Capítulo 466
Luna no era la única que había enloquecido.

Andrés le dio un tratamiento básico a las heridas de Luna. Eran heridas muy superficiales y además las tijeras se desinfectaban a diario, así que no tenían que preocuparse por posibles infecciones.

—¿Ahora te sientes mucho mejor? —preguntó Andrés.

El vestido de Luna estaba completamente manchado de sangre. Debido a la pérdida de sangre, su rostro estaba muy pálido. Bajó la cabeza y permaneció en completo silencio.

Andrés apartó un mechón de cabello de su oreja y le dijo:

—Voy a prepararte el desayuno. ¿Qué quieres comer?

—Quiero que te vayas.

—Entonces, fideos.

En realidad, Andrés solo sabía cocinar fideos.

Los dos permanecieron en completo silencio como si no hubiera ocurrido nada especial.

Andrés le preparó un tazón de fideos con carne y verduras. Lo llevó directo a la mesa y luego sacó otro tazón más pequeño para ella.

Andrés tomó algunos fideos y los puso en el tazón de Luna, luego vertió un poco de sopa. Algunos líquidos se escurrieron
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