esmeralda volviéndose un tanto amenazante, recordaba aquel antiguo y famoso escritor ingles que describió ese sentimiento como un monstruo de ojos verdes.Evan Jamás hubiera creído que ver a su novia celosa lo pondría tan duro, es más, jamás creyó que deseara ver a una mujer celosa, pero ahí estaba encantado de ver ese sentimiento encender la mirada de su novia, de esa mujer a la que le había pedido que se comprometiera con él en un contrato.Eso