Al ver la figura acercarse por el pasillo, Devin se puso muy nervioso y rápidamente se levantó de su silla. Se acercó a Luna y tomó la taza de café que llevaba en la mano, diciéndole con una sonrisa amigable:—Lunita, ¿cómo puedes hacer estas cosas? ¿El maestro no te pidió que te quedaras abajo para recibir a los visitantes?Luna actuó como si no hubiera escuchado nada y sonrió ligeramente:—El maestro ya se fue a recibir una entrevista de periodistas internacionales. ¿Quién de ustedes puede ayudarme en recibirlos? Tal vez puedan hacer algunos contactos con personas influyentes. Tengo que salir ahora, así que tal vez tenga que dejarles el trabajo aquí.—Luna, estás pensando en ir a tu trbajo de tiempo parcial en la cafetería, ¿verdad? En estos años has ganado tantos premios, y estoy seguro de que ya tienes bastante dinero en tu cuenta. ¿Por qué todavía tienes que hacer este trabajo?Era cierto que con los premios que ella había ganado, ya podría vivir en Francia durante varios años, pe
—Permítame presentarle, señor —dijo Gloria mientras se colocaba frente a Andrés. Hizo un gesto formal con la mano y empezó debidamente la introducción:—Señores, el maestro tituló esta obra como La Vitalidad. Es una representación clara de un paisaje que presenciamos en lo profundo de una selva tropical. Cada árbol y cada hoja que ven aquí fueron dibujados de acuerdo con la escena que presenciamos en ese momento. Aunque en el cuadro parece que estamos en una tranquila y pacífica selva, en realidad... el lugar donde estábamos estaba lleno de grandes peligros.Todos los presentes miraron con gran curiosidad a Gloria, conteniendo la respiración mientras escuchaban atentamente su relato, que sonaba como una emocionante aventura.—Nos encontramos con las hormigas bala, tal vez no estén familiarizados con ellas. Estas son una de las diez criaturas más venenosas del mundo, una rareza dentro de la familia de las hormigas. A simple vista parecen abejas, pero tienen una mandíbula fuerte, poderos
Era cierto que Luna salió por el pasillo del personal con sus cosas, sin saber que el peligro se acercaba.***Mientras Luna salía de un rincón fuera del museo, un lujoso coche salió en dirección opuesta desde el museo de arte. Ninguno de los dos se percató de la presencia del otro y pasaron casualmente sin cruzarse.En realidad, Andrés fue al museo tan pronto como terminó la comida después de llegar al hotel, pero parecía que había llegado demasiado tarde.Andrés que descansaba con los ojos cerrados, le preguntó a Álvaro:—¿Sabes dónde está ella ahora?Álvaro dudó por un breve momento y luego negó con la cabeza:—No. Nuestros hombres siguen vigilando en su residencia. Si la señorita regresa a casa, ellos nos informarán de inmediato.—Hum —Andrés inhaló fría y profundamente.Había esperado durante cuatro años, no debe importarle esperar un poco más. Sin embargo, anhelaba tanto verla que ya no podía soportar esperarla por un minuto más. Finalmente, habló e interrumpió el silencio existe
El atardecer había caído y fuera de la ventana, todo ya estaba demasiado oscuro. Álvaro había recibido tres llamadas repentinas.Sin ninguna otra opción, se acercó y le recordó a Andrés con gran cautela:—Señor, la cena ya ha comenzado hace media hora. Realmente debemos irnos …Andrés llegó a la última página del cuaderno. Cuando levantó la vista, y se dio cuenta de que había pasado un largo tiempo. Y Luna había registrado todas las experiencias de los últimos cuatro años en un cuaderno el cual hacia resaltar cada circunstancia vivida. Después de leerlo, Andrés se quedó confundido y un poco asombrado por un momento y luego se levantó. Arrancó así una página del diario, se la entregó a Álvaro y le ordenó:—Envíasela a la familia Sánchez.Álvaro afirmo con la cabeza:—Sí, señor.En el enorme crucero, se celebraba un gran y animado banquete. En la pista de baile, las mujeres vestidas con ropa y atuendos un poco sensuales bailaban. Eran todos famosos actores internacionales o modelos famos
