Capítulo 766
Al pensar en eso, Leonardo abrió los ojos de golpe. La sombra espesa en sus ojos bonitos no se desvaneció al instante, haciéndolos aún más profundos. Esta mirada seria era algo que rara vez se veía en su delicado rostro.

Se levantó de un salto, tomó las llaves sobre la mesa y salió de la habitación a toda prisa. En su carro, partió a toda velocidad del hospital, dirigiéndose de inmediato a un sitio al que en su vida había querido ir.

Manejaba el coche a toda velocidad. Nadie sabía en qué estaba pensando. En realidad, su mente estaba totalmente en blanco. Si Luna en verdad no fuera la hija de Miguel...

Ni siquiera se atrevía a pensar en eso, y de pronto golpeó el volante con fuerza, muy furioso.

¡Chinga* tú madr*!

***

En la mansión de la familia García, Luna le estaba dando de comer al niño. Sin saber por qué, de repente sintió un ligero brinco en su entrecejo. Asterio vomitó un poco de leche, y ella usó una servilleta para limpiarle la delicada comisura de los labios. Sin razón aparen
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