Si el vestido nupcial que Lia llevó en el desfile era bonito, el que Marjorie había hecho para su boda era algo que iba más allá de su imaginación, quedaba entallado hasta la cintura, con un escote precioso en forma de corazón y una falda con vuelo que parecía tener minúsculos destellos de luz según se movía.Llevaba el cabello recogido en un moño bajo y un maquillaje ligero y muy natural, no necesitaba más que eso para verse preciosa.Judith y Marjorie tenían exactamente la misma expresión de asombro mientras observaban a Lia y la misma mirada vidriosa mostrando que se estaban conteniendo para no llorar.— Estás realmente hermosa — Dijo Judith maravillada.La mujer no podía creer lo mucho que había cambiado su hija, ella siempre había sido hermosa, pero en ese instante era más que eso, era una mujer feliz y plena que ya no tenía miedo de nada.— Fue gracias a Marjorie que hizo un gran trabajo — dijo Lia.— Tonterías — Respondió Marjorie — es muy fácil vestir a una mujer hermosa como
Lia siempre había criticado las películas de Disney, en las que los protagonistas apenas se conocían, ya estaban enamorados, al poco tiempo se casaban y después estaban felices para siempre, pero aquel día ella se sentía en una de esas películas y sabía que los flechazos existen, que el amor puede encenderse en solo una mirada, un encuentro, un beso, un solo clic en el pecho que cambia algo y hace que el corazón deje de pertenecerte para ser propiedad de otra persona sin que sea posible controlarlo y ella estaba viendo a su príncipe, al dueño de su corazón, esperándola en el altar.Se aferró al brazo de su padre para recorrer con él el corto camino hasta aquel hombre con el que se comprometería para el resto de su vida y dudaba si una vida entera iba a ser suficiente, ese hombre que había visto más allá de su físico y sus complejos y había sacado a la lía real, a la que tenía enjaulada en su interior para hacerla florecer.Lia escuchaba la música nupcial y sus pasos la guiaban hasta él
Primero de todo, nos gustaría agradecer a todas nuestras lectoras y lectores por la gran acogida que ha tenido esta novela. Un amor XL para el CEO, es un trabajo muy especial para nosotras, ya que pusimos todas nuestras ganas e ilusiones en escribirla.Queríamos transmitir amor y cariño a todas las que en algún momento nos hemos sentido menos atractivas por prejuicios sociales de cualquier tipo, recordándonos que hay muchos tipos de belleza y todos son válidos, que el amor propio es realmente atractivo y que se puede ser tan hermosa como una quiera serlo.Por eso y por petición popular, nos gustaría anunciar que a partir de la semana que viene, se reanuda la escritura de esta novela y vamos a actualizar mínimo tres nuevos capítulos semanales. Reanudando una nueva etapa en esta novela, que a ustedes les gusta leer y a nosotros escribir.Ya que sentimos que todavía les queda a Lía y a Evan, mucho que contar. Para no dejarles como ya nos han comentado algunas lectoras, con un final al ai
—¿Te puedes creer que ya hayan pasado tres años?Preguntó Lia mientras ponía dos velas en un pastel de cumpleaños, el número uno y el cinco, 15, los años que cumplía Ian.Ya era todo un adolescente y ella no podía estar más feliz de haberse convertido en su madre, eran la familia perfecta, aunque el cada vez fuera más mayor y prefiriera la compañía de sus amigos a la de su madre.— Ian me recuerda mucho a su padre cuando lo conocí — dijo Marjorie pensativa — cada día se parece más a él, aunque mucho menos rebelde, por suerte.La pelirroja sonrió pensativa, y esperando que realmente su nieto no pasará por esa etapa tan difícil que tuvo Evan y sobre todo porque no escapara a los diecisiete años como su padre a recorrer mundo.Lia observaba a Marjorie, le hubiera gustado poder ver sus pensamientos en ese instante, saber un poco más de su esposo en aquellos años, ahora, siendo el imponente CEO de una de las empresas de comunicación más importante del país, le era imposible imaginárselo co