Después de lavar los platos, Luna sacudió el agua de sus manos y les dijo:—Creo que necesito descansar un rato, me marea el movimiento del barco.—Está bien.Al ver que ella no quería ir, Hawk no insistió más y salió de inmediato con el camarero.Alice sostenía su tenedor con una mano, apoyando su barbilla con la otra, luego le entregó el pastel a Andrés, diciendo:—Prueba esto, seguramente ya lo has comido.Andrés lo rechazó con cortesía. Apartó la mirada y la posó directo sobre un hombre, alto y corpulento, vestido de blanco con un uniforme de chef.El camarero les reportó:—Ha venido el chef, señorita Alice.Al verlo, Alice se sorprendió un poco:—Pensé que sería una chica.Hawk le explicó:—De hecho, esta es la tarea que una hermosa dama me confió. No se siente nada bien, así que lamentablemente no puede venir...De repente, Andrés se levantó.—Andrés, ¿adónde vas…? —exclamó con curiosidad Alice.En realidad, era cierto que Luna no se sentía bien. Al principio no tenía ningún prob
—Me tengo que ir primero —dijo Luna.Lila la agarró con cariño y le dijo:—Esto es la propina que Hawk recibió de los invitados, y esta es para ti.Sin embargo, Luna ya no podía prestar atención a lo que decía, porque su único pensamiento era ahora solo escapar de aquí.—Muchas gracias. Recuerda decirle al gerente que me he ido primero.Lila frunció el ceño rápidamente e intentó explicarle:—Luna, tengo malas noticias. Acaba de empezar a llover fuerte y nos hemos encontrado con una tormenta. Una parte del crucero perdió el control y la reparación solo estaría lista hasta mañana. Por lo tanto, tendremos que quedarnos aquí esta noche.Luna se quedó inmóvil al instante:—¿Có… cómo es posible…?Lila repitió seriamente y afirmó:—Esto es verdad. El banquete se canceló debido al accidente. Todos los invitados y el personal tendrán que pasar una noche aquí.Luna sentía que estaba volviéndose realmente loca. No entendía por qué Andrés había aparecido aquí. Sin otro remedio, siguió muy obedient
Un ambiente tenso se extendía lentamente, incluso la brisa marina que soplaba esa noche tenía un aire algo extraño. Luna se sentía como si hubiera pasado verdaderamente por el infierno varias veces. Ya no podía sentir el dolor, su cuerpo oscilaba entre la conciencia y el desmayo. Finalmente, cuando los primeros rayos del sol iluminaron el exterior, Luna, bastante exhausta, se dejó llevar por un profundo sueño.A las cinco y media de la madrugada, el hombre salió del baño llevando en brazos a la joven recién bañada. Ambos estaban envueltos en una cálida neblina, y la piel blanca de Luna ya estaba llena de heridas.Andrés la colocó con gran suavidad en la cama y abrió el cajón de la mesita de noche. Sacó una pomada que había preparado previamente y la aplicó con mucho cuidado entre las piernas de Luna, donde había enrojecimiento y sangre. Aunque las heridas no eran muy graves, Luna gimió ligeramente y frunció el ceño, como si sintiera un fuerte dolor. Andrés redujo la intensidad de sus m
—Media hora más tarde. Te llevaré de regreso a la universidad —dijo el hombre.—No lo necesito.Andrés soltó con fuerza su mano y Luna se sorprendió. ¿Cómo pudo soltarla tan fácilmente? ¿Sería él tan amable?Sin vacilar, Luna apartó con rabia las sábanas y se levantó de la cama directamente. Observó sus piernas, que solían ser muy suaves y lisas, ahora estaban llenas de grandes marcas causadas por el hombre. Apretó con fuerza los dientes y maldijo en silencio:—¡Bruta bestia!Apenas puso un pie en el suelo, Luna perdió por completo el equilibrio y cayó débilmente al suelo. El hombre en la cama soltó una risa de placer. La habitación se iluminó al instante y Andrés, con una bata suelta que dejaba al descubierto su bronceado y musculoso pecho, se sentó con tranquilidad en la cama. Encendió un cigarrillo, inhaló y exhaló el humo blanco, mirando perezosamente a Luna mientras le preguntaba:—¿Necesitas ayuda, Lunita?Luna lo ignoró por completo. Apoyándose en la cama y soportando el agudo d