—No, no me vas a convencer para que vaya a Italia esta semana y más por negocios.Evan estaba muy cómodo en la casa aquella mañana, tras desayunar, por primera vez en tres años había cogido vacaciones para estar con su familia y nada impediría que no lo hiciera, además de que Lia por fin había dejado un poco de lado su carrera de modelo para dedicarse al desarrollo de su nueva aplicación con inteligencia artificial y los dos juntos pudieron coincidir en esos días libres.—No, no insistas Enzo, no me harás cambiar de opinión.—Está bien, me queda claro que estás de vacaciones y que el negocio que tenemos pendiente tendrá que esperar.—Si, los negocios tendrán que esperar — respondió Evan seguro de sus palabras, sobre todo al ver a su esposa sonreírle al pasar por la puerta de su despacho, sabía que también había hecho lo posible por desocupar su agenda por quince días.—Ya no insistiré, pero debes ser consciente de que los días que ocuparás de tus vacaciones para atender lo de este neg
El jet privado de los Anderson llegó a la hora prevista a Italia, donde un contento Enzo D’Alturi los esperaba con expresión triunfante en el rostro, había conseguido traer a su socio mucho antes de lo que esperaba y solo necesitó sobornarlo con unas costosas vacaciones en uno de los mejores destinos de Grecia.Era un buen trato, costoso, pero bueno al fin y al cabo. Para él era de vital importancia resolver los problemas que habían surgido y además venía con su esposa, la desarrolladora de la aplicación que estaba usando en ese instante en su empresa.—Señores Anderson, señorito Ian, ya pueden desembarcar. — Dijo la azafata y Lia no dudó en desabrocharse el cinturón de seguridad y levantarse de su asiento, había sido un vuelo demasiado largo en su opinión, pero viajar a Europa siempre suponía muchas horas de vuelo.Lía sonrió al darse cuenta de que Ian ya estaba impaciente, esperándolos en la puerta y conteniéndose las ganas de exigirles que se dieran prisa, desde que era muy pequeño
Mientras los mayores se presentaban, Alessandra le echaba miradas fugaces y furtivas al joven que los acompañaba. Ian Anderson, seguía siendo igual de guapo como ella lo recordaba. Bueno, mucho más guapo si era sincera consigo misma, pero lo que hacía que ella se mantuviera alejado de él. Era el recordar cómo la última vez que se había visto ella le había gritado que sería su esposo y él le había dicho que jamás se fijaría en una niña tan encimosa como ella.Sí que era cierto que de eso, habían pasado muchos años y que eran solo unos niños, pero ella no podía olvidar como su pequeño corazón se había roto a causa de esas palabras. Además, como no iba a pegarse a él siempre, sí era el único niño con el cual su madre en ese tiempo la había dejado relacionarse.Alessandra soltó un suspiro dejando de observar al joven Anderson, para sacar su móvil y ponerse a jugar un juego tipo granja donde ella lideraba toda una colonia de hormigas. Era un pequeño triunfo para ella haber llegado al nivel
Las palabras de Alessandra no solo hicieron que Ian se quedará con la boca abierta, también hicieron que su ego se resintiera.Por lo que no supo cómo reaccionar ante lo dicho por la joven, es más, en ese momento, pese a lo dicho por la joven, le pareció la chica más linda que él hubiera visto en toda su vida. Aun así, su ego herido hizo que respondiera de la misma manera.—Me alegra escucharte decir eso, ya que tú tampoco serías una opción para mí, así fueras la última chica sobre esta tierra — fue decirle esas palabras a la joven D'Alturi e Ian caminar hacia donde se encontraban sus padres.—¿Vamos a tardar mucho aquí? Me apetecería más estar subiendo a un avión rumbo a Santorini— mencionó el hijo de Evan una vez llegó a dónde se encontraban los tres adultos conversando.Evan se mantuvo sereno al ver a su bien portado hijo, comportándose por primera vez como un adolescente molesto, lo que lo llevo a buscar el motivo de su enfado parado un poco más allá de ellos. A la pequeña hermana